Aunque el partido demócrata y su principal precandidato presidencial, Joe Biden, no ´mueven olas´ en el escenario político norteamericano la presidencia de Trump está cada vez más cuestionada. Según acaba de decir el economista Robert Reich, ex secretario de trabajo del gobierno de Clinton, “las encuestas muestran que Trump pierde en noviembre a menos que la economía se recupere” (The Guardian, 3/5). Una recuperación antes de esa fecha es imposible en opinión del 98% de los analistas.
Trump entonces quiere torcer la ley de la gravedad y juega con fuego. En términos de Reich, Trump “se está poniendo nervioso”. Mientras “la economía permanece cerrada debido a la pandemia y el número de infecciones y muertes continúa aumentando… la estrategia de reelección de Trump es reabrir la economía de todos modos, a pesar de los riesgos. El presidente y sus aliados están ocultando los hechos y en nombre de la defensa de la ´libertad´ cree que se puede conquistar todo. Como resultado, más estadounidenses morirán” (ídem).
Letal
Reich, a años luz del marxismo y autor de un texto titulado “Saving Capitalism: For the Many, Not the Few” (o sea una defensa del orden del capital que él aspiraría “para muchos, no para pocos”) sostiene que Trump tiene un “plan de cuatro pasos qué será letal” –como titula The Guardian. Semanas atrás, “Trump llamó a los ciudadanos a ´LIBERAR´ estados como Michigan –informa Reich (las mayúsculas son del original), cuya gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, impuso una estricta cuarentena.
Michigan tiene el tercer número más alto de muertes de Covid-19 en EE.UU., aunque es el décimo en población. Cuando el jueves Whitmer extendió la cuarentena hasta el 28 de mayo, bandas “armadas” –Reich dixit–, ´armadas´ obviamente por grandes patronales del distrito, se abalanzaron sobre su residencia “cantando: ´¡Enciérrenla!´” (ídem).
“En lugar de condenar su comportamiento, Trump sugirió a Whitmer ´hacer un trato´ con esas bandas. ´La gobernadora de Michigan debería dar un poco y apagar el fuego´, tuiteó. “Estas son personas muy buenas, pero están enojadas. ¡Quieren trabajar y recuperar sus vidas de nuevo!” (siempre textual de Reich). “El fiscal general, William Barr, ha ordenado al departamento de Justicia que tome medidas legales contra las autoridades estatales o locales que impongan medidas de bloqueo que ´podrían estar violando los derechos constitucionales y las libertades civiles de los ciudadanos individuales´" (ídem). Reich llama a esto el “paso 3” del plan, pero es indudable que se trate del problema crucial.
Coacción intra-estatal
Según Reich el “paso 1” es “eliminar el apoyo a los ingresos, para que las personas no tengan más remedio que volver al trabajo”. A este fin “el departamento de trabajo de Trump ha decidido que los empleados no objetados para el trabajo por prescripciones médicas ´deben aceptar´ la oferta de un empleador para volver a trabajar y, por lo tanto, perder los beneficios de desempleo, independientemente de Covid-19.
El aliado de Trump, el gobernador republicano de Iowa, Kim Reynolds, dijo que los empleados no pueden negarse a volver a trabajar por temor a contraer la enfermedad. ´Esa es una renuncia voluntaria´, lo que hace que alguien no reciba entonces beneficios. Los funcionarios republicanos en Oklahoma incluso amenazan con retener los u$s 600 por semana de beneficios de desempleo adicionales que el Congreso ha proporcionado a los trabajadores, si no aceptan la oferta de un empleador que quiere contratarlos. La seguridad es irrelevante”. Reich reconoce que “obligar a las personas a elegir entre contagiarse de Covid-19 o perder su sustento es inhumano. También es absurdo. La salud pública aún depende de la mayor cantidad posible de trabajadores que se queden en casa” (ídem).
“Esconde los hechos”
“Paso 2”: “Nadie sabe cuántos estadounidenses están infectados porque el gobierno de Trump sigue retrasándose en las pruebas. Hasta la fecha, solo se han completado 6,5 millones de pruebas en una población de más de 200 millones de adultos. Florida, uno de los primeros estados en reabrir su economía, ha dejado de publicar las estadísticas de los médicos forenses sobre el número de víctimas de Covid-19 porque las cifras son más altas que el recuento oficial del estado. Pero es imposible combatir el virus sin datos adecuados. El Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de la administración” va camino a seguir el camino del ministro de salud de Bolsonaro: “la Casa Blanca ha bloqueado a Fauci para que testifique ante la Cámara” de Representantes (ídem).
En vías a la “militarización del trabajo” y la defensa del derecho patronal a enfermar a los trabajadores
El “paso 4” del plan “proteger a las empresas contra demandas por propagar la infección. Trump está presionando para que las empresas que reabran tengan un ´escudo de responsabilidad´ contra las acciones legales de los trabajadores o clientes que se infectan con el virus. Esta semana, anunció que usaría la Ley de Producción de Defensa para obligar a las plantas procesadoras de carne a permanecer abiertas, a pesar de las altas tasas de infecciones y muertes por Covid-19 entre los empacadores de carne” (ídem).
Es indudable que EE.UU. ha entrado definitivamente en el torbellino de una lucha de clases internacional que sacudirá al planeta. Los trabajadores norteamericanos serán protagonistas fundamentales de la próxima etapa de las luchas del proletariado mundial.
Norberto Malaj
03/05/2020
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