Un espectáculo miserable exhibieron los jefes de la Unión Europea al momento de recibir el premio Nobel de la paz concedido por el desprestigiado Comité Nobel Noruega, encargado de otorgar el galardón. El montaje, trasmitido en todos los canales de televisión de Europa, era una copia grotesca de las alegorías que se organizaban en la antigua Roma para recibir a sus jefes militares que habían dado muerte un mínimo de 5 mil guerreros enemigos y que habían logrado victorias y masacres en las guerras de conquista de territorios. Como señala un historiador, la “exhibición del triunfo era recorrer en desfile y procesión las principales calles de Roma, incluidos recintos gigantescos como el Circus Máximus, donde la plebe pudiera lanzar los loas y disfrutar del espectáculo”.
Ahora no fue la Roma imperial, pero si era Oslo City donde se habían presentado para recibir el premio Nobel de la paz los tres son dirigentes de la Unión Europea: José Manuel Barroso, Herman Van Rompuy y Martín Schultz. Pero junto a ellos se habían hecho presente la alemana Ángela Merkel, el Frances François Hollanda, el inglés Nick Clegg (número dos del gobierno británico) y otros mandatarios de los 27 países que conforman la UE. La propaganda ha dicho que estos dirigentes han sido premiados por sus incansables acciones para conservar la paz en esta parte de Europa y en el mundo entero. El belga Herman Van Rompuy presidente del Consejo Europeo, en forma grotesca dijo, “una nueva tarea histórica esta delante de nosotros: preservar la paz ahí donde ha estado ganada”.
¿La Unión Europea pacifista?
Sangrientas guerras para robar las riquezas de los países pobres. Guerra “antiterrorista” contra poblaciones que se defienden de los invasores europeos y norteamericanos. Campos de concentración para los refugiados e inmigrantes en los países de la Unión Europea. Europa de ahora configura un cuadro alarmante de sobre explotación, bajos salarios, eliminación de la jubilación y la seguridad social. Todo ello para enriquecer aun más a las transnacionales y organismos financieros. Los dirigentes de la UE en lugar de estar en Oslo, deberían estar frente a un tribunal popular que los juzgue por crímenes de guerra, genocidios y otros brutales actos contra diversos pueblos del mundo. La Unión Europea, no tiene conflictos con sus vecinos más próximos, pero lejos de sus fronteras hace la guerra y masacra a sus victimas para apropiarse sangrientamente de sus riquezas. La Unión Europea participa activamente con armas, tropas militares y dinero en las guerras imperialistas que encabeza Norteamérica.
La Unión Europea apoyó y participó junto con los Estados Unidas en la invasión militar contra Irak. Esta guerra, según un informe de de la Universidad estadounidense Johns Hopkins, ha dejado 600 mil iraquíes muertos en el periodo 2003-2006. Desde el inicio de la invasión al 2012 en Irak han muerto más de un millón de personas, sin contar las victimas por graves enfermedades a causa de la guerra y más de 5 millones de personas que tuvieron que refugiarse en países vecinos. La Unión Europa también ha estado presente en la invasión a Afganistán, y junto con las fuerzas de la OTAN contribuyó t participó en la guerra en Libia y en el asesinato de Gadafi.
Actualmente la Unión Europea exige a la OTAN y a los Estados Unidos concretar una invasión militar contra Siria e Irán sin tomar en cuenta el peligro de una tercera guerra mundial. ¿Por eso ha sido premiada con el premio Nobel de la paz?. La Unión Europea exige actualmente una intervención militar de la OTAN en Mali. Aquí no se trata de defender los derechos humanos, ni de la defensa de los tuaregs (pastores nómadas en el desierto). La exigencia de una intervención, como dicen Fatma Kassoul, Michel Collon y Mouâd Salhi (23/04/2012), controlar las riquezas de este país, sobre todo la producción de oro, algodón, carne de vacuno y posiblemente uranio.
Si afuera de sus fronteras la Unión Europea utiliza la fuerza militar para proteger y enriquecer sus transnacionales, en su interior “pacíficamente”, somete a sus asalariados a un sistema de trabajo de extrema explotación, de creciente pobreza, de suicidios, desocupación y desesperanza en el futuro. Los pueblos de Grecia, España y Portugal, son las victimas mas cercanas de una Europa que regresa en el tiempo y que vislumbra grandes conflictos sociales entre una clase social que se enriquece cada vez mas y el pueblo que desciende a un nivel de vida de antes de la segunda guerra mundial.
La Europa del premio Nobel de la paz 2012, es el emporio del “pacto de estabilidad” de la canciller alemana Angela Merkel que se traduce en mas cierre de fabricas, desocupación y bajos salarios. Este “pacto” de las transnacionales saquea a los pobres para financiar los bancos, las grandes empresas y las guerras de agresión en el mundo. Es la política contra los sindicatos y contra la seguridad social, contra las reivindicaciones de los trabajadores. La Unían Europea de ahora es el de la mutación de la social democracia hacia las posiciones mas extremas de la derecha. Esta Europa hace fecundar el alza de la derecha y nazi, fascista que ya se encuentra bien instalada en los parlamentos, en los gobiernos y en todas las instancias del poder público.
El premio Nobel, al margen de cómo lo institucionalizó el rico empresario y dinamitero Alfred Nobel en 1895 sirve mas para premiar canallas y criminales que reconocer verdaderos gestores de la paz. Antes de la Unión Europea, el premio Nobel de la paz recayó en Barack Obama quien al frente del gobierno de los Estados Unidos, ha continuado con la política criminal de George Bush. Otro de los Nobel de la paz fue Shimon Pérez, un verdadero criminal de guerra quien recibió el premio Nobel de la Paz en 1994. Ángel Kohan (Revista Tercer Camino) señala que para esa fecha, Pérez ya era un destacado asesino, y que tenía mucha responsabilidad en la consolidación del régimen criminal de Israel. En 1996, dice este periodista, este laureado premio Nobel, tuvo “responsabilidad directa como primer ministro en el bombardeo de la oficina principal de la ONU en el pueblo de Qana”. En ese ataque fueron asesinados 106 personas.
En 1988 el “premio Nobel” fue otorgado a las “fuerzas de paz” (cascos azules) de la ONU. Este ejército militar internacional al servicio de las potencias, ha sido acusado de crímenes de guerra, violaciones de mujeres y de sostener bandas paramilitares en el África, Haiti y otras partes del mundo. Es claro que el “premio Nobel” se ha convertido en un instrumento de las potencias mundiales. Su utilidad es psicosocial y cumplo el rol de distorsionar y manipular la realidad. Su objetivo es presentar públicamente verdaderos criminales, como si se tratara de mansas palomas mensajeras de la paz.
Luis Arce Borja
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