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domingo, enero 23, 2011
Barbie, el nazi que siguió en guerra
La revista Der Spiegel revela que el jerárca nazi Klaus Barbie continuó trabajando para la BND en Bolivia durante la década del ’60 El ex jefe de la Gestapo en la Francia ocupada, Klaus Barbie, apodado el carnicero de Lyon, fue agente de los servicios secretos de la Alemania occidental en los años ’60 en Bolivia, según reveló en su última edición el semanario Der Spiegel. Aunque ya se sabía que Barbie había trabajado para la antecesora de la CIA en la posguerra y para los escuadrones de la muerte bolivianos durante el golpe de los coca-dólares, los nuevos documentos desclasificados de los servicios de Inteligencia alemanes permitieron establecer que el BND lo reclutó en 1966 en Bolivia, donde vivía desde 1951 bajo el nombre de Klaus Altman.
Barbie, jefe de la Gestapo en la ciudad francesa de Lyon entre 1942 y 1944, recibió el nombre clave de Adler -Águila-, según consta en la ficha V-43118 del BND, y elaboró un total de 35 informes, por los cuales se le pagó a una cuenta del Banco de Londres, en San Francisco. El BND rompió con el criminal de guerra a finales de 1967, por considerar peligroso ese vínculo, ya que por entonces la Justicia de la propia Alemania había abierto causas penales contra el ex nazi, al que Francia había juzgado y condenado a muerte en ausencia. Según investigaciones del historiador alemán Peter Hammerschmidt, Barbie fue reclutado en 1947 por el OSS (Office of Strategic Service), la antecesora de la CIA (Central Intelligence Agency). A lo largo del tiempo, el ex miembro de las SS y de la policía secreta del Estado nazi (Gestapo) ayudó a los servicios de inteligencia occidentales a construir estructuras anticomunistas y grupos paramilitares en Bolivia y otros países sudamericanos.
En 1951, los servicios norteamericanos apoyaron a Barbie a huir a través de la llamada línea de ratas a Bolivia.
Los documentos muestran que “los norteamericanos valoraron la ‘actitud claramente anticomunista’ de Barbie”, explicó Hammerschmidt al citar las notas de los servicios secretos que fueron desclasificados hace unos meses por el Archivo Nacional de Estados Unidos en Washington.
Según la revista alemana Der Spiegel, esta es la primera vez que se tiene evidencia de que el servicio de Inteligencia de Alemania, el Bundesnachrichtendienst (BND), conocía sus antecedentes nazis. El ex jefe de la Gestapo en Lyon, Francia, fue reclutado por la Inteligencia alemana en 1960 en La Paz, donde supuestamente se encontraba escondido.
A Barbie se lo acusaba de haber estado a cargo de la deportación de judíos a los campos de concentración. Incluso, se le acusaba de haber ordenado la deportación de niños de un orfanato.
De acuerdo con documentos del BND a los que tuvo acceso la revista, el ex nazi –protegido por estadounidenses y alemanes-, proporcionaba información sobre la política de Bolivia a la Inteligencia de ambos países. De hecho, asegura Der Spiegel, se convirtió en una figura dentro de la sociedad boliviana con importantes conexiones políticas.
Para entender a fondo el caso Barbie es necesario ver el estremecedor documental Hotel Términus de Marcel Ophuls, de 1988 que explica de qué modo millares de criminales nazis -como Klaus Barbie- fueron perdonados al precio de ponerse al servicio de la OSS y de su sucesora la CIA, aprovechando sus conocimientos y su furibundo anticomunismo.
El periodista y escritor boliviano, Carlos Soria Galvarro, quien es autor de un libro Barbie Altman. De la Gestapo a la CIA, le dijo a la BBC que esta nueva información “complejiza aún más la personalidad de Barbie”.
En Bolivia, Barbie se relacionó con los más altos rangos militares y durante el gobierno de René Barrientos (1964-1969), se convirtió en asesor de métodos de tortura y técnicas anticomunistas. Esta es la misma época en que trabajó para los servicios secretos de Alemania, indica Vaca.
Soria Galvarro, quien en su calidad de periodista, viajó en el vuelo que llevó a Barbie de regreso a Francia en 1983, indica que la nueva información sobre Barbie muestra que este hombre tenía “una multitud de facetas, que era un hombre peligroso de ideología nazi”. Incluso, recuerda que Barbie solía decir, mientras vivía en Bolivia, que “la guerra no ha terminado”.
En julio de 1980, Barbie participó -junto con asesores militares argentinos- en el derrocamiento de la presidenta Lidia Gueiler en el llamado golpe de los coca-dólares.
Un militar argentino, el teniente coronel Hugo Miori Pereyra, integrante del contingente argentino en Bolivia, fue un enlace clave para la asonada encabezada por Luis García Meza. Miori ayudó a montar, en Bolivia, un escuadrón terrorista denominado Novios de la Muerte. Ese escuadrón, con el que estuvo vinculado Barbie, coordinaba con el Servicio Especial de Seguridad, organizado por el ministro del Interior Luis Arce Gómez, que instruía a soldados bolivianos en las técnicas de tortura de detenidos y brindaba protección al comercio de la cocaína. Miori se desplazó después a Centroamérica, donde traficó cocaína para financiar los escuadrones de la muerte salvadoreños. El militar argentino murió en un confuso incidente en 1982, después de que se comprobó que había desviado en provecho propio dinero destinado a la paga de los asesores argentinos.
Klaus Barbie fue expulsado de Bolivia en 1983 y entregado a Francia, donde se lo juzgó de nuevo y condenó, cinco años después, a cadena perpetua por sus crímenes, entre ellos las deportaciones de 800 personas, incluidos 44 niños judíos. Murió de leucemia en 1991, a los 77 años, en una penitenciaría francesa y sus restos fueron enterrados en Cochabamba (Bolivia).
Walter Goobar
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