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viernes, noviembre 01, 2024
CONICET: abajo los recortes, retraso salarial, cierres de pase a planta y retención de fondos
A esto hay que sumarles 130 despidos de trabajadores contratados, y la posibilidad de que esto se repita trimestralmente gracias al decreto 70/23. Se calcula que, entre jubilaciones y renuncias, se han reducido 1.000 puestos de trabajo.
Otro duro golpe ha sido la retención de los fondos de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. Incluso aquellos que provenían de acuerdos suscriptos con organismos internacionales, como el BID. Al no utilizar estos fondos, el gobierno incurre en una falta con el organismo acreedor y debe pagar multas, sumándole al perjuicio de los investigadores un perjuicio a las arcas del Estado. Cuando salió a la luz este escándalo, renunciaron todo el directorio de la Agencia y también su presidenta, Alicia Caballero, entregó su renuncia y poco despupes, la siguió todo su directorio en abril, lo que implicó el congelamiento de los aumentos paritarios por varios meses para becarios e investigadores del organismo. Los últimos salarios sólo fueron abonados luego de una movilización y amenaza de ocupación del Polo Científico.
La junta interna de ATE CONICET denuncia, a partir de reuniones que mantuvieon con funcionarios del organismo, que no habrá nuevos pases a planta este año, en contraste con las promesas oficiales, sin fechas ni certezas. Hay por lo menos unos 850 ingresantes que ya concursaron y ganaron su puesto de investigador y que esperan que se formalice su alta; algunos incluso desde 2021-22.
La perspectiva para el principal organismo de ciencia del país es una reducción sustancial de sus trabajadores, su financiación por medio de fondos privados y un retroceso salarial que no alcance siquiera para la subsistencia, para el caso de este año ya acumula 35% de pérdida con respecto a la inflación.
Han empezado a circular relevamientos para averiguar qué servicios o bienes podrían ofrecer los investigadores de cada área, para establecer convenios con empresas y organismos externos, que se sumarían a los ya existentes. Una cuña para que sea el sector privado el que aproveche los recursos humanos de alto nivel y bajos salarios del CONICET. El gobierno liberticida los promueve abiertamente.
Con excepción de la ocupación del Polo Científico durante el verano pasado y la movilización de becarios agencia, los trabajadores de CONICET en su conjunto no se encuentran movilizados por el ataque del gobierno. Los jóvenes proyectan irse del país o un posible desenvolvimiento dentro del ámbito privado. Los más antiguos, investigadores de alto nivel, especulan con una recuperación con los años o, los más optimistas, con un recambio favorable en 2025 producto de las elecciones legislativas. Han convocado a movilizar al Polo científico y distintas actividades, pero sin una perspectiva de profundización de la lucha por las reivindicaciones del sector, sino más bien una táctica de desgaste de la figura del gobierno con resultados cuestionables.
Un panorama de estas características pone la iniciativa del lado del gobierno quien tiene rienda suelta para atacar a diestra y siniestra al gremio científico. Sin embargo, está abierta la posibilidad de un levantamiento de la ciencia. Particularmente siendo que los trabajadores del CONICET en gran parte tienen contacto con las universidades donde se está desarrollando un fuerte proceso deliberativo y de lucha. Al mismo tiempo, el trabajador del CONICET es del gremio estatal, donde también hay una fuerte deliberación por los despidos y cierres en todos los ministerios. Por otro lado, en CABA hay una incipiente organización independiente en torno del sindicato. Desde allí se propone primero una feria de ciencia el 15 de noviembre y luego una vigilia al Polo Científico el 10 de diciembre. Ambas actividades, aisladas en el tiempo y repetitivas con lo que se ha desarrollado durante el año.
Hay que tomar el ejemplo de las universidades y del hospital Bonaparte. Abramos un rumbo de deliberación y asambleas para iniciar una lucha definida contra el gobierno, en defensa del trabajo y la ciencia. Con cortes, coordinadoras, ferias públicas y ocupaciones.
Hermes Zitarrosa
31/10/2024
Por la apertura de los libros de las universidades, incluidos los convenios y cursos arancelados
El gobierno inició el año atacando la universidad pública en su conjunto incluida la camarilla de rectores nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Los rectores y sindicatos respondieron convocando a la marcha universitaria del mes de abril, que canalizó el rechazo a Milei, propinándole el golpe político más importante hasta ahora. Entonces el gobierno realizó un retroceso táctico, pactando con los rectores el aumento de gastos de funcionamiento dejando afuera insumos, becas y sobre todo salarios que forman el grueso del presupuesto. A cambio el vicerrector de la UBA, Yacobitti, y su bloque en diputados votó la ley Bases. Parecía que la embestida iba a ser solo para los trabajadores y estudiantes.
Rectores y burocracias lucían en una posición segura. Fuerzas políticas afines a ellos, por medio de la Ley de Financiamiento Universitario, quisieron “ordenar” la cruzada del gobierno contra las universidades públicas. La respuesta de Milei fue el veto que pateó el tablero de estos aliados temporales. El movimiento estudiantil pierde esperanza en una salida institucional y crece el sentimiento de que el camino es la lucha de acción directa por medio de tomas y cortes. Los rectores y un conjunto de fuerzas políticas que controlan sindicatos buscan atenuar y dispersar este impulso del movimiento estudiantil. Buscan distraerlo con la judicialización de las auditorias o nuevas esperanzas parlamentarias en el presupuesto 2025 o en una consulta popular, reciente idea del Consejo Directivo de Exactas-UBA. Lo hacen a sabiendas de que el desarrollo de un movimiento de autoconvocatoria de estudiantes, docentes y no docentes puede barrer con ellos. Es algo que se evidencia estos días: cuando las asambleas son nutridas, las posiciones que ganan superan el corset de gremios y autoridades: van hacia la toma del control de las facultades, hacia la elección de delegados, hacia el corte y la movilización, hacia una escalada del enfrentamiento directo con el gobierno y hacia mayor conciencia del rol histórico del movimiento estudiantil y el rol parasitario de las camarillas.
¿Por qué Milei ataca a los rectores si le hacen el menudo favor de contener al movimiento estudiantil? Las camarillas y burocracias buscan alejar el movimiento estudiantil de la acción directa, de las tomas y cortes. En lugar de escalar la lucha proponen actividades intermitentes, repartidas en diferentes días y en diferentes lugares. Así pretenden canalizar el descontento contra la imagen de Milei para que el golpe contra el gobierno sea unicamente electoral y no un golpe histórico que barrería con ellos mismos. Es decir, prefieren que la embestida de Milei prosiga con la promesa que, en 2025, un Congreso con otra distribución arbitre lo que no puede arbitrar ahora. Es un camino al fracaso para el movimiento estudiantil pero un salvavidas para las burocracias, las camarillas y para el régimen político.
Así planteado, quien tiene la posición fuerte y la iniciativa es, por un lado, el gobierno. Pero por el otro, es el movimiento estudiantil detrás de la estrategia de acción directa, el único contendiente de peso. Si Milei pacta con los rectores sin tocar sus intereses, debe tolerar la estrategia orientada a 2025 que lo deteriora gradualmente y no le permite avanzar al ritmo y profundidad que intenta en su liquidación de la universidad pública tal como la conocemos. ¿Por qué Milei toleraría esto si los rectores ya no pueden jugar la carta de abril? Una marcha no agitaría más el agua de lo que está, de hecho está planteada para el 12 de noviembre, con o sin apoyo de los rectores. Ellos ya no están en condiciones de agitar el movimiento estudiantil porque ese movimiento es una amenaza para ellos más inmediata que para Milei. Justamente el movimiento estudiantil debe superar las trabas dentro de la universidad que lo dispersan en su camino para desarrollar la lucha de acción directa contra el gobierno. Una marcha independiente de autoridades tal como está planteada para el 12 es un desafío para el movimiento.
En este cuadro, cuando Milei dice que va a auditar las universidades, ¿como nos paramos frente este ataque dirigido a las camarillas? La intervención de la Sigen viola la autonomía universitaria y es inconstitucional, pero la la Auditoría General, a cargo de Diputados, no logra formarse, pero si lo fuera estaría bajo el control de Jacobitti, de la camarilla de los rectores. Si las camarillas son un obstáculo para el desenvolvimiento del movimiento estudiantil, no hay razón de defenderlas frente al ataque del gobierno hacia ellas. Los socialistas reclamamos históricamente la apertura de los libros de las empresas y esto vale también para la caja de las camarillas. Nosotros queremos ver los libros de las universidades y de las obras sociales destruidas como DOSUBA que es administrada por el rectorado. Rechacemos que el Poder Ejecutivo audite a puertas cerradas las universidades para después ventilar, a conveniencia del gobierno, negocios de posgrados y convenios con privados. Denunciemos a la Auditoría controlada por la camarilla universitaria. Reclamemos que estudiantes, docentes y no docentes seamos los encargados de auditar nuestras universidades, en particular los ingresos de dinero que vienen del sector privado y de la educación de posgrado arancelada. Mientras el gobierno va a querer mostrar que las universidades se pueden autofinanciar debido a sus ingresos, nosotros vamos a querer mostrar que la educación no es de por sí gratuita cuando los contenidos más significativos van pasando de las carreras de grado a las carreras de posgrado aranceladas. Frente a la posición de las camarillas que se puede tornar más débil según avance la embestida de Milei, incluyamos la lucha por la democratización de las universidades para terminar definitivamente con ellas.
Agustín Martínez
29/10/2024
Por qué Diana Mondino acompañó el voto en la ONU contra el bloqueo a Cuba
En cuanto operación política, la destitución de Mondino está vinculada al progresivo copamiento de las instituciones del estado por parte de la camarilla conspirativa de Karina Milei y Santiago Caputo. Es lo que ha ocurrido con las ex AFI y AFIP, dos organismos de Inteligencia, uno político, el otro financiero. El reemplazante de la ex ministra, Gerardo Werthein, es un viejo fanático del kirchernismo, que está al servicio de Washington y Tel Aviv. El triunvirato ejecutivo, que controla desde el principio el ministerio de Economía y el Banco Central, se ha lanzado a un trabajo de infiltración en la oposición política, para reclutar punteros al servicio de su diseño electoral y a la instalación de un partido estatal. Es el objetivo que está por detrás de las bravuconadas de Milei contra adversarios y también adictos, que son saludadas con aplausos cerrados en los ámbitos patronales. En la misma onda, el aparato de LLA ha comenzado a atacar a Clarín y a varios periodistas de La Nación, sin importar lo serviciales que han sido estos diarios con los grandes intereses capitalistas. El propósito libertario es instalar un monopolio informativo propio o alquilado.
La cosa se presenta más complicada con el cuerpo diplomático, que tiene una suerte de fueros. En este caso se apela a la designación de personal político, que puede saltar la obligación de contar con el acuerdo constitucional del Senado. Mondino se había inclinado, ante las dificultades, a establecer algo parecido a una coexistencia pacífica con la planta de embajadores. La diplomacia argentina, en el marco de variados gobiernos, ha votado contra el bloqueo norteamericano a Cuba, en especial cuando Estados Unidos no apoya, como tampoco Israel, el reclamo de Argentina en la ONU para iniciar negociaciones con Gran Bretaña por la soberanía argentina sobre Malvinas.
Al justificar el voto del ahora exrepresentante de Argentina en la ONU contra el bloqueo a Cuba, Mondino esgrimió un argumento ingenuo, pero no tanto como parece; dijo que el bloqueo afectaba la libertad de comercio. El planteo es de actualidad, en el marco de una guerra comercial que tiende a acentuarse y que se ha convertido en geopolítica. Un ejemplo: el día de ayer China bloqueó, en represalia a las medidas de Estados Unidos, el envío de baterías a una empresa norteamericana que fabrica drones para Ucrania. Mondino no sólo gestionó la preservación del comercio con Brasil sino también con China, lo cual salvó la continuidad del financiamiento del Banco Central de Argentina por parte de Pekín. Los 186 países que votaron para poner fin al bloqueo contra Cuba reflejaron la preocupación, más allá de lo inocuo de una medida que se viene repitiendo desde hace sesenta años, por el perjuicio inmediato o potencial que los bloqueos y sanciones están causando a sus economías y a la economía mundial. Todo el mundo coincide en que un fin del bloqueo a Cuba daría un impulso importante al desarrollo de una economía abiertamente capitalista en la Isla; promocionaría la intervención del FMI para que Cuba salde su deuda externa; y sería un imán para los capitales internacionales.
La expulsión de Mondino, que será vista como un expediente administrativo en un gobierno de carreristas ávido en imponer un bonapartismo de mano dura, marca una quiebra importante, que se irá manifestando con el tiempo. El gobierno deberá elegir su campo en la guerra económica, cuando sus socios más importantes (Brasil, China) se encuentran entre los rivales, en diferente grado, de Estados Unidos y la OTAN. El ‘éxito’ de Vaca Muerta, por ejemplo, depende de China y los países de la Ruta de la Seda en Asia, en tanto que Estados Unidos es un competidor dispuesto a usar el petróleo de su propia Vaca Muerta como arma económica en la guerra geopolítica. Argentina tiene acceso distante a una vía comercial que se ha convertido en central, como lo es el océano Pacífico. Si Donald Trump gana las elecciones norteamericanas, el arma de la guerra económica se podría convertir en dominante, no necesariamente en beneficio del comercio de Argentina, aunque esa victoria dé, probablemente, un mayor impulso a la ultraderecha en los principales países. El fascismo libertario se encuentra enredado, en forma explosiva, en las contradicciones de la crisis capitalista mundial.
Jorge Altamira
31/10/2024
Triunfos, derrotas y una definición que se prevé voto a voto en Uruguay
Gestos adustos y autoproclamaciones de triunfo. Si podemos encontrar una variable que incluya a la mayoría de quienes compitieron en las elecciones nacionales uruguayas del pasado 27 de octubre seguramente sea esa: gestos adustos y preocupación de varios integrantes del oficialismo y la oposición, pero con mayoría de candidatos que se autoproclamaron triunfadores ante sus militantes.
Antes del acto eleccionario, las encuestas marcaban un claro favoritismo de la opositora fórmula frenteamplista, conformada por Yamandú Orsi y Carolina Cosse, que incluso, a los más optimistas, permitía soñar con un triunfo en primera vuelta, pero en caso de no ser así, al menos, obtener una mayoría parlamentaria en ambas cámaras y posicionarse para la segunda vuelta con un guarismo que hiciera pensar que el balotaje fuera prácticamente un trámite.
En lo previo, del lado del oficialismo las cosas no se veían tan bien, ya que la sensación que se había instalado era que la fórmula del Partido Nacional, conformada por Álvaro Delgado –delfín del presidente Luis Lacalle Pou– y la tránsfuga Valeria Ripoll no movilizaba a muchos de los militantes nacionalistas, algunos de los cuales incluso optaron por abandonar el partido luego de la polémica proclamación de la candidata a vice.
En filas del Partido Colorado, el candidato presidencial Andrés Ojeda –al que debemos reconocerle la campaña más creativa, pese a que sus contenidos programáticos fueron dejados en segundo plano–, terminó generando la percepción de que fue el gran triunfador de los comicios, a pesar de que su colectivo consiguió solo el 16% y quien resultó ser más votado en sus tiendas –y con una buena diferencia– fue el exministro Pedro Bordaberry.
Luego, dentro de la coalición multicolor que respalda al actual gobierno, se constataron dos fracasos: el de Cabildo Abierto, el partido del general Guido Manini Ríos –que había sido una de las sorpresas de la pasada elección presidencial, consiguiendo tres senadores–, que apenas obtuvo dos diputados; mientras que el Partido Independiente del ministro Pablo Mieres solo llegó a obtener una diputación.
Uno de las grandes sorpresas, que integra el colectivo de triunfadores de la jornada, sin duda alguna, resultó ser el outsider antisistema Gustavo Salle con su partido Identidad Soberana, ya que obtuvo dos diputaciones, superando en bancas al Partido Independiente e igualando a Cabildo Abierto, por lo que en este momento es el cuarto partido con más bancas en la Cámara Baja del Uruguay.
En esta cita ante las urnas había dos cosas en juego: primero, la posibilidad de conseguir un balotaje para las fuerzas del oficialismo versus ganar en primera vuelta para la oposición y, segundo, obtener mayorías parlamentarias tanto para el Frente Amplio como para la conservadora Coalición Multicolor.
Respecto al primer punto, la fuerza política de izquierda uruguaya desperdició una oportunidad de ganar en primera vuelta, al realizar una campaña electoral chata, con poca y, por momentos casi nula, presencia mediática de Orsi. Resultó ser una campaña que pareció más preocupada en no equivocarse que en tratar de obtener un triunfo que evite el balotaje, cosa que pudo haber sido perfectamente posible.
En cambio, la Coalición Multicolor no solo salió airosa de la primera vuelta, sino que, al sumar los votos del Partido Nacional, el Partido Colorado, Cabildo Abierto y el Partido Independiente (46.94%) superó por tres puntos porcentuales al Frente Amplio (43.95%), lo que hace que se instale la percepción de pérdida del favoritismo, de la sensación de ganadores, que supo tener la fórmula Orsi – Cosse.
Con respecto a las mayorías parlamentarias hay dos lecturas sumamente interesantes. La primera de ellas es que el gran vencedor fue el Frente Amplio, que consiguió 16 de 30 senadores y 48 de 50 diputados, por lo que tendrá mayoría en la Cámara Alta, pero no así en la Cámara Baja.
Pero Identidad Soberana, el grupo de Salle, con sus dos diputados, es quien se quedó con la llave de las mayorías en la Cámara de Representantes y, de acuerdo a la reputación de su accionar político, seguramente haga valer sus bancas para que, si depende de ellos, no existan mayorías para nadie, por lo que la gobernabilidad de una Presidencia que sea del Frente Amplio o de la Coalición Multicolor contará con problemas para obtener acuerdos legislativos en la Cámara Baja.
Aquí hay un punto a tomar en cuenta. El Frente Amplio obtuvo mayorías en el Senado a pesar de haber tenido menos votos que cuando accedió a la Presidencia en los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica, por lo que es notorio que el sistema D’hont, que premia a los partidos mayoritarios, atentó contra la coalición de partidos oficialistas, ya que en estas instancias compiten por separado. Por lo que la herramienta creada por el actual presidente Lacalle Pou, que tiene como único objetivo frenar al Frente Amplio, en esta ocasión fracasó.
Lo que se viene
El último domingo de noviembre los uruguayos volverán a las urnas para definir en segunda vuelta quién será el presidente que suceda a Lacalle Pou. Habrá dos modelos en pugna. Por un lado, el continuismo de la Coalición Multicolor, luego de un gobierno que estuvo plagado de constatadas irregularidades y escándalos políticos; y, por otro lado, el cambio que representa el Frente Amplio.
Sobre el resultado final, se espera que sea absolutamente cerrado, por lo que la campaña electoral y las percepciones que deje el debate presidencial obligatorio constitucionalmente, estarán definiendo.
El Frente Amplio ha dejado de ser el favorito claro desde la percepción, no así desde las matemáticas y la lógica, ya que el piso de la coalición de izquierdas se encuentra en el 43.95%, mientras que el piso de la coalición de derechas es exclusivamente los votos obtenidos por el Partido Nacional, que apenas asciende a 26,76%.
El resto de los votos que recibió la coalición multicolor serán captados mayoritariamente por la fórmula Delgado – Ripoll, pero no todos; mientras que las adhesiones a Identidad Soberana, que son un 2.69% –a pesar de que su líder llamó a no votar por ninguna de las dos opciones– estarán en disputa, al igual que el 4.93% de votos en blanco y el 1.49% que votaron otras opciones minoritarias (que seguramente se definirán por quien juzguen la opción “menos peor”).
El escenario está abierto, para el Frente Amplio ya no vale jugar a no equivocarse, mientras que para la fórmula blanca estará el desafío de demostrar la capacidad de captar la máxima cantidad de votos posibles de los colectivos que integran la Coalición Multicolor y de presentar una alternativa con un mensaje mejor que no sea exclusivamente impedir el triunfo de la coalición de izquierdas, como han repetido hasta el hartazgo varios de sus líderes.
Las reputaciones personales, la credibilidad, el trabajo militante, las estrategias políticas y la credibilidad, en estos pocos días de campaña electoral, el 24 de noviembre hablarán.
Marcel Lhermitte , periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado a candidatos y colectivos progresistas en varios países de América Latina, el Caribe y Europa. Director del colectivo latinoamericano de comunicación política Relato. Coordinador del Diplomado en Comunicación Política de la Universidad Claeh.
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