sábado, abril 17, 2021

Rodríguez Larreta, una protesta ruidosa

Si el Intendente de Buenos Aires tiene la intención de desacatar el decreto de los Fernández, en particular en lo que se refiere al cierre de las escuelas por una quincena, no ha tomado en cuenta la lucha de los trabajadores de la Salud de Neuquén ni el apoyo que recibió de una movilización popular inmensa el jueves reciente. Los piquetes neuquinos han bloqueado el transporte de combustibles de Vaca Muerta, mediante unos cincuenta cortes de ruta. Tampoco ha reflexionado sobre las huelgas parciales masivas de un conjunto de seccionales bonaerenses de Suteba, que reclamaban la ´suspensión temporal´ de la presencialidad. Las opciones de Rodríguez Larreta no son muy numerosas: o se somete bajo protesta o tendrá que hacer frente a una huelga general de la docencia en el distrito. Una víctima eventual de la pelea que ha entablado con los Fernández podría ser el bloqueo a la postergación de las Paso. 
 Rodríguez Larreta integra, incluidos los Fernández, la cofradía que sostiene que las escuelas ´no contagian´, como tampoco las fábricas y los lugares de trabajo en general. El intendente que viajó de vacaciones a Buzios, para volver contagiado, simplemente miente, en compañía de la mayoría de su gabinete y de la sanata de charlatanes que frecuenta los medios de comunicación. Nadie conoce el número de docentes y alumnos contagiados, simplemente porque no hay testeos. Apenas se procede a realizarlos, como ha ocurrido en varios estados norteamericanos, en Gran Bretaña o Alemania, se comprueba que la escuela es un recinto contagioso. El insospechable, al menos para Larreta, Financial Times, tituló hace diez días que “El retorno a la escuela está jugando un rol clave (CLAVE) en la disminución del ritmo de caída de los casos de Covid” (Return to school playing key role in slowing fall in UK Covid cases). Lo que llevó a los Fernández a improvisar la orden de un cierre homeopático de escuela, no fue el progreso de la pandemia sino el colapso del sistema sanitario. Para oficialistas y pseudo opositores, mientras haya camas y las terapias intensivas aguanten, los contagios y las muertes constituyen una tragedia aceptable. Es el punto de vista de todo el capital y de todos sus gobiernos. En la gripe española que asoló al mundo, entre 1918 y 1920, pocos se enteraron de que se estaba llevando la vida de cincuenta millones de personas. Todo esto vale para los lugares de trabajo, donde los testeos se caracterizan por la escasez. Toyota lo ha admitido al mantener un solo turno de trabajo, en tanto que en Brasil, las patronales cerraron toda la industria terminal de automotores. En otra muestra de improvisación, los Fernández ordenaron la semana pasada el retorno al trabajo de los mayores de 60 años con antecedentes de dolencias, para derogarla ayer – unos días u horas más tarde. La consigna debe ser el cierre de toda actividad no esencial, mientras dure la pandemia. Sólo un izquierdista con serias limitaciones políticas, puede oponerse al cierre del ámbito por excelencia de la lucha de clases, cuando tiene a la orden del día una lucha de clases para defender la salud y la vida, o sea el cierre de lo que no es esencial. No hay que escamotear la incapacidad del capitalismo para adoptar estas medidas indispensables para cortar la circulación del virus, sino exponerla en forma abierta, para que la financiación de las cuarentenas se hagan a costa de los grandes capitales, que son asimismo los grandes usureros. La deuda pública mundial con el capital financiero se calcula en u$s500 mil millones, más de cuatro veces el PBI sumado de todas las naciones. 
 No existe ninguna evidencia de que la gran patronal, en Argentina, Biden o el FMI, piensen que estén reunidas las condiciones para voltear a los Fernández, ni menos aún que deseen o alienten sus consecuencias. La coalición de gobierno no muestra señales de una ruptura. La “doctora” sigue teniendo más muñeca política que todos sus pseudo opositores. Prefiere un piloto de tormentas de relativa confianza, aunque probado, que un grumete en viaje de estudios de navegación. En estos días, precisamente, un enviado de Biden y el jefe del Comando Sur del Pentágono, retornaron a Washington con seguridades de que los Fernández no tienen la menor intención de sacar los pies del plato. La región tampoco está para aventuras golpistas – más cerca de rebeliones populares. Los Fernández, después de todo, han lanzado una ´quincentena´ a bajo costo – apenas 15 mil pesos para sólo un millón de personas, mientas aplican un plan 12 para los que tendrían que abonar el impuesto a la riqueza.
 Disipados los malentendidos acerca del alcance del pataleo del Intendente, la crisis política es indudable y se profundiza. Los Fernández improvisan: el corto plazo que han impuesto para la vigencia de las llamadas ´restricciones´, es una bomba de tiempo. Al menos en este caso, los Fernández han recogido la recomendación del FIT-U, a favor de unas ´suspensión temporal´, una redundancia lingüística que disfraza el planteo de que la presencialidad retorne lo más rápido posible – no cuando se disipe la pandemia. 
 Se vienen dos semanas ´calientes´, en especial porque el virus viene en compañía de una indomable suba de precios al consumidor. El Presupuesto 2021 ha quedado para el archivo; las Leliq han generado una deuda bancaria que se aproxima a los tres billones de pesos; ayer jueves fracasó una refinanciación de deuda en el mercado local. La curva de contagios que pronostican epidemiólogos y estadísgrafos no ofrece un horizonte declinante. De otro lado, las perspectivas de vacunación masiva no levantan – entre el acaparamiento mundial, el monopolio de producción de las grandes farmacéuticas, la circulación de variantes agresivas del virus y las limitaciones de las mismas vacunas, que recibieron, no olvidemos, una autorización de “emergencia”. Pfizer, por ejemplo, ha anunciado una segunda vacuna; AstraZeneca se encuentra prohibida en varios países y EEUU acaba de retirar del mercado la de J&J. Los ´contratos´ o compromisos que el gobierno decía haber alcanzado han fracasado – el de Pfizer, por supuesto, pero por sobre todo el que dejó librado al magnate mexicano Carlos Slim y al farmacéutico kirchnerista, Hugo Sigman. 
 El pataleo de Rodríguez Larreta procura que Macri y Bullrich no lo saquen del escenario, o sea que reacciona como rehén de sus adversarios internos. Quizás tiene la expectativa de atraer a su campo a algunos de los gobernadores, a algún bloque parlamentario intermedio, o incluso de fomentar disidencias en el gabinete oficial. Con ese propósito presenta la injerencia oficial en el AMBA como un caso federal. Lo más probable es que la Corte, que recibió la queja del Intendente, duerma por un tiempo el expediente. 
 El conjunto de estos factores podría hacer estallar los desequilibrios financieros y económicos conocidos. A pesar del aumento del precio de las exportaciones y del módico aumento de reservas del Banco Central, podría adelantarse la salida de capitales que se prevé para otro momento del año. La inflación, de cualquier modo, se convertirá en insoportable en el marco de una ´quincentena´ improvisada. La burocracia de los sindicatos se verá sobrepasada, como ocurre con ATE Neuquén y el gobernador Gutiérrez, y como ha ocurrido en distintos ámbitos de Suteba y de UTE (capital). La ´quincentena´ de los Fernández debe ir acompañada de la formación de comités de bases y coordinadoras, que se movilicen en función de un programa de conjunto. 
 El escenario de luchas que se ha abierto muestra la vigencia de un programa socialista frente a la crisis humanitaria. El sujeto de una salida socialista es el mundo del trabajo en acción. Se trata, en resumen, de desarrollar una serie de reivindicaciones transicionales. Cierre de labores no esenciales; control obrero de las actividades imprescindibles; testeos masivos y seguimientos estrechos. Por otro lado, sostenimiento económico integral de los trabajadores (salarios y seguros asistenciales mínimos igual al costo de la canasta familiar) y de los productores pequeños o independientes. Financiación de la transición mediante el cese de toda forma de pago de la deuda pública y semi-pública; intervención del comercio de exportación e importación; comités electos para supervisar el abastecimiento local; concertación con los estados dispuestos a la producción independiente de vacunas (Cuba, por ejemplo); expropiación de patentes privadas; movilización del Malbran y el Conicet para producir una vacuna local; control obrero de la industria farmacéutica. Por último, pero no por ello menos fundamental; por una lucha internacional de la clase obrera para reclamar la disposición universal de vacunas e instrumentos vinculados a la vacunación. Abajo el chovinismo sanitario, por la unidad internacional de los trabajadores. 

 Jorge Altamira 
 16/04/2021

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