La FAO y el Programa Mundial de Alimentos de la onU (PMA) anunciaron hoy que el número de personas que sufren hambre en el mundo es inaceptablemente alto, a pesar de los recientes avances esperados, que han situado esa cifra por debajo de los mil millones.
La nueva estimación sobre el número de personas que sufrirán hambre crónica este año es de 925 millones: 98 millones menos respecto a los 1 023 millones calculados en 2009.
“Pero con un niño que muere cada seis segundos debido a problemas relacionados con la desnutrición, el hambre sigue siendo la mayor tragedia y el mayor escándalo del mundo”, aseguró el Director General de la FAO, Jacques Diouf. “Es algo absolutamente inaceptable”, añadió.
La permanencia de un elevado nivel de hambre en el mundo también “hace muy difícil alcanzar no sólo el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM), sino también el resto de los ODMs”, alertó Diouf.
“El logro de la meta internacional de reducción del hambre se encuentra seriamente amenazado”, añadió el responsable de la FAO, señalando además que los recientes aumentos de los precios alimentarios, de persistir, pueden perjudicar los esfuerzos para nuevas reducciones en la cifra de personas hambrientas en el mundo.
“La actuación enérgica y urgente por parte de los países y del mundo ha resultado eficaz para detener la escalada en la cifra de personas que sufren hambre”, subrayó la Directora Ejecutiva del PMA, Josette Sheeran. ”Pero no es el momento de bajar la guardia. Tenemos que mantener a raya el hambre para garantizar la estabilidad y proteger las vidas y la dignidad de las personas añadió Sheeran.
La nueva cifra sobre el hambre se incluye en el principal informe anual ”El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2010” (SOFI, por sus siglas en inglés), que será publicado de forma conjunta por la FAO y el PMA el próximo octubre. La cifra fue anunciada en vísperas de la cumbre que tendrá lugar del 20 al 22 de septiembre en Nueva York para acelerar el progreso hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs), el primero de los cuales pretende poner fin al hambre y la pobreza.
El pasado mayo Diouf lanzó la campaña “Mil millones de hambrientos”, destinada a incitar a los líderes mundiales para que actúen con urgencia y firmeza para poner fin al hambre. Más de medio millón de personas han firmado ya una petición en Internet que pide a los políticos situar la reducción del hambre como su principal prioridad. Se espera reunir un millón de firmas a finales de este año.
Yusivo Omura, Vice-presidenta del FIDA, señaló por su parte que “los hambrientos del mundo no son sólo una cifra. Son personas, hombres y mujeres pobres que luchan por sacar adelante a sus hijos y ofrecerles una vida mejor, y jóvenes que intentan construirse un futuro. Resulta irónico que la mayoría de ellos viva en realidad en las áreas rurales de los países en desarrollo. Además, más del 70 por ciento de la gente en situación de pobreza extrema –personas que viven con menos de un dólar EE.UU. al día, residen en áreas rurales. Son mil millones de personas y 4 de cada 5 son campesinos de una forma u otra.
Crecimiento económico y precios más bajos
La menor cifra de hambrientos a nivel mundial en 2010 deriva principalmente del renovado crecimiento económico que se espera este año -en particular en los países en desarrollo-, y del descenso de los precios alimentarios ocurrido desde mediados de 2008. El reciente alza de precios de los alimentos, de continuar, puede crear obstáculos a una mayor reducción del hambre.
De los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados de forma solemne por la onU en 2000, el ODM 1 se comprometía a reducir a la mitad el porcentaje de personas hambrientas desde el 20 al 10 por ciento en 2015. Sin embargo, a cinco años de finalizar el plazo, ese porcentaje se sitúa actualmente en el 16 por ciento.
Previamente, en 1996, una Cumbre Mundial sobre la Alimentación había fijado por vez primera la meta cuantitativa de reducir a la mitad la cifra de personas hambrientas desde aproximadamente los 800 millones que existían en 1990-92 a cerca de 400 millones para 2015. Alcanzar este objetivo significaría reducir el número de hambrientos en más de 500 millones durante los próximos cinco años.
Problema estructural
El hecho de que históricamente la cifra de personas desnutridas continúe incrementándose incluso en períodos de elevado crecimiento económico y precios relativamente bajos indica que el hambre es un problema estructural, según la FAO. Por lo tanto resulta evidente que el crecimiento económico, aunque esencial, no será suficiente para eliminar el hambre en un plazo de tiempo aceptable, señala la Organización de la onU. “Pero hay historias de éxito en África, Asia y Latinoamérica”, apuntó Diouf. Es necesario repetir y ampliar estas experiencias.
A nivel mundial, la cifra de hambrientos de 2010 supone un descenso del 9,6 por ciento respecto al nivel de 2009. Esta reducción se concentra en su mayor parte en Asia, en donde se calcula que 80 millones de personas dejaron de sufrir hambre este año. En África subsahariana el descenso fue mucho menor –cerca de 12 millones- y una de cada tres personas en este continente continúa estando desnutrida.
1 comentario:
A la ONU y sus agencias se les llena la boca cada vez que piden a la gente que haga un esfuerzo para ayudar al prójimo, sin embargo, no se les ve por ningún lado exigiendo el fin del expolio permanente que las grandes corporaciones hacen del planeta y sus habitantes y que es la verdadera causa de estas cifras catastróficas.
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