Las escuelas no son “ámbitos seguros”
“Hay un pensamiento ampliamente difundido que los niños son menos susceptibles al síndrome agudo respiratorio causado por la infección del coronavirus2 (SARS-CoV-2) que los adultos y que no juegan un rol sustancial en la transmisión. Sin embargo, las investigaciones recientes sugieren que esta aseveración es infundada” (The Medical Journal of Australia, 12/08/2020).
Este estudio demuestra -evaluando los anticuerpos serológicos (seroprevalencia) y estudio de contactos-, que los niños son de igual manera vulnerables y transmiten el virus de una manera significativa....“el extenso cierre de escuelas colaboran en la disminución de transmisión comunitaria” (ídem).
“La Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales de Niños refieren que se incrementaron los casos de Covid entre los niños con la apertura de las aulas, después de disminuir durante 8 semanas consecutivas” (Infobae, “Por qué aumentan los contagios de coronavirus en los niños en EEUU”, 12/4).
Con la aclaración que hay actualmente más pruebas disponibles para los niños, reportando que “el número total de casos de Covid-19 en EEUU en niños supera los 3,47 millones desde el comienzo de la pandemia (…) los niños representaron 13,4%” según el departamento de salud de 49 estados, estableciéndose la estadística de casos por edad” (ídem).
En Michigan, los niños de 10 a 19 años ahora tienen la tasa más alta de casos de Covid- 19. “Está aumentando más rápido que otros grupos de edad (…) Aparte de la reanudación de los deportes juveniles, coincide con el impulso de Michigan para que los niños vuelvan a las aulas” (ídem).
“En abril del año 2020, durante el pico de la pandemia COVID-19, producida por el coronavirus emergente, SARS-CoV-2, en el Reino Unido se comunicaron casos de shock hiperinflamatorio de características similares a la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock tóxico en un grupo de 8 niños”. Fue denominado por asociaciones científicas como síndrome inflamatorio sistémico asociado a COVID-19(SIM-C). Si bien comparte características clínicas y de laboratorio con la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock tóxico, el grupo de edad afectado y el proceso inflamatorio son distintos a la descripción clásica, en especial la respuesta al virus es tardía” (ídem).
La nueva variante británica B.1.1.7 tiene una tasa de transmisión 71% mayor que otras variantes (Redacción Médica, “La cepa de Londres: los niños más susceptibles al contagio”, 26/12/2020). Esta cepa fue descubierta el 20 de setiembre en Reino Unido, y se secuenció a principios del mes de octubre. Según el British Medical Journal, “este virus podría ser el responsable del cambio de tendencia que hubo en el Reino Unido durante su 2° confinamiento, período en que hubo un aumento de casos entre los menores de 15 años”.
“Mucho queda aún por descubrir sobre esta cepa que tiene 23 mutaciones (17 de las cuales aparecieron abruptamente)”…pero lo que ha quedado en evidencia es que es mucho más contagiosa y que está desplazando a las versiones más antiguas del virus … “El número R que representa el número de personas promedio a las que una persona infectada puede contagiar es entre 0.4-0.7” (BBC, 5/1). “Los expertos del Grupo Asesor de Amenazas de virus respiratorios y Emergentes (NERVTAG) del Gobierno Británico, también informaron de que la nueva cepa tiene mayor propensión a infectar a los niños”. Según el genetista francés Axel Kahn, hasta la fecha, se han secuenciado 300.000 mutaciones del CoV-2 en el mundo (France 24, 21/12).
Según el Reporte “Situación Epidemiológica en la Infancia” del Ministerio de Salud de la Nación, a la semana epidemiológica 40, sobre el total de 56.064 casos de infección confirmada por SARS-CoV-2 en menores de 18 años, el número de casos de SIM-C era 52 (S.A.D.I.; Sociedad Argentina de Infectología 11/2).
La SAP y la vuelta a clases
La Sociedad Argentina de Pediatría, en su documento a favor de la vuelta a las escuelas dice:
“El cierre de las escuelas en el contexto de la pandemia debe reconocerse como un factor que marcó claramente disparidades sociales. En nuestro medio muchos adolescentes son incapaces de completar su tarea escolar por falta de dispositivos o de conectividad”.
El documento presentado por la SAP no reclama contra estas desigualdades, sino contra la virtualidad. Hace dos décadas repetía frases de la OMS como “Salud para todos en el año 2000”, mientras se proclamaba el mismo año a favor de la soja transgénica para alimentar a los niños.
La SAP no se preocupó por el 10% que no termina el primario ni el 50% que no lo hace con el secundario. La escuela no modifica una desigualdad que se construye por un régimen político y social que la profundiza todos los días mediante la explotación social.
El documento continúa diciendo que “los datos publicados hasta ahora no señalan de manera contundente que los niños con inmunocompromiso desarrollen con más frecuencia cuadros graves por COVID 19 ni que la población pediátrica sea el gran transmisor de la infección viral”.
Sin embargo, la cantidad de niños muertos desmiente a la SAP. Así como otros estudios: “En la descripción de un total de 2.914 pacientes pediátricos, con COVID-19, que fueron incluidos en este estudio niños de 1 día a 17 años, 79% no tenían comorbilidades, y del grupo con comorbilidades 21% las más comunes fueron asma, inmunosupresión y cardiopatías.” “El 27% de los pacientes eran niños menos de 1 año” (A.J. of Otolaryngology, 9/10/2020).
Respecto a la transmisibilidad el papel de los niños como diseminadores del virus ha constituido una pregunta clave desde los primeros días de la pandemia. Aunque los niños no son tan propensos a enfermarse tan gravemente como los adultos, son portadores asintomáticos o portadores con pocos síntomas que asisten a la escuela, pueden propagar la infección y llevar el virus a sus hogares (Gaceta Médica, 20 de agosto 2020).
La ciencia desmiente a SAP
La SAP sostiene que “existe gran controversia en relación a la posibilidad de transmisión por parte de los niños, por lo que no se los debería considerar como ´grandes transmisores´ ya que la carga viral dependería del cuadro clínico y no de la edad”.
Contradiciendo a la SAP “se estima que los individuos asintomáticos constituyen una gran proporción de los infectados y representan una fuente de contagios.
El 17,5% de los niños se infectaron, cifra similar a la de los adultos contagiados por contacto en casa con un caso positivo que es del 18,9%. Los niños en general registraron alta carga viral por lo que contagian más; sus síntomas no se correlacionan con esta carga viral” (BBC, 28/8).
Por eso para The Lancet, “Determinar la apertura de las aulas en momentos de gran circulación comunitaria del virus, sin apropiados cuidados para evitar riesgos de infección, empeora las desigualdades existentes y provee terreno fértil para la evolución del virus a sus nuevas variantes” (10/3).
Silvia Carranza
26/04/2021
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