lunes, mayo 04, 2020

En Brasil, los gobernadores también atentan contra la cuarentena



Eduardo Leite, gobernador de Rio Grande do Sul

Rio Grande do Sul, el encargado de iniciar la “cuarentena sustentable”

Llevarle la contra a Bolsonaro, por lo menos acá en el Estado Rio Grande do Sul, fue solo en las primeras semanas. El gobernador Eduardo Leite (perteneciente al PSDB), junto con su equipo se va alineando a la política del presidente y aprobó un decreto que flexibiliza la cuarentena y no tiene en cuenta las 1619 personas infectadas y 62 muertes que tiene en la actualidad su Estado.
Brasil es uno de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia, con casi 6 mil muertos. Las imágenes de fosas comunes en el cementerio de Manaos, capital del estado de Amazonas, recorrieron el mundo. El nuevo ministro de salud, Nelson Teich, no descartó en una conferencia de prensa del 30 de abril que el número de contagios pueda subir hasta alcanzar los mil casos diarios a nivel nacional.
La medida tomada por el Ejecutivo del Estado del sur, que recoge el reclamo de los grandes grupos empresarios, pone las ganancias de éstos por encima de la salud de la población.
El sistema de salud podría llegar a su colapso ya que los estudios realizados por la UFPEL (Universidad de Pelotas) sobre el Covid-19 afirman que los datos entregados por el actual gobierno, serían 12 veces menores a los reales. El Estado (de 11 millones de habitantes) cuenta con solo un respirador cada 3.225 habitantes.
El decreto flexibilizador separará en 20 regiones al Estado, que serán evaluadas de acuerdo a su capacidad de atención y a la propagación de la enfermedad. En función de ello, se les asignará una bandera con un color diferente (amarillo, naranja, rojo y negro, de acuerdo al nivel de riesgo de cada lugar -el benigno color verde no está presente, ya que ninguna región está libre de coronavirus). El color de cada región irá cambiando de acuerdo a los informes que serán entregados semanalmente.
Definido el color de cada región, la clasificación servirá para guiar las reglas que serán adoptadas para las actividades económicas locales, divididas en 12 grupos (agricultura; construcción; transporte; finanzas; educación privada; industria de transformación; comercio; alojamiento y alimentación; administración pública; arte, cultura y deporte; servicio doméstico; y otros). En función de la gravedad de la situación, la flexibilización de las actividades económicas -en teoría- sería mayor o menor.
Es un levantamiento encubierto de la cuarentena, sin ninguna distinción entre actividades esenciales y no esenciales, que se adopta sin consultar al personal de salud y a los trabajadores, en función exclusivamente de los intereses empresarios. Las presiones de los poderosos sectores agrarios del sur han pesado en la decisión del gobierno. Este ha cedido también a los dueños de los clubes de fútbol, donde hay millones de reales en juego, al habilitar las prácticas de los deportistas, exponiendo a los jugadores. Es el primer paso de una presión para reiniciar la temporada.
Mientras el gobierno se preocupa por satisfacer los reclamos empresarios, aún no han sido entregados los 600 reales que se anunciaron como una medida paliativa para los sectores populares.
El PT, que gobierna cuatro ciudades en el estado, ha guardado silencio frente a los anuncios oficiales.
Es importante que los sindicatos definan un pliego de reivindicaciones frente a la situación. Mantener la prohibición de las actividades no esenciales, licencias sin afectar el salario, prohibición de despidos, comités de seguridad e higiene en los lugares de trabajo. Centralización del sistema de salud y no pago de la deuda externa, volcando los recursos al combate de la pandemia.
La CUT y las centrales sindicales deben romper su política de colaboración de clases y lanzar un plan de lucha por estas reivindicaciones, en dirección a la huelga general, como parte de la lucha por echar a Bolsonaro-Mourao y el régimen corrupto e imponer una asamblea constituyente libre y soberana que reorganice el país sobre nuevas bases sociales.

Matías Grandia
desde Rio Grande do Sul

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