Con una inmensa marcha que no solo ocupó la zona del Congreso sino que se extendió cuadras y cuadras por Avenida de Mayo, la movilización se impuso a los acuerdos y compra/venta entre el gobierno y los gobernadores. Pero no fue sólo en Buenos Aires donde aportaron gruesa convocatoria, también lo hicieron Luján y otras universidades del Conurbano, más de cien mil personas marcharon en Córdoba, en Jujuy unas compactas 6 cuadras con muy importante presencia docente, también muy grandes en Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata, que además de llegar al Congreso tuvo su movilización en su propia ciudad. Una foto que se replicó en 80 puntos de todo el país desde Oran a Ushuaia, en una jornada acompañada con un paro convocado por la Conadu Histórica y Conadu.
Confluyendo con el Garrahan, con quienes venimos coordinando acciones, con el apoyo de amplios sectores de la población y acompañados por los jubilados que cada miércoles llevan su reclamo, la plaza estuvo copada por trabajadores docentes, no docentes y estudiantes que formaron parte de esta gran y nueva convocatoria, resultado de toda una movilización y preparación previa.
En la UBA, una columna que partió de Houssay con todas las facultades de la zona se unió a la concentración en Congreso junto a nutridas columnas de estudiantes docentes y no docentes de Sociales, Filo, Ingeniería, Agro, Vete, Psico, Derecho y sedes del CBC que partieron de sus edificios. La combativa concentración de AGD UBA siguió nutriéndose de compañeros que se fueron uniendo con el correr de las horas a dónde llegaron los compañeros del Buenos Aires y del Pellegrini. Fadu y Exactas, también muy importantes numéricamente, quedaron alejadas dada la imposibilidad de llegar al punto de encuentro.
Cerca, nuestros estudiantes con sus centros y agrupaciones y una importante concentración de trabajadores No docentes de la Facultad de Sociales y Exactas y de la Agrupación Bordó con quienes venimos acordando medidas en los días previos ante la pasividad de Apuba.
Al grito de “ganamos” fue recibida la primera votación a favor del Garrahan demostrando una vez más lo arraigado que está en la docencia que lucha la importancia de la unidad de las y los trabajadores. Minutos después ya festejábamos haber derrotado el veto también a la Ley de Financiamiento Universitario
Una gran concentración resultado de la movilización previa
En el caso de AGD UBA, al igual que desde la Naranja Nacional, en cada asociación donde participamos de la Conadu y Conadu H, impulsamos y llevamos a nuestras federaciones mandatos para generar la mayor movilización posible de toda la comunidad académica: paros activos, clases públicas cortes, tomas, asambleas intergremiales e interclaustros. Lo hicimos convencidos que para esta batalla, contra un gobierno que tiene el mandato de destruir a la universidad pública, no podíamos quedarnos con los brazos cruzados. Enfrentamos así a las direcciones de las federaciones que junto al CIN y todas las autoridades universitarias solo anunciaban una marcha el día que se trate el veto, defendiendo mientras tanto mantener una normalidad en la cursada, en lugar de preparar luchando, debatiendo y movilizando, la gran tercera marcha federal.
Pero ¿cómo sostener cualquier normalidad con diez mil docentes que dejan sus puestos en la universidad? Con compañeros no docentes y docentes que no pueden seguir con estos sueldos. Con un pluriempleo que nos saca de la dedicación necesaria a nuestras tareas universitarias mientras nos destruye nuestra calidad de vida. Con un presupuesto que no alcanza para mantener las tareas de docencia investigación y extensión que brindan nuestras facultades colegios y hospitales.
Por esto, la Naranja propuso en asambleas de AGD UBA, una nueva jornada de clases públicas en Plaza de Mayo y la participación en la movilización del 12/9 junto al sindicalismo combativo, propuesta que se aprobó además de realizar paros activos y toda acción que permita, en unidad docente no docente estudiantil, generar la mayor movilización posible.
Esta línea se impuso. Por primera vez logramos arrastrar a otro gremio docente, Feduba (Conadu), a la Plaza de Mayo y hasta el sindicato patronal Aduba convocó a clases públicas.
La marcha del 12 también fue fundamental. Junto al Garrahan encabezamos la columna a Plaza de Mayo tras un cartel "no al veto". Fue la primera movilización luego del rechazo de los trabajadores de provincia de Buenos Aires a la política de ajuste y motosierra del gobierno, y post anuncio del presidente de los vetos. De gran repercusión, allí confluimos con las organizaciones combativas de desocupados y jubilados, además de sindicatos y cuerpos de delegados antiburocráticos y sectores en lucha como Morvillo, Secco, etc.
La semana siguiente seguimos con acciones en todas las unidades académicas. Clases públicas, cortes, semaforazos, asambleas conjuntas con estudiantes y no docentes, banderazos, etc. Logramos así volver a instalar la necesidad de salir a la calle para tirar abajo al veto y lograr que se aplique la ley de financiamiento. Reinstalamos en la universidad la movilización que las autoridades habían aplastado.
Por esto, la movilización del miércoles 17 fue el resultado de un método que logró vencer el inmovilismo de las burocracias sindicales adaptadas a la política de los rectores.
Luego del senado ¿la lucha termina?
Por el contrario, arrancada la ley deberemos reforzar la organización y movilización. Porque el gobierno ya anunció que no aplicará ni la Ley de Financiamiento Universitario ni la Ley de Emergencia Pediátrica. Incluso al no reglamentar la Ley de Discapacidad da largas también a su cumplimiento. Por otro lado, ya vimos el presupuesto 2026 que, analizado, profundiza el ajuste contra la universidad pública. El presupuesto es una mentira absurda e inviable, pero es indicativo de un gobierno que no gira. El cumplimiento de la ley, aún cuando el Senado la reafirme, algo que parece muy posible, será arrancado únicamente con la continuidad y profundización de nuestra lucha.
Si bien el gobierno hoy está en una crisis mayúscula, casi en estado terminal, cuenta para sostenerse con el apoyo del FMI y de todo el sector capitalista que apunta a una devaluación contra los bolsillos de los trabajadores y al pago estricto de la deuda externa. Por otro lado, todas las corrientes políticas de la burguesía hacen gárgaras de garantías de gobernabilidad no solo en torno a la devaluación, sino también en torno a las llamadas “reformas estructurales” que, como sabemos, nos pegarían de lleno.
Por eso, más que nunca, después del Senado, reclamemos un congreso a cada federación para discutir las medidas necesarias, en las aulas, calles y con un plan de lucha de conjunto de docentes estudiantes y no docentes, para obligar al gobierno a la aplicación del aumento establecido en este año, antes que termine el ciclo lectivo. La rebelión universitaria está a la orden del día ¡A impulsarla!
Ileana Celotto
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