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sábado, enero 15, 2011
Túnez: ¡Del levantamiento de Sidi Bizoud a la revolución! ¡Ben Ali y su camarilla deben irse ahora!
Este artículo de nuestro corresponsal en Medio Oriente fue escrito sólo unas horas antes de anunciarse la huida del expresidente tunecino Ben Alí del país. No obstante, el artículo mantiene toda su actualidad porque traza un cuadro vigoroso de los acontecimientos revolucionarios ocurridos entre los días de ayer y hoy, y anticipa la caída de Ben Alí y de su camarilla, así como los intentos frenéticos por formar un gobierno de “unidad nacional” que intente robarle a las masas los frutos de su victoria revolucionaria.
El maravilloso levantamiento del pueblo tunecino ha adquirido proporciones revolucionarias. El asesinato a sangre fría de más de 20 manifestantes por la policía durante el fin de semana no tuvo el efecto que la dictadura esperaba obtener. El resultado no fueron menos manifestaciones sino más, incluso con más personas aún participando y con más determinación que nunca a no dejarse intimidar por más tiempo. Una cosa es segura ahora: este tira y afloja con la dictadura será llevada a cabo hasta el final por las masas.
Huelgas regionales han paralizado muchas ciudades en la parte central y oriental del país. Violentos enfrentamientos con la policía, que recordaban las escenas de la Intifada en Gaza, han continuado sin interrupción en los barrios de muchas ciudades. En el espacio de pocos días, el movimiento ha crecido a niveles sin precedentes en la historia reciente de Túnez. Las andanadas de balas disparadas por la policía siguen matando, pero ya no asustan a las masas. En total, más de 60 jóvenes y trabajadores han sido asesinados en el intento de romper el nuevo espíritu de lucha. Todo será en vano. Más importante aún, los trabajadores han comenzado a moverse a través de su sindicato, la UGTT, cuyo dirección dócil ha sido obligada a entrar en la oposición al régimen. Las agrupaciones locales y regionales de la UGTT han tomado la iniciativa de declarar la huelga. Las manifestaciones masivas en las calles se asemejan a ocupaciones virtuales de las ciudades.
Algunos sectores sindicales, como los docentes, los trabajadores de la salud y los trabajadores postales, ya habían desempeñado un papel importante en impulsar a la UGTT a la acción. Los sindicatos de periodistas y las asociaciones de abogados también han estado a la vanguardia de la lucha. Pero, ahora, las más amplias capas del movimiento obrero se han trasladado a la acción. Manifestaciones como las de la rebelión obrera de la ciudad de Sfax, o en Kassarine, marcan la entrada activa de los trabajadores en la escena de la lucha. Las imágenes de estas manifestaciones revelan una actitud de desafío abierto hacia el régimen, en un ambiente de confianza y con un sentimiento de que la victoria está al alcance de la mano.
Ya el pasado domingo 9 de enero, la filial local de la UGTT de Sfax hizo un llamamiento para una huelga general regional. Con sólo unas pocas excepciones (hospitales y muchas panaderías que se mantuvieron abiertas para ayudar al pueblo en lucha), la huelga contó con una participación del 100%. En Sfax 30.000 trabajadores y jóvenes se manifestaron por las calles. En Jenduba el 12 de enero, había 12.000 personas manifestándose en una ciudad de 30.000 habitantes.
Las agrupaciones locales de la UGTT se han convertido en el centro de gravedad de la resistencia contra la dictadura. Organizan concentraciones masivas, y sus sedes y locales se utilizan para organizar muchas actividades. Esto no es casual. Sólo puede explicarse por el peso específico que este sindicato tiene en la memoria política colectiva de los trabajadores tunecinos. El sindicato desempeñó un papel decisivo en la lucha anticolonial contra la ocupación francesa. Ahora se ha convertido, a pesar del papel de sus líderes, en la piedra angular de la resistencia acumulada en las últimas semanas.
En los últimos días, este movimiento llegó a los suburbios de la capital, provocando que el régimen impusiera el toque de queda. Soldados y vehículos militares fueron desplegados en puntos estratégicos alrededor de Túnez. Incluso los destinos turísticos como Hammamet no pudieron escapar al barrido del movimiento. Bajo la presión terrible de sus bases los dirigentes de la UGTT convocaron una huelga general de dos horas en el país para hoy, viernes 14 de enero.
Al darse cuenta que la represión por sí sola no podría evitar el movimiento, el Presidente-General, Ben Ali, anunció en tres ocasiones esta misma semana promesas de reforma y concesiones. Napoleón Bonaparte hace mucho tiempo entendió que se pueden hacer muchas cosas con las bayonetas excepto sentarse encima de ellas.
Las divisiones dentro del régimen ahora están abriéndose cada vez más. Se dice que el jefe del ejército ha sido echado por Ben Ali por su negativa a disparar contra los manifestantes. A menudo, estas anécdotas revelan la situación real en el ejército, como la del joven oficial del ejército que en las calles de Sidi Bouzid saludó la marcha de rabia en el funeral de uno de los manifestantes que fueron asesinados.
Las "concesiones" más importantes fueron anunciadas el ayer por la tarde cuando Ben Ali declaró que levantaría la censura a los medios de comunicación, introduciría más libertad, investigaría los asesinatos de los manifestantes, pediría a la policía que no dispare contra los manifestantes con munición real, y que no se presentaría a la reelección como Presidente de Túnez en... 2014.
Este es un ejemplo típico de "cambiar todo para que nada cambie". La puesta en escena en la noche de ayer de supuestas manifestaciones de júbilo en apoyo a estas medidas de partidarios de Ben Alí, en el centro de la capital, estuvieron encaminadas a confundir al pueblo tunecino y a los medios de comunicación internacionales. Pero un pueblo despierto no se deja engañar fácilmente. En el pasado se hicieron demasiadas promesas, y demasiadas se rompieron.
El movimiento también ha evolucionado desde su inicio como protestas sociales locales a un movimiento político a nivel nacional, enfrentado a la poderosa fuerza del Estado. Ahora las concesiones suenan a "demasiado poco" y llegan "demasiado tarde". Nadie confía ya en Ben Ali y su camarilla; nadie, quiere decir, entre las masas. Todavía hay algunos que confían en este hombre odiado. Los sectores principales de la llamada oposición, entre ellos el exPartido Comunista, que al escuchar las concesiones que se están proponiendo han reaccionado con optimismo y piden a Ben Ali que forme un gobierno de coalición. Pero de las masas Ben Ali está obteniendo una respuesta totalmente diferente, no es el tipo de reacción que él esperaba cuando anunció las concesiones ayer por la noche.
La calle tunecina, educada por años de opresión, mentiras y traición por los representantes del régimen, ha respondido con sus pies. Esta mañana las masas se echaron a las calles de Túnez. Lo que es más importante, en la capital decenas de miles se concentraron frente a los edificios, una vez temidos, del Ministerio del Interior. Una manifestación frente al "Ministerio del Terror" hubiera sido inimaginable hace, incluso, 24 horas. Un lema une la manifestación es: ¡Ben Ali fuera! ¡No mañana, no en 2014, sino ahora! Otros dicen que "preferimos vivir de pan seco y agua a seguir viviendo con Ben Ali".
Escenas de confraternización entre el ejército y los manifestantes han sido mostradas por la televisión francesa y transmitidas a todo el mundo. La policía que estaba en la calle esta mañana no se atrevió a intervenir. Más tarde en el día fueron enviadas fuerzas de refresco de la policía para tratar de dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y cargas de bastón, pero sin éxito.
Otros manifestantes decidieron ir el Palacio Presidencial en Cártago a escenificar una sentada. Figuras prominentes dentro del régimen están abandonando el barco, como ratas saltando al agua. El régimen está perdiendo su dominio sobre sectores enteros de su aparato de Estado. Se ha informado que periodistas de la televisión pública tunecina se han rebelado de hecho, ya que se hicieron cargo de los estudios de televisión y decidieron comenzar a informar la verdad de lo que ha estado sucediendo en el país.
Estas son todas señales de la agonía mortal del régimen. Ya nadie puede dudar que está ocurriendo una revolución en Túnez. Este es el momento de la verdad en Túnez. El viernes 14 de enero de 2011 será recordado como un día histórico. Será recordado como el día en que todo el pueblo tunecino se levantó contra su dictador. Una vez más se ha demostrado que son las masas quienes hacen la historia.
Ayer un blogger había resumido muy bien el sentimiento de muchos tunecinos:
"Ben Ali ha propuesto que deberíamos trabajar 'mano a mano' para construir un futuro ilusorio, ¡pero sus manos están cubiertas de sangre! No podemos tolerar que se vaya en total impunidad.
"Sería imperdonable haber sacrificado a nuestros compatriotas por una reducción del precio del pan, por abrir el acceso a Youtube y la ilusión de tener democracia en 2014, mientras que la libertad está a nuestro alcance, al alcance de un pueblo que es capaz de poner a un régimen de rodillas.
"Ayer vi a un presidente... tenso y aterrorizado, un presidente temblando, balbuceando, a veces gritando y fuera de control. Su discurso fue una confesión de debilidad, un grito de ayuda. El hombre de 'Bikolli hazm' está de rodillas. Terminemos con él"
El régimen está maniobrando para salvar su propia piel, haciendo todo tipo de concesiones desesperadas a última hora. Ben Ali ha echado a todo su Gobierno en un intento de salvar su propia posición. Los partidos reformistas legales de la "oposición" están dispuestos a prestarle una mano. Es muy probable que traten de formar un gobierno de Unidad Nacional con algunos de los Ministros de Ben Ali junto a representantes de la llamada "sociedad civil" y figuras de la oposición legal. Muy probablemente, sin embargo, Ben Ali tendrá que irse. Tal gobierno sería muy inestable y gobernaría con la sombra de las masas a su espalda. De esta manera tratarán de robarle su victoria a las masas.
Las masas no deberían tener ninguna ilusión en ninguno de estos políticos. La lucha debe ser llevada a cabo hasta el final. Las masas han aprendido en el espacio de sólo cuatro semanas que sólo pueden contar con su propia fuerza. En lugar de conceder el poder a un gobierno de unidad nacional, la UGTT y todos los demás grupos y organizaciones de base de jóvenes, campesinos y activistas vecinales, deberían crear comités elegidos democráticamente a nivel local, regional y nacional. Estos, a continuación, podrían constituir la base democrática y política de un nuevo gobierno con el objetivo de erradicar la pobreza, el desempleo, la corrupción y el abuso. Sin embargo, dentro de los confines del capitalismo y de la dominación imperialista, son imposibles de alcanzar estos objetivos. La verdadera democracia significa también que la riqueza, la economía, es poseída de forma colectiva y administrada democráticamente. Esto es lo que significa el socialismo.
El pueblo tunecino, su juventud y sus trabajadores, están escribiendo la historia ahora, en este mismo minuto. Se han convertido en el símbolo de la lucha contra la opresión y la explotación en todo el mundo árabe. Muestran a todo el mundo el verdadero rostro de la clase trabajadora árabe, una clase que está dispuesta a luchar hasta el final. En esta lucha no vemos al fundamentalismo islámico, dominando el primer plano, sino a la clase obrera y a sus organizaciones. Los trabajadores tunecinos están mostrando el camino a sus hermanos argelinos y marroquíes, y a los pueblos de toda el África del Norte y del Medio Oriente, y más allá.
No hay ningún régimen estable en todo el mundo árabe. Las mismas condiciones que prendieron el movimiento en Túnez existen en Jordania, Siria, Arabia Saudita, Egipto... Las mismas condiciones darán lugar a acontecimientos similares. Lo que estamos presenciando es el desarrollo de la revolución árabe, que eventualmente se extenderá de un país a otro. Existen las condiciones para una lucha internacional que sólo puede conducir a una sola conclusión: la necesidad de una Federación Socialista de todo el mundo árabe.
•· ¡Abajo Ben Ali y su camarilla mafiosa!
•· ¡Abajo los opresores y explotadores tunecinos y extranjeros!
•· ¡Por un Túnez socialista!
•· ¡Viva la revolución tunecina!
El Militante
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