China aseguró este martes que "Estados Unidos no es una parte involucrada en el tema del Mar del Sur de China" y dijo estar "decidida a defender sus derechos". También llamó a un nuevo acuerdo Transpacífico.
China envió este martes un mensaje a Donald Trump al asegurar que "Estados Unidos no es una parte involucrada en el tema del Mar del Sur de China" y afirmar que ante cualquier tipo de amenaza está dispuesta a "defender sus derechos".
La vocera del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo este martes que "La soberanía de China sobre las islas del mar de China del Sur y sus aguas adyacentes es indiscutible".
Las declaraciones de Beijing llegaron un días después de que el gobierno de Trump asegurara que impediría que China asuma el control de territorio ubicado en las aguas internacionales del Mar de China Meridional, algo que medios chinos han advertido requeriría que Estados Unidos "libre una guerra".
Los comentarios ofrecidos el lunes en una sesión informativa del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, marcaron una escalada de las declaraciones agresivas sobre las reivindicaciones territoriales de China en Asia, a tan solo cuatro días de la asunción de Trump.
La provocación previa de Tillerson
"Estados Unidos va a asegurarse de que protejamos nuestros intereses allí", dijo Spicer cuando se le preguntó si Trump concuerda con los comentarios que su nominado a secretario de Estado, Rex Tillerson, ofreció el 11 de enero, cuando dijo que no se debe permitir el acceso de Beijing a las islas que construyó en el Mar de China Meridional.
"Es una cuestión de si esas islas están de hecho en aguas internacionales y no forman parte de la propia China, entonces sí, vamos a asegurarnos de que defendamos los territorios internacionales de ser ocupados por un solo país", había asegurado Tillerson el 11 de enero.
Las declaraciones de Tillerson en su audiencia de confirmación en el Senado provocaron rápidas reacciones en el gigante asiático. Medios estatales chinos señalaron que Estados Unidos tendría que "librar una guerra" para impedir su acceso a las islas, mientras que el Gobierno chino a través de un portavoz de Exteriores pidió prudencia a la Administración Trump y dijo que China tenía una soberanía irrefutable sobre las llamadas islas Spratly.
Cuando se le preguntó si apoyaba una postura más agresiva hacia China, Tillerson dijo: "Vamos a tener que enviar a China una señal clara de que, en primer lugar, la construcción de islas se detiene y, en segundo lugar, el acceso a esas islas no va a ser permitido".
El expresidente y ex consejero delegado de Exxon Mobil Corp no dio detalles sobre qué podría hacerse para negar el acceso de Beijing a las islas artificiales que estableció en los arrecifes del Mar de China Meridional, equipadas con pistas de aterrizaje de longitud militar y fortificadas con armas. Sin embargo elevó el nivel de alerta sobre el grado de belicosidad que Estados Unidos podría estar dispuesto a utilizar para negociar con China tanto en el terreno geopolítico como en el económico.
¿Un Transpacífico sin Estados Unidos?
La escalada en las declaraciones entre Estados Unidos y China se desarrollan al mismo tiempo en que Trump anunció la salida de EE. UU. del Acuerdo Transpacífico (TPP), una de sus promesas de campaña, que había sido diseñado como un acuerdo comercial entre Asia y Estados Unidos que dejara afuera a China.
Apenas firmada por Trump la orden ejecutiva que apartaba a EE. UU. del TPP, China llamó a los países de Asia y el Pacífico a establecer un nuevo acuerdo comercial.
Es así que China llamó públicamente este martes a "llenar el vacío que deja la salida de Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP)" y aprovechó para proponer sus alternativas para "proseguir con la liberalización del comercio mundial".
"China continúa comprometida con promover la integración económica en Asia-Pacífico, e impulsará las negociaciones para la Asociación Económica Regional Integral (RCEP) y el Acuerdo de Libre Comercio para Asia Pacífico (FTAAP)", afirmó en rueda de prensa una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying.
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, planteó este martes la posibilidad de abrir la puerta a la posible entrada de China en el TPP, algo que el Gobierno chino rechazó valorar hoy, pero que un experto del Instituto de Estudios Internacionales de China (CIIS), ligado al Ejecutivo, consideró plausible.
"Si se producen nuevas negociaciones sobre el TPP, no creo que haya ningún obstáculo que impida que China se sume", aseguró hoy Teng Jianqun, director del Departamento de Estudios Americanos del CIIS.
Muchos analistas coincidieron hoy en que, tras el giro proteccionista de la primera potencia económica mundial, casi todas las miradas se dirigen ahora hacia la segunda.
"La retirada de Estados Unidos ha creado una oportunidad para China, que no era parte de las negociaciones del TPP, para expandir su influencia en Asia", señaló este martes la consultora Capital Economics.
"Unos lazos más cercanos con China tienen el potencial de proporcionar un impulso significativo al resto de Asia. Para gran parte de Asia, China es ya un mercado para la exportación mayor que Estados Unidos y sus perspectivas de crecimiento son mucho mejores", apuntó Capital Economics.
Obama nunca había ocultado que el objetivo del TPP era que Estados Unidos ganara una influencia decisiva por sobre China en el comercio internacional asiático. La medida de Trump le deja el espacio libre para intentar una política más agresiva sobre la región aunque no la libra de las crecientes tensiones con Estados Unidos, con quién se iniciará un áspero momento de negociaciones que van más allá de lo económico e incluyen los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región.
LID
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