Cuando Patrick French era director de la «Free Tibet Champaign» (Campaña por la independencia del Tíbet) en el Reino Unido, fue el primero que pudo consultar los archivos del gobierno del Dalai Lama en el exilio. Se llevó una sorpresa.
¿Liquidaron los chinos a los tibetanos?
Llegó a la conclusión decepcionante de que las pruebas del genocidio tibetano perpetrado por los chinos se habían falsificado, así que dimitió de inmediato como director de la campaña por la independencia del Tíbet (1).
En los años sesenta, bajo la dirección del hermano del Dalai Lama, Gyalo Thondrup, se habían recogido testimonios entre los tibetanos refugiados en India. French comprobó que las cifras de muertos se habían añadido al margen posteriormente. Otro ejemplo: un mismo choque armado narrado por cinco refugiados distintos se había contabilizado cinco veces. Mientras tanto, la cifra de 1,2 millones de muertos por culpa de los chinos había dado la vuelta al mundo.
French afirma que eso es sencillamente imposible, ya que todas las cantidades correspondían a hombres y entonces sólo había 1,5 millones de tibetanos varones, por lo que hoy en día apenas quedarían unos pocos. Pero la población ha aumentado hasta cerca de 6 millones de habitantes, el doble que en 1954. Una cifra proporcionada tanto por el Dalai Lama como por las autoridades chinas, esta vez asombrosamente de acuerdo.
Los observadores internacionales (el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud) también avalan estas cifras; sin embargo, todavía hoy el Dalai Lama sigue diciendo que los chinos fueron los causantes de la muerte de 1,2 millones de tibetanos.
¿Es el Dalai Lama una especie de papa del budismo mundial?
Conviene poner las cosas en su sitio. El 6 % de la población mundial es budista. Es poco. Además, el Dalai Lama no es el representante del budismo zen (Japón) ni del budismo del sureste asiático (Tailandia) ni del budismo chino. El budismo tibetano representa solamente la sexagésima parte (1/60) de ese 6 %. Por último, en el Tíbet hay cuatro órdenes monásticas separadas. El Dalai Lama pertenece a una de ellas, la «gelugpa» (sombreros amarillos). Es decir, estamos ante un papa con pocos fieles religiosos pero muchos adeptos políticos…
¿Quiénes son los patrocinadores?
De 1959 a 1972:
- 180.000 dólares anuales para sus gastos personales, en las hojas de pago de la CIA (documentos desclasificados por el gobierno usamericano; el Dalai Lama lo negó hasta 1980), y
- 1,7 millones de dólares anuales para organizar su red de solidaridad internacional.
Después se pagó la misma cantidad a través de la NED, una organización no gubernamental usamericana cuyo presupuesto depende del Congreso. El Dalai Lama dice que sus hermanos administran «sus negocios». La CIA reclutó a sus dos hermanos, Thubten Norbu (un lama de rango superior) y Gyalo Thondrup en 1951, al primero para recaudar fondos y dirigir la propaganda y al segundo para organizar la resistencia armada.
La bomba atómica india: el Buda sonriente
Desde el principio, es decir, cuando resultó evidente que la revolución china triunfaría en 1949, USA trató de convencer al Dalai Lama para que se exiliara. Pusieron a su disposición el dinero y la logística necesarios. Pero el Dalai Lama y su gobierno querían que USA mandara un ejército al Tíbet como había hecho en Corea, y la propuesta les pareció demasiado blanda (Modern War Studies, Kansas University, USA, 2002). A pesar de todo los usamericanos lograron convencer al Dalai Lama de que se exiliara en 1959, pero aún había que convencer a India para que le concediera asilo. Eisenhower le propuso un «cambalache» a Nehru: India aceptaría al Dalai Lama en su territorio a cambio de una beca a 400 ingenieros indios para que se iniciaran en la «tecnología nuclear» en USA. El trato se cerró (2). En 1974 la primera bomba A india recibió el apodo cínico de… «buda sonriente» (3).
Jean-Paul Desimpelaere
michelcollon.info
Traducido por Juan Vivanco
(1) Tibet, Tibet, P. French, Albin Michel, 2005.
(2) El comandante William Corson, responsable de las negociaciones, Press Trust of India, 10/8/1999.
(3) Raj Ramanna, ex director del programa nuclear de India, 10/10/1997, Press Trust of India.
Fuente: http://www.michelcollon.info/articles.php?dateaccess=2008-01-02%2018:31:49&log=lautrehistoire
Jean-Paul Desimpelaere es redactor de Solidaire, el semanario del Partido del Trabajo de Bélgica. Ha sido administrador de la Association Belgique-Chine de 1982 a 1998 y fundador y director de la agencia «Voyages Belgique-Chine» de 1985 a 1998. Está especializado en el estudio del Tíbet.
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