Diferentes medios de prensa se hicieron eco de que el Presidente de Angola, José Eduardo Dos Santos, afirmó que la OTAN debe poner fin a su intervención militar en Libia e impulsar la negociación de un acuerdo político entre las partes en conflicto, tras la clausura de la trigésimo primera Cumbre de jefes de Estado de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), efectuado en Luanda durante esta semana.
Además, en la propia capital angolana el dignatario agregó: “En Libia, la OTAN debe cesar su acción militar y abrir espacios para la negociación de un acuerdo político entre las partes en conflicto, sin condiciones previas mediante la adopción de la hoja de ruta propuesta por la Unión Africana (UA)”.
Es sabido que el plan de paz de la UA contempla un alto el fuego inmediato y la promoción de un diálogo nacional; al tiempo que esa entidad panafricana aboga por soluciones desde sus mismas perspectivas para los problemas del Continente Negro.
Para mediados de este mes, se divulgó que esa Alianza esencialmente imperialista, desde el 31 de marzo pasado, era responsable de 18 533 incursiones aéreas, entre ellas 7 037 ataques contra el pueblo libio, dejando más de 1 200 personas muertas y miles de heridos —atestigua el corresponsal de Telesur en Trípoli, Rolando Segura.
Igualmente, el propio Segura indicó que en los hospitales de la capital de Libia los médicos intentan salvar la vida de los heridos de gravedad víctimas de los ataques perpetrados por la OTAN en la zona agropecuaria de Zliten, como Mohamad Hasan, un niño de 12 años edad, que fue blanco de los bombardeos.
Hace apenas unas horas, el mismo corresponsal de Telesur informó que “se escuchó una alocución de Gaddafi, que desmiente un supuesto intento de salida del país” del Líder de la nación norafricana, y que “En sus palabras llamó nuevamente a la población a la resistencia frente al colonialismo, en referencia a la OTAN que mantiene los bombardeos” en la capital de aquel territorio.
En tan tétrico escenario, enfatizo en que se recuerde bien que Rusia desmintió los supuestos ataques aéreos que el Gobierno de Libia realizó sobre Benghazi y Trípoli el 22 de febrero de este año, precisamente devenido pretexto para el Bandolerismo de la OTAN; al tiempo que vuelvo a las preguntas contenidas en la Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba del siguiente 1ro. de marzo, a saber:
Si el derecho humano esencial es el derecho a la vida, ¿estará listo el Consejo [de Derechos Humanos —el mismo que por consenso condenó a Libia, a pesar de las advertencias de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia] para suspender la membresía de los Estados que desaten una guerra?
¿Se propone el Consejo dar alguna contribución sustancial para eliminar la principal amenaza a la vida de la especie humana que es la existencia de enormes arsenales de armas nucleares, cuya ínfima parte, la explosión de 100 ojivas, provocaría el invierno nuclear, según evidencia científica irrefutable?
¿Establecerá un procedimiento temático sobre el impacto del cambio climático en el ejercicio de los derechos humanos y proclamará el derecho a un ambiente sano?
¿Suspenderá a los Estados que financien y suministren ayuda militar empleada por el Estado receptor en violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos y en ataques contra la población civil, como las que ocurren en Palestina?
¿Aplicará esa medida contra países poderosos que realicen ejecuciones extrajudiciales en territorio de otros Estados con empleo de alta tecnología, como municiones inteligentes y aviones no tripulados?
¿Qué ocurrirá con Estados que acepten en sus territorios cárceles ilegales secretas, faciliten el tránsito de vuelos secretos con personas secuestradas o participen de actos de tortura?
¿Podrá el Consejo adoptar una Declaración sobre el derecho de los pueblos a la paz?
¿Adoptará un Programa de Acción, que incluya compromisos concretos para garantizar el derecho a la alimentación en momentos de crisis alimentaria, espiral de precios de los alimentos y utilización de cereales para producir biocombustibles?
En definitiva, la comunidad internacional debe esforzarse cada vez más para impedir la masacre a la población en Libia, y de hecho tributar a que se mitigue la tragedia universal que anda a galope.
Noel Manzanares Blanco
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