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martes, julio 23, 2013
El Circo electoral chileno, crónica de una crisis anunciada
Son múltiples los análisis sobre la situación previa a las elecciones presidenciales de noviembre en Chile. Lo cierto es que la renuncia del candidato de la derecha Pablo Longueira le puso sabor a una contienda que sigue evidenciando la crisis política del país.
Si bien los resultados de las primarias en ambas coaliciones (la de la derecha entre Andrés Allamand y Pablo Longueira y la del centro entre Michelle Bachelet, José Antonio Gómez, Andrés Velasco y Claudio Orrego) le dio un toque democrático y participativo al proceso, las sorpresas no estuvieron ausentes.
Pablo Longueira vencía al moderado Allamand por un 51,37%, abriéndose así una radicalización entre los sectores en disputa, si es que consideramos a Bachelet -quien obtuvo una mayoría aplastante del 73,05%- una representante del progresismo chileno.
Los tropiezos de la derecha
Longueira lograba así el máximo liderazgo en su coalición, también gracias al retiro del candidato más destacado mediáticamente: Laurence Golborne. Este se vio obligado a fines de abril a abandonar sus aspiraciones, luego de ser sindicado por la Corte Suprema de Chile como uno de los responsables por el holding Cencosud de realizar cobros abusivos a miles de clientes. Golborne fue el gerente general de este conglomerado empresarial previo a ser ministro, por lo que declinó su candidatura presidencial ante los cuestionamientos por no haber protegido los intereses de los consumidores.
A poco más de dos semanas del triunfo de Longueira, las sorpresas siguieron. En rueda de prensa, el hijo del “regalón” (mimado) de Pinochet anunció el retiro de la contienda electoral de su padre, aduciendo un estado de depresión diagnosticado clínicamente.
“Por su responsabilidad con Chile, con su alianza política y su partido, nuestro padre ha presentado hoy su renuncia a su candidatura presidencial”, sentenció el hijo de Longueira a la prensa el 18 de julio.
Con este nuevo panorama, los diferentes partidos de la derecha chilena salieron a la carga. El contendor derrotado por el depresivo Longueira, Andrés Allamand, reclamó su puesto. Pero a pocos minutos de iniciar este nuevo juego aparecieron en el escenario político chileno viejas caras en la nueva disputa electoral. Estas se encuentran abocadas a improvisar nuevas reglas para definir el o la contendora de Bachelet.
Las hijas de los Generales
Entre las caras viejas de la política chilena, pero nuevas en las contiendas presidenciales, se abre paso desde este sábado Evelyn Matthei, hija del general golpista Fernando Matthei, quien participó como general en jefe de la Fuerza Aérea de Chile en la dictadura de Augusto Pinochet, integrando la Junta de Gobierno que gobernó al país durante 17 años, en la más larga y criminal dictadura que sufriera el país.
Tal como Evelyn Matthei, la actual candidata de Nueva Mayoría, Michell Bachelet, es también hija de otro general de la Fuerza Aérea chilena, Alberto Bachelet, quien tras el golpe de Pinochet en 1973 murió en la cárcel a causa de las torturas que le aplicaron en la Academia de Guerra aérea, institución donde el director era Fernando Matthei.
Así las cosas, las hijas de los generales, uno golpista y el otro víctima de la represión militar, posiblemente se enfrenten en un ámbito diferente al de sus progenitores: el electoral. Mientras, los partidos de la derecha chilena debaten el “procedimiento electoral” que les permita definir su candidato o candidata. Lo cierto es que Evelyn Matthei dejó este lunes la cartera del Ministerio de Trabajo para dedicarse de lleno a la campaña interna.
Más allá de las tradiciones
Mientras los partidos tradicionales se debaten en sus definiciones y campañas publicitarias, otro Chile se expresa en las calles y anuncia nuevos y complejos tiempos. El primer paro nacional de trabajadores y estudiantes se desarrolló este mes de julio, con más de medio millón de chilenos y chilenas protestando en las calles, como en los duros tiempos de la dictadura.
Los jóvenes estudiantes de la dinámica Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) ya fijaron su posición electoral llamando a no votar en un comunicado a la opinión pública: “En el año 2011 fuimos testigos de cómo el parlamento no fue capaz de reaccionar ante las demandas, que no sólo eran de los estudiantes, sino que reflejaban a más del 80% de la población, y prefirieron mantener el modelo sin tomar el cambio que la mayoría estaba exigiendo en las calles”.
“Durante el año 2012, los estudiantes secundarios dijimos ´Yo No Presto El Voto´ ya que teníamos claro que de nada servía justificar una democracia que durante todos estos años se ha empeñado en hacer oídos sordos a nuestras demandas, no tocando la estructura educacional, manteniendo la segregación y la educación para ricos y pobres. La poca participación en el proceso eleccionario del año anterior es un reflejo de la desconfianza que existe por parte de los chilenos a un sistema que no soluciona los problemas que aquejan día a día a nuestros padres. Entendemos que esto no lo va a cambiar ninguna elección en las condiciones actuales, cualquiera sea el candidato, su programa o sus intenciones, ya que están atados a moverse en los márgenes de un sistema construido para que las cosas se mantengan y no cambien desde su raíz”, agrega el comunicado.
Mucho queda por tejerse en la política chilena. Mientras el modelo de democracia tutelada se mantenga bajo la bota que lo fundó, el descontento y la marginación buscan las fisuras para expresarse.
Marcela Cornejo.
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