Este miércoles, a las 11 de la mañana, en una audiencia en Comodoro Py que además se transmitirá por YouTube, la Cámara de Casación anunciará la condena de Cristina Fernández, por “administración fraudulenta, a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. El presidente del tribunal leerá un resumen del fallo de 1.800 hojas.
En las afueras de Comodoro Py, la militancia kirchnerista protagonizará una clase pública contra el ´lawfare´, como se denomina a la guerra judicial contra adversarios políticos. Los defensores de CFK aseguran que no hay pruebas en su contra. En los tres años y medio que duró el juicio “no hubo un solo testigo ni un correo electrónico ni un chat en el que apareciera la ex mandataria dando alguna instrucción, sugiriendo algún beneficio respecto de las licitaciones o adjudicaciones. El proceso se hizo íntegramente en Santa Cruz”, asegura Raúl Kollman en Página/12 (12/11). El itinerario que llevó al ex empleado bancario y ladero de Néstor Kirchner, Lázaro Báez, a liderar la industria de la construcción en la Patagonia sería resultado de la buena estrella del “empresario exitoso”. La condena se dicta por “inferencia”, no por las pruebas, salvo irregularidades en tres de las 51 licitaciones que beneficiaron a las empresas de Báez. También por “inferencia”, la fiscalía ha calificado a los delitos cometidos como “una asociación ilícita”, que será rechazada por los jueces en esta instancia como lo fue en la primera.
En la víspera, CFK se reunió con un puñado de sindicalistas y legisladores K en la sede del SMATA. Participaron, además del anfitrión, Ricardo Pignanelli, el titular del sindicato de encargados de edificios y empresarios multimedios Víctor Santa María, y el secretario general de la UOM, Abel Furlán. Ninguno de estos desarrolló alguna campaña entre los trabajadores denunciando los fundamentos judiciales precarios de la condena. Tampoco lo ha hecho el PJ, con la preocupación de no ‘quedar pegado’ a Báez o a José López. Los argumentos para favorecer judicialmente a CFK, no se aplicarían al resto de los reos de la causa, a pesar de que involucran a todos los acusados.
Como es obvio, CFK volverá a apelar la condena –esta vez ante la Corte, lo que dejará en suspenso su ejecución. Pero esta ocurrirá cuando Milei se dispone a nombrar a dos nuevos jueces para ese tribunal, por medio de decretos. Como Macri, en 2016, disfrutará de una nueva Corte por los meses de verano. Queda por ver si García Mansilla y Ariel Lijo se dejarán arrastrar por esta maniobra inconstitucional, como acompañaron Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. CFK buscará, en este entrevero, una ampliación del Tribunal, que podría acercarle una absolución, como ocurriera con Lula en Brasil.
De nuestra parte, denunciamos al kirchnerismo por sus fraudes económicos y políticos, y al Poder Judicial por forzar una condena sin la reunión de las pruebas materiales que corresponden.
Comité Editorial Política Obrera
13/11/2024
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