jueves, agosto 18, 2011

¿Y de pederastía para cuándo?


Lógica indignación de los Indignados

Se indignaron los indignados que manifiestan desde hace unos meses en las calles de Madrid, esta vez a raíz de la visita a España del llamado siervo de los siervos de Dios, Joseph Aloisius Ratzinger, aliasPapa Benedicto XVI.
Con la misma indignación, yo, que vivo indignada, también me indigno, pero no con los indignados sino con la hipocresía que descargan contra el pueblo.
Quiero decir con esto, que manifiesto mi solidaridad con los indignados que no aceptan que en medio de la brutal crisis que afecta alpueblo español se dilapiden más de 100 millones de euros o 144 millones de dólares, según el billete que quieran utilizar para la bienvenida que pasó a convertirse en una malvenida para muchos.
Es clarísimo que ese dinero podría servir para tapar varios agujeros descubiertos que afectan, como siempre pasa, al pueblo.
Lógicamente sobran los argumentos para los indignados y para los des indignados, por ejemplo, los primeros bajo el lema “De mis impuestos, al Papa cero”, consigna más que objetiva si de coherencia se trata, salieron a repudiar el gasto que acarrea la visita.
Por su parte los que no están indignados por nada –siervos del “siervo de los siervos de Dios”- aclaran que “"La Jornada se ha organizado de la forma más sobria posible. Hemos cortado más del 15% de las aportaciones de los jóvenes con respecto a la jornada anterior y es el costo mínimo indispensable”
O sea que, según el director ejecutivo de la Jornada, Yago de la Cierva –paradójico el apellido- “el 75% de los gastos corren a cargo de los propios peregrinos que esperan la visita ansiosamente, mientras el 25% lo aportan empresas patrocinadoras y particulares”.
En medio de estos dimes y diretes y con los indignados en la calle, se indignó con ellos el estado e indignadamente envió a desempeñar su papel a la policía, que a garrotazo limpio pretendió aplicar calma ante la inminente llegada del mensajero de la paz, el que evidentemente no pensó en los problemas que podría acarrear a un pueblo cargado de problemas.
Su visita la aprovechará para hablar contra la ley de divorcio, del aborto y de los matrimonios entre homosexuales. En mi barrio, al “muchacho”, se lo llamaría provocador nato.
No me sorprende que no haya pensado que con el dinero que cuesta su visita, y su traslado, podrían calmar el hambre de muchos pobres. Y digo que no me sorprende porque sé que en eso no piensa, esa carencia de razonamiento parece ser la característica innata de los “alias Papa”.
Tampoco me sorprende que se le ocurra aceptar, sino proponer directamente, una visita a un país que está con convulsión interna por una crisis económica brutal, porque convengamos que a los señores que post fumata llegan a ocupar el cargo que les hace olvidar su propio nombre y apellido sin entrar en la clandestinidad, la coherencia tampoco los acompaña habitualmente.
Y no lo digo yo, desde la falta de religiosidad –gracias a dios soy atea- sino que lo ha dicho el mundo. ¡Qué pronto se podría resolver el hambre de los niños del mundo si el Vaticano o cueva papal repartiera apenas una parte del oro que recubre sus techos y paredes!
Claro, ya es pedir demasiado, ellos, los alias, deberían contar con un poquitito de humanidad y sentimiento.
La cuestión es que hoy se produjeron indignaciones indignadas en medio de la indignidad de un visitante que sale de su trono para ir a provocar y a demonizar tres puntos:
a-los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo,
b-los matrimonios a los que el amor se les escapó de las manos
c- los matrimonios de igual sexo que se formancon una carga de amor carente de hipocresía.
Luego dirá, como siempre dicen, que ante Dios somos todos iguales y agregará, que Dios nos ama antes de escupir sus bendiciones.
En medio de tanta dilapidación monetaria y de tanto consejo moralista ¿Recordará tocar un tema que por ser tan escabroso no deja de ser real y sacude las fibras más íntimas provocando nudos en el estómago?
De pederastia sacerdotal ¿para cuándo? ¿O lo seguirá tapando como en Alemania?
¡Como para no estar indignados, indignados!

Ingrid Storgen

No hay comentarios.: