En los últimos días el gobierno nacional le ha declarado la guerra a los trabajadores aeronáuticos en general, pero en particular a los que trabajan en la empresa estatal Intercargo que se ocupan de brindar los servicios de rampa.
En la mañana del jueves la patronal despidió de manera arbitraria a un trabajador de Intercargo, lo que motivó el inicio de asambleas informativas por parte del sindicato APA que paralizaron el servicio de rampa por unas horas para exigir la reincorporación del compañero.
El gobierno, lejos de reincorporarlo, redobló la apuesta y el viernes a la mañana despidió a 15 trabajadores por haberse sumado a la medida de fuerza del día anterior. Un claro ataque antisindical para quebrar cualquier atisbo de lucha.
Además, en un verdadero acto de terrorismo patronal, Bullrich militarizó los Aeropuertos con la PSA y la Gendarmería, diciendo que los trabajadores serían reemplazado por las fuerzas de seguridad en caso de que haya asambleas o paros. Incluso en el día de ayer en el aeropuerto de Ezeiza se vio a las fuerzas represivas haciendo pruebas de cómo realizar servicio de rampa.
Sumado a esto, el vocero presidencial y casi todos los medios de comunicación salieron a atacar a los trabajadores tildándolos de terroristas, de ganar sueldos siderales y de no querer abandonar supuestos privilegios.
Es importante detenerse en este punto para desmentir las fake news de Adorni y de Milei. Un trabajador de Intercargo que recién inicia gana alrededor de $500.000. Uno con una categoría alta y 20 años de antigüedad no supera el millón de pesos. Estamos hablando de salarios que no alcanzan siquiera la canasta de pobreza, por los cuales deben trabajar en un régimen de 2×2 (dos días de trabajo, dos de descanso) de 12 horas por turno.
Además deben realizar un trabajo pesado como la carga de maletas, por lo cual en su mayoría están rotos, con hernias de disco o problemas en la columna.
Es claro que el gobierno quiere ir a una pulseada contra los aeronáuticos para derrotarlos, privatizar o cerrar la empresa y que éste sea un caso testigo para imponer una derrota general contra todo el movimiento obrero y continuar con más privatizaciones y reformas laborales.
Para este viernes 8 el gobierno convocó a los gremios para que presenten un plan para que Aerolíneas Argentinas no tenga más déficit. Una chicana, ya que la función de la aerolínea de bandera es garantizar la conectividad en el octavo país más grande del planeta, para la integración social y productiva del país, con todos los beneficios para el PBI y las familias trabajadoras que eso supone.
El gobierno busca a través de chicanas contra los sindicatos forzar alguna herramienta legal que le permita cerrar o privatizar la empresa y dejarles servida en bandeja a alguna multinacional este jugoso negocio. Excluida Aerolíneas del listado de privatizaciones en la ley Bases (aunque sí Intercargo) el gobierno intenta otros caminos como una ley especial o aún ejecutarla por decreto o por default de la compañía, desfinanciándola, provocando a sus trabajadores con congelamiento salarial y despidos.
Los trabajadores han mostrado voluntad de resistir, con sus asambleas, paros, jornadas de concientización, movilizaciones, etc. Al paro del 14 de setiembre siguió el paro del 30 de octubre, especialmente de los pilotos, mostrando voluntad de lucha del colectivo de trabajadores. Sin ir más lejos, un plenario de delegados convocado por la combativa conducción multicolor de Atepsa (controladores aéreos) ha votado la semana pasada el inicio de un plan de lucha por recomposición salarial.
Pero la mayoría de las conducciones sindicales no han dado respuestas que estén a la altura de las circunstancias, como el caso de APA que frente a los 15 despidos de ayer no realizó medida de fuerza alguna, no hay asambleas y ni siquiera dirigentes bancando la parada en los medios. Por ejemplo en Intercargo de Ezeiza los dirigentes brillan por su ausencia ante la preocupación de los trabajadores ante el ataque del Estado-patronal.
Como venimos planteando desde este periódico, con reacciones espasmódicas no se va a lograr quebrarle el brazo al gobierno. Se necesita implicar a la base de los trabajadores en el conflicto, convocando a asambleas resolutivas en todos los sectores y una asamblea general aeronáutica para votar un verdadero plan de lucha hacia la huelga general que afecte a toda la aeronavegación en la Argentina y que plantee que todos los sindicatos de la CGT deben contribuir a que esta lucha gane. La lucha en defensa de Aerolíneas tiene una larga historia en el movimiento popular argentino, la simpatía se ha visto hasta en los pasajeros azuzados por los medios para denostar a los trabajadores.
Para el Partido Obrero se trata de una lucha estratégica, de alcance general, como la universitaria o la de los jubilados. En cada lucha se juega la maduración para reunir la fuerza de toda la clase obrera capaz de derrotar al gobierno facholibertario, pero en una causa de esta magnitud más aún.
Si ganan los aeronáuticos, ganamos todos los trabajadores.
Prensa Obrera
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