La magnífica oleada de luchas industriales en Egipto, que comenzó hace más de un año, todavía continúa, y también sigue siendo ignorada por los medios de comunicación. Los aumentos de precios son ahora el punto central de la protesta. Pero ahora se ha producido un acontecimiento importante, los trabajadores de Ghazl al Mahalla, una empresa textil, por primera vez han planteado reivindicaciones políticas.
En la página web 3arabwy se cita a los trabajadores gritando: "¡Abajo Hosni Mubarak!", "¡Tú que nos gobiernas desde Abdeen (palacio), tu gobierno es una mierda!" "¡Ellos comen cerdos y palomas, mientras que nosotros enfermemos por comer judías... Gamal (Mubarak) dile a tu padre que la provincia de Gharbeia le odia!"
La manifestación con 10.000 trabajadores, que se unieron a otros 10.000, tuvo como objetivo la reunión del Consejo Nacional de Salarios que debía discutir la subida del salario mínimo.
El egipcio Daily Star cita al sociólogo Sameh Naguib:
"Es la primera vez que hay grandes manifestaciones de trabajadores con reivindicaciones nacionales... esto no ha ocurrido en décadas".
Esta enorme fábrica textil de 27.000 trabajadores ha jugado un papel destacado en la oleada de militancia que ha desafiado tanto a los empresarios, como a los corruptos sindicatos controlados por el Estado y también al propio gobierno de Mubarak.
Ellos son los responsables de la extensión del movimiento. David Markowitz en un reciente artículo publicado en esta web (¿Por qué la clase dominante egipcia teme la crisis en Gaza?) informaba de la primera oleada huelguística del nuevo año:
"El 14 de enero informaba de que unos 300 trabajadores de la fábrica Manotex se manifestaron en la ciudad de Menoufia porque llevaban dos meses sin cobrar, mientras que otros 200 de la fábrica Aalaf Kar Saad en Damietta amenazaban con la huelga para evitar la venta de la fábrica".
Como observábamos en nuestro último artículo, el ánimo de los trabajadores ha aumentado gracias a la victoria de los trabajadores de la Oficina de Recaudación de Impuestos a finales de este año. El 15 de marzo pueden ir a la huelga los médicos si las conversaciones con el Ministerio de Sanidad no dan ningún fruto.
En la página web de la Hermandad Musulmana también se informaba de (25 de febrero) varias huelgas que ahora se están produciendo:
"Más de 2.300 trabajadores de la empresa textil Andorama en Monufeya organizaron ayer un día de huelga, protestan contra la decisión de empresa de reducir las primas de los trabajadores... 50 enfermeras de Fayoum se manifestaron ayer contra los bajos salarios... los trabajadores de la empresa Canal Ropes en Port Said amenazaron a la empresa con una gran huelga porque ésta no ha cumplido la promesa de aumentos salariales y horas extras... Los abogados de los asuntos legales de una empresa eléctrica en Ismailia amenazaron a la empresa con más escalada de luchas si no subían pronto sus salarios y primas".
Es evidente que hay varios ovillos a desenredar en el régimen del viejo presidente de ochenta años Mubarak. El Estado ha arrestado a gente de la Hermandad Musulmana y parece que están recibiendo un trato brutal. La Hermandad movilizó a 2.000 estudiantes la semana pasada para exigir la liberación de ocho años de sus profesores y probablemente son la oposición política mejor organizada. La visión de las tropas egipcias intentando reprimir a los oprimidos palestinos que rompían la muralla con Israel desde Gaza, no han servido para aumentar la popularidad de un régimen que sigue servilmente los dictados del imperialismo. Y como dicen los trabajadores de Mahalla, se resistirán ante cualquier intento de poner al hijo de Mubarak, Gamal, en su lugar.
Trece millones de egipcios, una quinta parte de la población, vive por debajo de la línea de pobreza. Ni el capitalismo ni el islamismo ofrecen una alternativa. El inspirador movimiento de la clase organizada es un ejemplo brillante para los trabajadores de todo Oriente Medio e internacionalmente. Ese es el futuro.
Ian Aylett
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