Este 6 de mayo de 2014 la mayoría nacionalista burguesa de la Verkhovna Rada (Asamblea Nacional ucraniana) aprobó una decisión ilegal, sin precedentes, al obligar a retirarse de la sesión de la Asamblea al grupo de legisladores del Partido Comunista, un partido al que votaron tres millones de ciudadanos ucranianos.
Un partido que se opone firmemente al fascismo en Ucrania y defiende la unidad del país. Un partido que ha defendido siempre los intereses del pueblo, no los intereses de los criminales clanes oligárquicos.
El jefe del grupo, Petro Symonenko, ha expresado su legítimo reclamo en la sesión de la Asamblea Nacional, permitiendo al pueblo ucraniano conocer de viva voz su testimonio sobre la masacre de civiles en las regiones de Donetsk, Luhansk y otras regiones y sobre la gente quemada viva en Odesa.
La mayoría profascista decidió expulsar de la sala a los diputados comunistas con total desprecio de las leyes ucranianas y de los procedimientos parlamentarios.
La junta neonazi ha lanzado una guerra civil en Ucrania, ha destruido la integridad territorial del país, burlando la Constitución, las leyes, las normas del derecho internacional, ha lanzado al ejército y a grupos paramilitares contra los civiles.
La junta neonazi, conducida por Tourchinov, Iasteniouk, Nalivaychenko, Parubiya, Koval, Avakov y otros, es culpable de la muerte de centenares de victimas civiles y esos dirigentes son personalmente responsables de las atrocidades cometidas por los combatientes que quemaron vivas a las personas que se hallaban en la casa de los sindicatos en Odesa.
Sus manos están manchadas con la sangre de “cientos de inocentes”, con la sangre de todos los que murieron en sus asaltos, al servicio de sus amos en la sangrienta guerra civil provocada por la Casa Blanca y Bruselas en Ucrania. Sin embargo tienen miedo y se pertrechan en las barricadas armadas tras las puertas cerradas del Parlamento.
El grupo del Partido Comunista ha solicitado que se conmemore a todas las víctimas caídas en la guerra civil desencadenada por el régimen. Pero esa iniciativa fue rechazada. Eso revela que los militantes quemados vivos en Odesa no tienen la consideración de víctimas.
El grupo del Partido Comunista ha pedido que se desarme a los militantes neonazis del Sector de Derechas, autoproclamado “defensor de Maidan” y a otras organizaciones criminales nacionalistas y extremistas.
Los diputados comunistas han pedido asimismo al régimen que cese inmediatamente todas las provocaciones y las acciones hostiles para negociar y aprobar un resolución que cuente con el consentimiento de todos los grupos parlamentarios, el presidente, el primer ministro, los jefes comunales y las entidades locales, que defina claramente las propuestas y los tiempos para la realización de un referendo sobre la organización territorial de Ucrania, sobre el estatuto del idioma ruso, las competencias de las comunidades territoriales. Incluido el tema de la federalización para preservar la unidad del país.
El grupo del Partido Comunista ha denunciado las provocaciones del régimen neofascista que ha celebrado cínicamente el 9 de mayo Día de la Victoria. De modo que para la mayoría de los diputados prorrégimen, «Svoboda», «UDAR», «Patria», lo es en sus gargantas neonazis y neofascistas.
El grupo del Partido Comunistas declara: Ucrania ha entrado en una fase de dictadura neofascista que ha destruido metódicamente al Estado ucraniano.
¡Son los mismos que pretenden defender a gritos la unidad del país, el patriotismo!
Es por lo tanto la criminal y antinacional política la que ha conducido a la pérdida de Crimea y a la amenaza de “balcanización de Ucrania”
Quienes votaron hoy en la Asamblea Nacional la prohibición del grupo comunista, argumentando la amenaza del separatismo, son los verdaderos separatistas que dividen el país en feudos oligárquicos y privan a Ucrania de su verdadera y soberana independencia.
Solidarite internationale PCF
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