lunes, agosto 08, 2016

Andy Warhol, líder del pop



A ochenta y ocho años del nacimiento de uno de los artistas más importantes del arte pop, unas reflexiones.

Manhattan, año 1964. Al fondo de un pasillo de objetos que aparecen en la muestra artística The American Supermarket en la galería Paul Bianchinni, se encuentra la legendaria pintura que coronaría a Warhol como uno de los fundadores del arte pop: el cuadro de la lata de sopa Campbell. Esta obra define su género, un elemento cotidiano separado de su contexto. La apuesta de tomar un objeto mediocre, instalarlo en un museo y venderlo en miles de dólares produce en los años 60´ el estallido final de un mensaje que empezó a gestarse en la primera mitad del siglo XX (como en la obra del “Mingitorio” de Duchamp) y es que “todo es arte”.
Pero además, esto podía ser vendido y a la vez elevar el nivel del producto, y Warhol lo sabía muy bien. Como publicista sabía intensificar la sofisticación del producto para que compitiera en el mercado y lograr que no solo vendan; una simple sopa, sino su etiqueta, su nombre, su tamaño y otras características que convertirían al producto perfecto para el consumo. Vale agregar que, quien compra una sopa Campbell en algún lugar del mundo hoy, además de las características mencionadas, carga con la idea de que alguna vez un artista intervino la lata de sopa por lo cual el producto es todavía "más sofisticado".
Warhol sabía que el consumo tenía que ver con las superficies, con algo que en primera instancia entraba directo al ojo y que después no había nada más. En una visita a Los Ángeles dijo “Amo Los Ángeles. Amo Hollywood. Son tan hermosos. Todo es plástico, pero amo el plástico. Quiero ser plástico”. De esa superficie el artista hacía un todo, aquello que entraba al ojo como primera impresión, mimetizaba al artista con la misma. Su descripción sobre lo plástico que era Hollywood es el modo de vida que refleja en sus obras, el estilo de vida del American Way, plagada de cartón brillante, sin fondo, puras impresiones.
En su libro Mi filosofía de la A a la B y de la B a al A, explica sus concepciones sobre la belleza, a veces argumentando de forma disparatada, donde habla de un mantenimiento de esa “belleza”, que se ve por lo que él mismo se sometió a distintas cirugías estéticas.
Pero no es todo simplemente cartón. La otra faceta relevante del arte pop que el artista presenta es el uso irónico de algún elemento cultural serio, sacándolo de su contexto. Sus cuadros de Lenin o del Che Guevara que eran emblemas políticos de entonces, denotan un polémico “pop para divertirse” irrumpiendo en espacios de intelectuales y artistas, abriendo una gran cantidad de discusiones en torno al arte y la política. Se lo veía a Warhol como un desubicado por irrumpir, aunque haya generado todo lo que el arte puede generar, una incomodidad en el pensamiento.
Otro ejemplo ilustrativo de esta polémica es la foto que tiene con su colega pop argentina, Marta Minujín titulada El pago de la deuda externa donde ella aparece entregándole choclos al norteamericano Warhol a modo de pago.
Actualmente, este tipo de ejemplos artísticos siguen vigentes, ya que cualquiera puede pasar por un negocio de alguna marca reconocida y encontrar una remera del Che Guevara, con brillantinas, dispuesta a ser vendida al mejor postor.
Warhol fue sobre todo un visionario. Su auge fue en la década de 1960, teniendo mucho éxito también como artista y publicista años posteriores, siendo su legado interminable. Sus reflexiones como “En un futuro la gente será famosa por 15 minutos”, la mimetización con ese plástico y la degeneración de ámbitos más serios de la vida cultural son más presentes aún en nuestra actualidad.

Ilana Yablonovsky

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