Si alguien hubiese dicho a Gutenberg cuando creó la imprenta en el siglo XVl que llegaría el momento en que los hombres casi prescindirían de los materiales impresos sustituyéndolos por otros en formato digital, los que podrían leerse escuchando música proveniente del mismo artefacto, o tal vez, mientras se recibe un mensaje electrónico; estamos completamente convencidos que este se hubiese sentido ofendido o creería que trataban de demeritar su conquista, sin embargo, el tiempo ha sido testigo.
La Revolución Científico-Técnica simboliza la evolución de la humanidad en la conquista de un mundo cada vez más interconectado hasta alcanzar la globalización, fenómeno objetivo producido por el propio desarrollo de las fuerzas productivas alcanzadas a lo largo de la historia de la humanidad, cuyo punto climático es visible en las tecnologías de la informática y las comunicaciones, donde en apenas segundos es posible reducir las distancias.
Con el surgimiento y evolución de Internet los medios de comunicación masiva (MCM) han tomado mayor auge por las posibilidades de esparcimiento que brinda la red. Esto también ha provocado que los países dueños de las transnacionales de la información impongan sus “verdades” al mundo; las que en ocasiones de tanto repetirse, son asimiladas como ciertas por los destinatarios, sobre todo, si estos no tiene ningún contacto con la fuente de información y por tanto, no cuentan con juicios obtenidos de la experiencia que les permitan comparar.
Partiendo del criterio de que la comunicación mediática, o sea, la comunicación a través de la radio, la televisión, la prensa escrita, el cine y la Internet, se sustenta en la difusión sistemática y organizada de informaciones preparadas para auditorios numerosos y heterogéneos; se desprende que estas informaciones van orientadas a la confirmación de los valores espirituales, normas morales y jurídicas de una sociedad, o de una parte de ella, con el fin de ejercer influencia sobre los estados de ánimo, opiniones, valoraciones y decisiones a un gran número de personas.
En la actualidad, la enorme abundancia de MCM y la desproporción existente en el reparto de ellos a escala mundial, trae consigo influencias marcadas en el orden político ideológico contemporáneo. Las grandes transnacionales de la comunicación de los países desarrollados, convierten en intrascendentes informaciones necesarias a la población de los países subdesarrollados.
Como es del conocimiento de muchos, desde los propios orígenes del proceso revolucionario cubano, la intención del gobierno de los Estados Unidos ha sido destruir cualquier vestigio de la nueva sociedad a través diversas formas de agresión; por lo que el cuarto poder, como se le denomina a los medios, también ha sido usado para atacar a la Revolución Cubana tratando de desacreditarla a escala internacional.
La mentira, la manipulación, el ocultamiento manifiesto de la realidad de un país, región, grupo social o individuo que represente un riesgo potencial contra los intereses espurios de una minoría empoderada, resultan ser las manifestaciones de la guerra mediática contra Cuba.
El estudioso de temas latinoamericanos Abner Barrera Rivera, nos permite aproximarnos a esta tendencia a través de la disección de un artículo del periódico La Nación de Costa Rica:
(…) La práctica de desinformar que ejerce este medio, es mucho más evidente cuando aborda asuntos relacionados con la Revolución Cubana. Tratando de desprestigiar así, el único proceso político popular latinoamericano y revolucionario que el imperialismo estadounidense no ha podido derrocar.
Tergiversar la realidad cubana constituye según nuestra apreciación, el hecho más recurrente. Para la realización de la investigación de las cuales se extrajo este artículo, comprobamos lo afirmado a partir de un material previo publicado por Antonio Rodríguez Salvador donde se expusieron los siguientes datos:
(…) Si uno se toma un minuto, y busca en la barra de Google la expresión “violencia en La Habana” (así entrecomillada para que el resultado sea literal) queda anonadado. (…) Hoy 25 de noviembre de 2011 a las 2: 30 de la tarde, en Google aparecen nada menos y nada más que 2 070 000 páginas que “dan fe” de esa violencia. ¡Cómo lo leyó: más de dos millones! Comparémoslo, por ejemplo, con “violencia en Ciudad Juárez” (115 000); “violencia en Bagdad” (69 200); “violencia en Medellín” (94 400); en tanto, San Pedro Sula, tercera ciudad más violenta del mundo, solo consigue 5 910 entradas.
Una semana posterior a la publicación de ese artículo, realizamos una comparación de los datos aportados, y lo reflejado por Google evidenció la realidad de lo expuesto. Obsérvese solo este botón de muestra:
Con la terminología “violencia en La Habana” aparecieron 2 100 000 artículos relacionados, cifra insólita cual si fuese extraída de una obra de ficción; sobre “violencia en Ciudad Juárez”, reflejada por los medios como una da las más inseguras del continente, 575 000; “violencia en Bagdad”, capital de un país ocupado militarmente, mostró 69 900; San Pedro Sula, segunda ciudad de Honduras, donde se dio un golpe de estado y se reprime constantemente a la población, solo muestreó 4 870; mientras que en Nueva York, uno de los centros de ebullición del Movimiento de los Indignados en el globo terráqueo, quienes diariamente aparecen en las pantallas de los MCM siendo ultrajados físicamente, reflejó la irrisoria cifra de 7 555 páginas.
Otro sondeo realizado en la red de redes, en este caso al hecho de la muerte de Laura Pollán, principal líder del grupo contrarrevolucionario Damas de Blanco -creado por la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, a raíz de ser enjuiciados sus familiares por delitos contra la seguridad del país en el año 2003- en apenas 30 segundos se encontraron 435 000 páginas referenciadas. Las posturas predominantes al hablar sobre el tema fueron, la mayor parte del tiempo, negativas y tendenciosas.
Los medios derechistas aprovecharon la situación para desacreditar al gobierno cubano, responsabilizándolo de la muerte de una mujer con serias afecciones de salud, en las que objetivamente, no influyen los médicos ni las autoridades de Cuba.
El tratamiento de esta temática resulta bastante delicado por el cúmulo de información encontrada en la web, generalmente asociada a incriminar al gobierno cubano creando la fantástica idea de la eliminación física a un adversario “ideológico”, además de inventar un clima de inseguridad y violación de los derechos ciudadanos diseminando ideas como la militarización del hospital, impedimento normal del velorio e incluso reprimendas a los que intentaban participar en la ceremonia.
Aunque la mayoría de los habitantes de la isla y los que conocen de esta, saben que esas acusaciones son inciertas, por el número de repeticiones, todas estas noticias pueden resultar creíbles a los que no conocen la realidad del tema. Una vez más se manifiesta la intención de mostrar al gobierno cubano como terrorista y asesino, poniéndose de manifiesto el uso macabro que le dan los enemigos del proceso revolucionario cubano a los medios de comunicación.
Si bien son ciertas las ventajas y posibilidades que brinda Internet, no podemos perder de vista los usos que los medios digitales de comunicación al servicio del gobierno de los EEUU y sus acólitos hacen de estos, siempre con la intencionalidad de tergiversar todo lo referente al tema Cuba.
Para mostrar como los MCM constituyen escenarios de operaciones contra Cuba, no alcanzarían estas páginas, porque lamentablemente los ejemplos son millones, no obstante, solo intentamos darles un pequeño e ilustrativo acercamiento hacia un fenómeno real y objetivo que intenta generar visiones y estados de opinión acordes a la política desarrollada por la clase empoderada en el imperio.
Combatir el modelo de vida cubano es objetivo primordial para mostrar al mundo que las rebeliones contra lo recetado por las potencias tienen consecuencias nefastas. Solo se admite pensar en lo políticamente correcto definido previamente por los grupos de poder supranacionales con sede en Washington, u otra capital imperial.
Quien pretenda asumir una posición independiente y soberana, será satanizado hasta el cansancio, tendrá que enfrentarse a la mentira repetida infinidad de ocasiones, traducida en gigantesca verdad para los receptores de ese mensaje, siendo irremediablemente objeto de la manipulación burda y/o inteligente; en fin, se le declarará una guerra de ideas, símbolos e imágenes, precediendo el bombardeo físico y la intervención militar de ser necesaria sino son plenamente cumplidos los planes desestabilizadores.
La contraofensiva ideológica de Cuba, se deberá sustentar en el inevitable rumbo de su sistema social en constante perfeccionamiento, y en la carrera permanente por alcanzar mayores resultados educativos que permitan emplear las nuevas tecnologías de la comunicación, no solo para su defensa activa, sino además para crear conocimiento acumulado por más de medio de siglo de genuino, profundo y diverso hecho cultural que es en sí misma la Revolución.
Dunnia Castillo Galán: Graduada de Periodismo en el año 2011 en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Actualmente se desarrolla como profesora de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
Eddy Mac Donald Torres: Graduado de Cultura Física en el año 2001 y especialista en análisis de información. Actualmente se desarrolla como profesor de Debates Históricos y Contemporáneos en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
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