Esta semana ha visto la luz un informe de la Organización Internacional de los Trabajadores -OIT-, dando a conocer que el Estado español es, dentro de los países desarrollados, el país que posee una mayor desigualdad económica.
Según el estudio, el sector de trabajadores que cuenta con rentas bajas ha perdido hasta un 43% de su capacidad adquisitiva. La OIT da a conocer en su informe que, junto a la enorme destrucción de empleo, el factor más determinante de esta profunda merma del poder de compra proviene de la reducción de salarios. Desde el año 2009, el salario del conjunto de la clase trabajadora en el Estado español ha disminuido en más de 6,5 puntos.
El informe indica que los salarios en el Estado español han caído durante cuatro años seguidos. Concretamente en 2013 bajaron un 1,5%, en 2012 un 3%, en 2011 un 1,9% y en 2010 un 1,1%.
Sin embargo, a la paupérrima situación que tienen que afrontar millones de trabajadores, se opone la ganancia de los empresarios sobre el aumento de la productividad por trabajador, que se sitúa en un 8%. El dato estremecedor que se deduce del informe de la OIT es que desde el inicio de la crisis económica en el Estado español, el conjunto de la clase trabajadora produce mucho más de lo que cobra.
Mientras, las rentas más altas apenas han perdido un 3% de su poder adquisitivo, básicamente por unos menores ingresos por pensiones.
El creciente desajuste entre salarios y productividad evidencia que la clase trabajadora está obteniendo una ínfima parte del raquítico crecimiento de la economía española, mientras que los propietarios del capital reciben los mayores beneficios.
Otro aspecto que refleja el informe es la brecha salarial que se produce entre sexos. La diferencia de salario entre hombres y mujeres en el Estado español alcanza el 17%. Incluso si se suprimieran los factores productivos -antigüedad, experiencia, formación, horas trabajadas, tipo de contratos-, la brecha apenas disminuiría, siendo fiel reflejo de una sociedad dominada por el binomio capitalismo-patriarcado.
Y en el mismo sentido se refleja la brecha salarial entre inmigrantes y trabajadores autóctonos, con una desigualdad de más del 30%.
El informe deja al desnudo los resultados de las políticas neo-liberales del Gobierno del PP en el Estado español. Políticas que pese a girar en el mismo sentido que la mayoría de los países desarrollados durante la crisis, en el caso español se suman a los interminables ataques del Gobierno y la patronal a los trabajadores, de los cuales el más contundente fue la Reforma Laboral aprobada en 2012.
Arsen Sabaté
Barcelona | @ArsenSabate
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