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miércoles, enero 30, 2013
El futuro de Mali
Mientras las tropas francesas y malíes avanzan en el norte del país, EEUU y Gran Bretaña refuerzan su apoyo a la misión gala. Las autoridades locales comienzan a entrever el posguerra, y los europeos se preparan para participar.
Las tropas francesas tomaron la mítica Tombuktú. Es la noticia de la semana para el ejército galo y sus aliados. Luego del operativo 'relámpago' con que malíes y europeos recuperaron Gao, la ciudad más importante del norte de Mali, los guerrilleros salafistas debieron retirarse de Tombuktú el lunes pasado, donde las tropas de los gobiernos de Bamako y París pudieron tomar el control sin demasiados problemas. “Nosotros estamos ganando esta batalla. Cuando digo nosotros, me refiero al ejército maliense, a los africanos apoyados por los franceses”, festejó el presidente francés Hollande al dar a conocer la noticia.
El valor de la recuperación de Tombuktú va más allá de la simple estrategia bélica. La ciudad al borde del Sahara es todo un símbolo. Se la considera la capital intelectual del Islam en África. Desde el siglo XV es la principal sede de los grandes manuscritos teológicos de la religión musulmana, lugar de paso obligado para todo musulmán africano que quiera atravesar el Maghreb. Según varios medios occidentales, los rebeldes antes de abandonar la ciudad habrían destruido buena parte de su patrimonio cultural. La mayoría son manuscritos, incendiados por grupos que rechazan la visión más 'blanda' de la sharia -ley islámica- que estos escritos representarían. “Prendieron fuego al Instituto Ahmed Baba. Es una catástrofe para Tombuctú y para toda la humanidad”, afirmó su alcalde, Ousmane Halle-Cisse, desde la capital, donde huyó hace semanas. Junto con su invaluable patrimonio cultural, Tombuktú representa una “joya en el desierto” en sí misma. La UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad en 1988, y la presencia de fuerzas beligerantes en el lugar preocupa mundialmente por la integridad de sus bellezas. Si bien el Estado Mayor Conjunto aplica una fuerte censura sobre las operaciones militares en el norte de Mali, el presidente interino, Dioncounda Traore, declaró ayer que la ciudad, en mano a los rebeldes durante los últimos siete meses, está ahora controlada por el frágil ejército maliense, mientras el resto de las tropas francesas y locales avanzan hacia Kidal.
El mismo Traore, anunció que en Mali se celebrarán elecciones “libres, justas y creíbles” el próximo 31 de julio. El primer ministro interino, Django Sissoko, fue más allá. Ante la Asamblea Nacional reunida en Bamako adelantó los planes de su gobierno provisorio para el post-reunificación. Sissoko prometió “la liberación total del territorio en el menor tiempo posible, el retorno de la Administración y la inauguración rápida de un diálogo intercomunitario”. Para ello, anunció la creación de una Comisión para el Diálogo y la Reconciliación, excluyendo sin embargo al grupo independentista laico tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA). Éstos declararon la independencia del norte de Mali en abril de 2012, para luego capitular ante los grupos islamistas. En las últimas semanas, habían llamado al gobierno de Bamako a la unidad contra salafistas, aunque rechazando la intervención francesa. El MNLA llamó ayer a “la apertura de negociaciones en el marco de una Federación maliense para encontrar una solución definitiva al conflicto que enfrenta a Azawad (norte del país) y al Estado central de Mali”.
Mientras tanto, los países centrales que financian se preparan para intervenir. La Resolución 2085 del Consejo de Seguridad de la ONU -donde Argentina posee un representante-, aprobada el pasado 20 de diciembre, dispone el despliegue de una Misión Internacional de Apoyo a Malí con Liderazgo Africano (AFISMA), en apoyo a las Fuerzas Armadas de Mali. Para eso se celebró ayer una conferencia internacional de donantes en Adis Abeba, Etiopía, que definió aportar 455 millones de dólares en armamento y apoyo logístico. Según trascendió, el principal donante será el gobierno de Japón, que prometió 120 millones de dólares, seguido de Estados Unidos, con 96 millones; la Unión Europea (UE), con 63 millones; y la Unión Africana (UA), con 50 millones.
Sin embargo el socialista Hollande se cortó solo el pasado 11 de enero. Si bien la AFISMA debería sostituir por completo las tropas francesas, París no parece tener intención de abandonar a su 'ex' colonia. Y otros países centrales acompañan.
El primer ministro británico, David Cameron, con un pie fuera de la Unión Europea anunció el envío de más de 200 efectivos por fuera de los 500 prometidos por la UE y de la AFISMA. Por su parte, el Departamento estadounidense de Defensa busca involucrarse cada vez más en la logística de las operaciones militares. Ayer, trascendió la intención de instalar una base militar estadounidense en la frontera entre Mali y Niger, para la observación de los grupos insurgentes en la región y el uso de drones.
Queda entonces en evidencia la relevancia del conflicto en acto. Mientras los combates se resuelven favorablemente para las fuerzas occidentales, ya está en acto el movimiento diplomático para ver qué ganará cada uno al final de la incursión bélica.
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