domingo, agosto 27, 2017

¡Marichi weu! El Pueblo Mapuche de pie frente al Gobierno



Cientos de comunidades mapuches de tres provincias repudiaron el accionar represivo del Gobierno y exigieron la aparición con vida de Santiago Maldonado. El genocidio de los pueblos indígenas y la disputa actual por los territorios.

“Puelmapu” es el nombre que el Pueblo Mapuche le da a su territorio, al este de la Cordillera de los Andes, desde antes de la conformación de los Estados de Argentina y Chile. En tan amplio espacio no existe una sola organización que reúna a las cientos de comunidades mapuches, que tienen las más diversas posturas políticas, ideológicas y formas de construcción organizativa.
Ante tanta diversidad, sólo el macrismo pudo unir a todas las comunidades en el unánime rechazo a la política represiva y “racista” del Gobierno nacional, personificado en la ministra Patricia Bullrich. Organizaciones de Chubut, Río Negro y Neuquén repudiaron la violencia contra las comunidades, pidieron la renuncia de Bullrich y exigieron la aparición con vida de Santiago Maldonado.

Antecedentes

Agosto de 2016. Un informe interno del Ministerio de Seguridad acusa a los pueblos originarios de la Patagonia de delitos federales y los responsabiliza de hechos delictivos (sin aportar pruebas). “Revalorización de la ley. Problemática en territorio mapuche”, es el nombre del documento oficial, publicado por Horacio Verbitsky Página/12. Reconoce que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) realiza “tareas de investigación” ilegales y replica el discurso de las empresas petroleras al definir como “usurpación” a las acciones de resistencia de las comunidades de Neuquén en zona de Vaca Muerta.
En noviembre pasado, un centenar de organizaciones de pueblos originarios, Amnistía Internacional, el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) -entre otras entidades- emitieron un comunicado para alertar sobre la “estigmatización y persecución al Pueblo Mapuche”. El texto, titulado “La lucha indígena no es delito”, apuntó al Gobierno nacional: “El Ministerio de Seguridad coloca a las reivindicaciones territoriales mapuches como amenazas para la seguridad social (…) El Estado privilegia los intereses de las petroleras y criminaliza al pueblo mapuche”.
En enero se sucedieron tres represiones en dos días sobre el Lof en Resistencia del departamento de Cushamen, con una ferocidad que no se veía hacía tiempo, por parte de Policía provincial y Gendarmería nacional. Decenas de detenidos y heridos de bala llegaron a la prensa nacional. Fue una cacería de mapuches.
El 21 de junio, un centenar de efectivos de Gendarmería nacional llegó hasta la comunidad mapuche Campo Maripe (en Vaca Muerta-Neuquén), cerró los caminos internos y escoltó a cuadrillas de YPF para realizar una nueva perforación petrolera, resistida por los mapuches.
Los integrantes de la comunidad pidieron explicaciones, solicitaron que exhiban la orden judicial (nunca se las mostraron) y exigieron que se retiren del territorio indígena. La Gendarmería incluso impidió que la comunidad abandonara su propia tierra. “YPF usa la Gendarmería para entrar ilegalmente a territorio mapuche. Ingresaron sin consulta, ni autorización, con un procedimiento totalmente desmedido, sin mediar palabra, ni exhibir orden judicial. Los miembros del lof (comunidad) fueron amenazados y fueron rehenes en su propio territorio”, denunció el Consejo Zonal Xawvn Ko de la Confederación Mapuche de Neuquén, que cuestionó la “militarización” del lugar y acusó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de una “escalada de represión”.
El 22 de julio, una semana antes de la desaparición de Santiago Maldonado, once comunidades mapuches se reunieron en la localidad rionegrina de Aguada Cecilio. Declararon el estado de alerta y movilización por la emergencia territorial, denunciaron un proyecto de nuevo códigos de tierras (impulsado por el gobernador Alberto Weretilneck) que “abre las puertas a las empresas extractivistas” y repudiaron la “estigmatización de violento que recae sobre Facundo Jones Huala y su comunidad, expresada por el gobernador de Río Negro en los medios públicos, que conlleva a la criminalización de la lucha de los líderes mapuches y referentes sociales”. Llamaron a organizarse para una gran marcha mapuche, con el lema “petu mongueleiñ” (Estamos vivos).

Oficial

El 1° de agosto la Gendarmería nacional reprimió un corte parcial en la ruta 40, realizado por la comunidad Lof en Resistencia de Cushamen. Los efectivos ingresaron sin orden judicial a la comunidad, amenazaron a mujeres y niños, incendiaron pertenencias y las humildes viviendas y persiguieron a los hombres hasta el riacho que cruza el campo. Fue la última vez que vieron a Santiago Maldonado.
El 11 de agosto, diez días después de la desaparición de Santiago Maldonado, el presidente Mauricio Macri se refirió a la desaparición: “Estamos trabajando a destajo para trata de ver qué es lo que pasó”. Y apuntó a los mapuches: “Se declara con lineamientos bastante poco democráticos y bastante violentos”.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue más allá: “Nuestra decisión es total y absoluta de no permitir que en la Argentina se asiente un grupo que utilice la violencia como forma de acción y quiera imponer una república autónoma y mapuche en el medio de la Argentina”.

“Desprecio racial e ignorancia”

La Confederación Mapuche de Neuquén se organiza en seis regiones (llamada “zonales”), con más de sesenta comunidades. La Zonal Xawvn Ko (encuentro de aguas) fue de las primeras en responder: “Patricia Bullrich, en sus declaraciones cargadas de desprecio racial e ignorancia, construye una verdadera ensalada de conceptos errados. Desconoce conceptos básicos de estados modernos y evolucionados que se asumen como estados plurinacionales. Nuestra condición de Nación Mapuche está basada en la preexistencia milenaria que reconoce la propia Constitución Argentina”.
“Negar esta realidad es propia de los Estados autoritarios y colonialistas que desconocen la diversidad”, señaló la organización mapuche. Ejemplificaron con Canadá y Bolivia, ambos Estados plurinacionales. “No depende del permiso de una funcionaria. Está relacionado a una existencia de miles de años, ante un estado moderno de solo dos siglos de existencia”, afirmó. Y explicó que la plurinacionalidad no es una propuesta separatista ni excluyente sino, por el contrario, una herramienta para la unidad en la diversidad.
“Si los mapuche no asumiéramos nuestra nacionalidad, seríamos un pueblo sin historia y peor aún, seríamos un pueblo sin futuro”, afirmó la zonal mapuche de Neuquén.
Patricia Bullrich tampoco tuvo presente la vigencia el derecho a la autodeterminación indígena, consagrado en la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT y fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Renuncia

Comunidades mapuches de Neuquén y de Río Negro se autoconvocaron en Junín de los Andes el 10 de agosto. Emitieron un largo documento, con cinco puntos principales:
-Exigir la aparición con vida de Santiago Maldonado.
-Repudiar el accionar de Gendarmería nacional “utilizada como fuerza de represión contra el pueblo”.
-Condenar “la manera artera como el poder mediático empresarial crea estigma, rótulos, prejuicios y promueve el odio racial contra el pueblo nación mapuche”.
-Exigir la renuncia de la ministra Bullrich porque “desde que asumió ha promovido la violencia como método para resolver la demanda social y el ejercicio de derecho”.
-Denunciar y responsabilizar al presidente Macri sobre las “consecuencias graves que generará esta persecución al Pueblo Mapuche sin medir que estamos ante posibles actos irreparables de pérdida de vidas humanas”.
Firmaron el documento las autoridades de las zonales Xawvnko, Wijice, Pewence y Lafkence de la Confederación Mapuche de Neuquén y las autoridades de la Coordinadora del Parlamento Mapuche Chewelche en Río Negro y el Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas (Codeci).
Anunciaron que en breve se expedirán de forma crítica sobre el accionar del grupo “Resistencia Ancestral Mapuche (RAM)”, en particular sobre “las metodologías y objetivos del RAM, que no compartimos como organizaciones mapuche de la región”. Sin embargo, aclararon que lo prioritario es volcar todas las energías y atención a la desaparición de Santiago Maldonado y denunciar la “violencia racial desatada por el Estado”.
“Un desaparecido por la fuerza pública es de una gravedad inusitada y algo que creíamos que nunca más iba a ocurrir en el país. Solo el odio racial desatado contra los mapuche ha hecho posible semejante aberración contra la condición humana”, finalizó el posicionamiento.

Chubut

“Somos lo que el genocidio del Estado dejó. Nuestras memorias nos cuentan cómo sobrevivimos y por qué aún estamos vivos. Entonces, porque esto ya nos pasó, hoy estamos con la familia de Santiago, los acompañamos y nos solidarizamos con ellos”, afirmaron ocho comunidades mapuche-tehuelche de Chubut que se congregaron el 11 de agosto para analizar y expedirse sobre la situación local.
Los dos primeros puntos de su posicionamiento público fueron en línea con las comunidades de Neuquén y Río Negro: “Nos solidarizamos con los familiares de Santiago Maldonado, desaparecido en un contexto de represión a una comunidad mapuche, y exigimos su aparición con vida (...) Repudiamos enérgicamente el accionar represivo del Estado en sus distintas instancias, una vez más, en contra del Pueblo Mapuche, la criminalización de la protesta social y el nulo valor que la vida tiene para el Gobierno”.
Firmado por las comunidades Vuelta del Río (Cushamen), Santa Rosa Leleke (Cushamen), Lof Cayun (Lago Puelo), Lof Cañio (Buenos Aires Chico), Lof Ñiripil (Buenos Aires Chico), Ñamkulawen Lof (Comodoro Rivadavia), Newen Mulfuñ (Pico Truncado), Calfu Nao (Trelew), recordaron que el Pueblo Mapuche-Tehuelche sufre desde hace generaciones “engaños, manipulación, hostigamientos por parte del estado -y sectores privados- y las persecuciones, que forman parte de la historia de vida (indígena)”.
Y enmarcaron la desaparición de Santiago Maldonado y la represión actual en un contexto histórico: “La falta de comprensión de que existe una deuda histórica del Estado con los Pueblos Originarios que se debe reparar con diálogo, igualdad, respeto y autocrítica por parte del Estado, y no con violencia, represión, provocaciones y discriminación (...) También está presente la incapacidad y falta de voluntad que han demostrado amplios sectores de la sociedad para revisar nuestra propia historia colectiva y prefieren, en cambio, quedarse en el agravio y la descalificación”.
Las ocho comunidades mapuche-tehuleche explicaron que la actual conflictividad “es una prueba más del fracaso con el modo en que las autoridades vienen abordando la realidad que plantean las comunidades indígenas, también es el resultado de la falta histórica de políticas de acceso a la tierra y al territorio, la falta de diálogo por parte de las autoridades municipales, provinciales y nacionales”.
También cuestionaron duramente al accionar del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), el Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural (IAC) y de la Dirección de Asuntos Indígenas de la provincia de Chubut que no respetan los derechos vigentes en la Constitución Nacional y en los tratados internacionales de derechos humanos. “Siempre estuvimos, estamos y estaremos en nuestro territorio y defenderemos una vida digna en ellos”, finalizaron las comunidades mapuche-tehuelche.

Recuperaciones y futuro

El Consejo Asesor Indígena (CAI) es una organización histórica del Pueblo Mapuche de Río Negro, con más de treinta años de existencia. Uno de sus ejes centrales la recuperación de los territorios usurpados a las comunidades, y que hoy están en manos de grandes empresas o el Estado.
“Llevamos recuperadas y consolidadas más de 200.000 hectáreas en lo que hoy es la provincia de Río Negro. Hemos sufrido incendios, persecuciones judiciales y policiales, amenazas de muerte, acosos, allanamientos e intentos de desalojo. Pero siempre hemos mantenido los reclamos y la firmeza en nuestra lucha”, resumieron.
El CAI explicó que siempre buscaron diálogo con el conjunto de la sociedad, con el objetivo de avanzar hacia “el espacio negado que tenemos como pueblo”. Pero advirtió que “se hace evidente que la política represiva del Estado se intensifica y se intensificará en los tiempos que siguen. No queremos que la actitud del Estado y la sociedad frente a nosotros sea de represión, discriminación y racismo”.
El CAI, al igual que todos los posicionamientos indígenas se expidieron el último mes, cuestionó al gobierno de Mauricio Macri, exigió que se cumplan sus derechos y reclamó la aparición con vida de Santiago Maldonado.
Todos los comunidades del Pueblo Mapuche finalizan de la misma manera, y quizá explica por qué alteran tanto al poder de turno: ¡Marichi weu! ¡Marichi weu! ¡Marichi weu! (grito de lucha y esperanza que significa “diez veces venceremos”).

Darío Aranda

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