domingo, agosto 17, 2025

Bolivia: según las encuestas, el balotaje será entre la derecha y la ultraderecha tras la implosión del MAS y el derrumbe de la economía


El domingo hay elecciones presidenciales y legislativas en Bolivia. Con el MAS en estado de disgregación, las encuestas anticipan un balotaje entre la centro derecha y la extrema derecha. 
 La crisis económica y la lucha faccional al interior del MAS lo presentan a éste dividido en tres candidatos, con riesgo de quedar en tercer, cuarto o quinto lugar. 
 Según las encuestas, el ballotage enfrentará a dos candidatos de la derecha: el político y empresario Samuel Doria Medina y el ex presidente Jorge «Tuto» Quiroga.
 A partir de su vuelta al poder en el 2020, el MAS quedó dividido en varias partes -a pesar de la mediación de Nicolás Maduro, Raúl Castro, y José Luis Rodríguez Zapatero: los arcistas –seguidores del presidente Luis Arce, quien se quedó con el sello del MAS gracias a la fuerza monopólica del Estado; los evistas seguidores de Evo Morales, inhabilitado electoralmente y recluido en la zona del Chapare para no ser detenido; y los androniquistas –seguidores del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien en su afán de diferenciarse de los otros dos, se ganó el repudio de los evistas quienes lo acusan de traidor. Hubo una discusión en este sector, pero Evo Morales llamó a boicotear las elecciones -no tiene candidato propio- y se negó rotundamente a apoyar a Andrónico, lo que es leído entre muchos nacionales y populares como un tiro en el pie y, en vistas de las encuestas, campo fértil para el triunfo de la derecha. 
 En tanto, Eduardo del Castillo, candidato del MAS de Luis Arce, no llega a 2% de las intenciones de voto, a tono con la imagen positiva del presidente, que no supera el 5%. Como ministro de Gobierno, Del Castillo encabezó la persecución política y judicial contra Evo Morales.
 La impopularidad de ambos no se explica tanto por la persecución a Evo, si no por el desmadre económico que vive Bolivia. El agotamiento de los pozos gasíferos dejó al país sin su principal fuente de divisas, lo cual genera una inflación inédita en el país -la segunda más alta del continente- y una escasez de productos de primera necesidad como medicamentos y alimentos. Las colas para cargar combustible pueden durar días. Todos los bloques políticos de derecha a izquierda salvaron al gobierno aprobando en el Congreso una batería de préstamos que le dio oxígeno a Arce para llegar a las elecciones, ya que estuvo hackeado durante semanas por piquetes en todo el país. 
 Los candidatos de la derecha no son outsiders ni tienen aires de renovación. Solo emergen a consecuencia de la desintegración del MAS y la crisis económica. 
 El candidato de centroderecha que está primero en las encuestas es Doria Medina, quien fue ministro durante el gobierno de Jaime Paz Zamora -entre 1991 y 1993- y candidato a presidente por su partido, Unidad Nacional, en varias oportunidades. Es el propietario de la franquicia de Burger King y Subway en Bolivia. Tiene propiedades inmobiliarias y hoteles y se enriqueció con la industria del cemento. Para llegar a la presidencia cuenta con el apoyo de gran parte de la burguesía brasileña. 
 Su plan de gobierno pasa por el remanido ataque al déficit fiscal, contra los subsidios a los combustibles, las empresas del Estado y el gasto público. Su lema, plagiado del liberticida argentino, es “100 días carajo” en alusión al plazo que se autoimpone para lograr el “equilibrio” fiscal.
 El segundo en las encuestas es el ultraderechista «Tuto» Quiroga, quien se desempeñó como presidente, por sucesión constitucional, entre 2001 y 2002, tras la muerte en 2002 de Hugo Banzer, el ex dictador de los años 70 que volvió a la Presidencia por la vía democrática en 1997. Más casta no se consigue. 
 En 2005 Quiroga perdió la elección con Evo Morales, quien tras obtener 54% de los votos iniciaba su primer presidencia. Quiroga tuvo un papel central en el derrocamiento de Evo en 2019, apoyando a Jeanine Áñez -quien aún está detenida por perpetrar el golpe de Estado. 
 Quiroga ha declarado que, en caso de ganar, romperá lazos con Venezuela, Cuba e Irán, y cuestionó al Mercosur, pero dijo que analizaría la permanencia de Bolivia en el grupo de los BRICS debido a la ventaja que implica el vínculo comercial con la India y China. También dijo que pretende impulsar la extracción del litio y se desmarcó de los aranceles de Trump, cuestionando el proteccionismo, y aseveró que buscará firmar acuerdos de comercio bilaterales.
 Doria Medina mide alrededor de 21% en las encuestas y Quiroga lo sigue cerca con 20%. Terceros aparecen Rodrigo Paz, hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora, y el alcalde de Cochabamba y el ex candidato presidencial Manfred Reyes Villa. Andrónico Rodríguez aparece cuarto o quinto, con alrededor de 7%. Pero alrededor de 30% de los encuestados declara que votará en blanco, nulo o que aún no decidió el voto, lo que podría alterar los resultados, y hay dudas sobre cómo se votará en el campo, lo que tiñe cualquier vaticinio de incertidumbre. 
 La gran ausente en este cuadro es la clase obrera, que no cuenta con ningún representante en las boletas, justo cuando un posible gobierno de derecha en Bolivia compromete el mapa político regional acechado por Donald Trump -quien pretende consolidar la dominación de Estados Unidos sobre el continente- y condiciona especialmente a Brasil, país que el fascista del norte tiene en la mira y al que está persiguiendo con aranceles desmedidos y sanciones personales a los representantes de sus tres poderes del Estado. 

 Aldana González 
 14/08/2025

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