A mediados de julio se ha celebrado en la ciudad brasileña de Fortaleza, la sexta cumbre de los países que forman el BRICS. Estos representan el 40% de la población de la Tierra y el 25% del PIB mundial y han generado el 56% del crecimiento en la última década. Pero en su conjunto tienen 1.700 millones de pobres. China ya es la segunda economía del mundo y en muy poco tiempo será la primera. A ello hay que añadir, que es el país de mayores reservas financieras, valoradas estas en cuatro billones de dólares.
En dicha reunión han acordado la creación de dos instituciones:
La primera el NBD (Nuevo Banco de Desarrollo) que partiría con un capital inicial de 50.000 millones de dólares y con una capacidad de préstamo de 100.000 millones de dólares. Su función sería intentar complementar las actuales instituciones financieras. Jugaría un papel similar al del Banco Mundial.
La segunda el ARC (Acuerdo de Reservas de Contingencia) que es un fondo de reservas para ayudar a los países del grupo en caso de una posible crisis de liquidez. Haría las funciones del Fondo Monetario Internacional.
Ambas instituciones tendrán su sede en Shanghai y con un funcionamiento similar a como lo hace el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La puesta en funcionamiento de estas nuevas instituciones deja patente la fortaleza económica de los cinco países, que dentro de poco tiempo superarán a las economías consideradas hoy más industrializadas. Significando un cuestionamiento del poder económico mundial y de su país dirigente, Estado Unidos junto con la Unión Europea.
El fortalecimiento de los BRICS, se produce en un momento político donde se cuestiona el poder histórico norteamericano y que nos lleva a un mundo multipolar, reuniendo potencias militares como China y Rusia, junto a la nuclear India y los países sin ambiciones militares como Brasil y Sudáfrica.
El paso dado por los BRICS es el resultado de la frustración por la actuación del Banco Mundial y del FMI ante la crisis financiera. Al FMI lo consideran como el organismo menos democrático, debido a que Estados Unidos mantiene allí el poder de veto y la mayoría de los países industrializados tiene una mayoría en contradicción con las fuerzas económicas actuales. Una de las cosas que caracteriza a los BRICS es su pragmatismo y el hecho de limar las aristas, con el fin de llegar a un mínimo que resulte operativo.
Con el actual desplazamiento del poder económico mundial hacia Asia, la crisis financiera, el colapso de los principales bancos e instituciones financieras del mundo occidental, unido al llamado fracaso consenso de Washington, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que no son otra cosa que la plasmación de la doctrina neoliberal ponen en cuestión el poder norteamericano. Este paso dado por los BRICS junto a los próximos que darán va a significar el fin del modelo que nos ha regido en los últimos treinta y cinco años.
El surgimiento de estas dos instituciones financieras de los BRICS, coincide con el 70º aniversario de los acuerdos de Bretton Wood y como vemos, da muestras de final de ciclo.
Este paso dado por los BRICS significa un distanciamiento no sólo de las dos instituciones financieras más importantes, sino el cuestionamiento de las geopolíticas hasta ahora realizadas. Ponen en cuestión el dominio ejercido por los Estados Unidos con el acompañamiento de la Unión Europea en todo el mundo.
De ahí el surgimiento de una segunda guerra fría potenciada por Estados Unidos, con la finalidad de tomar nuevos fuerzas y así poder responder a los nuevos retos mundiales. En esta clave cabe entender los abundantes conflictos mundiales como el de Ucrania, Oriente Medio y los nuevos conflictos locales que se están desarrollando.
Al mismo tiempo podemos comprobar cómo los BRICS no pueden todavía prescindir de sus vínculos con las principales economías occidentales, pero éstas tampoco de los BRICS. Los BRICS están reclamando la parte del poder que les corresponde y su concreción en las instituciones mundiales.
El siguiente paso será poner en cuestionamiento el dólar como moneda de uso mundial, que a través de ella ha ejercido un poder mucho mayor que el que le correspondería y así ha podido financiar sus aventuras militares y de hegemonía por todo el mundo.
El gran problema que tienen los BRICS, es que no plantean un modelo social diferente al actual, por lo cual se va a ir reduciendo esta pugna a un enfrentamiento entre imperialismos, es decir “quítate tu que me pongo yo”. Resulta evidente que el modelo actual neoliberal resulta muy negativo para la inmensa mayoría de la población mundial. Está claro que el futuro pasa por luchar por un cambio social más justo y sostenible, con posibilidades de futuro y ninguno de estos dos bloques cumple con esas premisas.
El modelo de los BRICS es más de lo mismo, por lo que si queremos buscar un mundo distinto debemos combatir cualquier tipo de imperialismo. Vamos a asistir a un incremento de la conflictividad mundial con varios focos internacionales al mismo tiempo, junto a otros de corte doméstico, pero lo que subyace en todos estos conflictos es la nueva guerra fría ya latente entre una potencia en decadencia como es Estados Unidos y otra emergente como es China. En este sentido solo hace falta repasar la historia para entender que va a suceder.
¿Qué podemos hacer?
No entrar en los juegos imperialistas de dominación y sí buscar un mundo basado en el ser humano, donde la justicia, la igualdad social, la sostenibilidad de nuestro planeta sea bandera para un futuro alentador para nuestras próximas generaciones.
Edmundo Fayanás Escuer
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