Cuba aboga como siempre por la paz, pero no descuida su preparación combativa y protección, prácticas que ha aplicado a partir del mismo triunfo de su Revolución en 1959, ante las continuas amenazas, acciones terroristas, atentados, agresiones directas, y el ilegal bloqueo que le mantiene Estados Unidos desde hace más de cinco década
Precisamente esta semana, una gran parte de los cubanos, militares, reservistas, civiles, trabajadores, jóvenes y estudiantes, y la población en general, participaron en el denominado ejercicio de defensa Bastión-2013, dirigido a engranar el sistema de salvaguarda del país ante el peligro de una eventual embestida enemiga.
Bajo el claro precepto que subraya que “evitar la guerra equivale a ganarla”, el entrenamiento incluyó las instancias del Partido Comunista, el Gobierno, los organismos de la administración del Estado, empresas, y unidades y efectivos del Ejército y del Ministerio del Interior.
Estas nuevas maniobras Bastión, que llevan ese nombre desde 1980, tienen como concepción “La Guerra de Todo el Pueblo”, y tomaron en cuenta experiencias de otras anteriores, así como las conocidas tradiciones combativas históricas de la mayor de las Antillas.
En el ejercicio nacional se desarrollaron dinámicas operativas que simularon escenarios de potenciales intervenciones castrenses enemigas, en momentos en que en el mundo continúa predominando el lenguaje de las armas liderado por las administraciones norteamericanas y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La Revolución cubana siempre ha defendido la paz, sin embargo ha sido blanco de innumerables operaciones terroristas, atentados a sus máximos dirigentes, e incluso ataques directos como la invasión mercenaria de Playa de Girón (Bahía de Cochinos), en 1961, que se convirtió en la primera gran derrota de Washington en América Latina.
A pesar de la agresividad de los sucesivos regímenes de Estados Unidos y el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que aun le imponen a Cuba, las autoridades de la Isla han reiterado su disposición a evitar a través del dialogo cualquier confrontación con su cercano vecino del norte, siempre y cuando se respete el derecho a la soberanía y la independencia de su pueblo.
De similar manera, la nación caribeña se ha pronunciado por lograr platicas de igual a igual, y de respeto mutuo con las autoridades norteamericanas, lo que ha sido condicionado una y otra vez por la Casa Blanca, por su frustrado empeño de destruir a toda costa el proceso revolucionario cubano.
Esa vieja política de Washington ha obligado al mayor archipiélago del Caribe a estar permanentemente preparado y listo para su defensa, como táctica disuasiva encaminada a impedir una posible agresión del país más poderoso militarmente en el planeta tierra, y también el más violento y guerrerista.
Patricio Montesinos
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