El 19 y 20 de noviembre de 2009 se realizó en Caracas, Venezuela, el Encuentro Internacional de Partidos de Izquierda, convocado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este encuentro reunió 52 organizaciones políticas de los cinco continentes del más variado espectro, desde socialdemócratas moderados hasta la izquierda radical, pasando por algunos partidos comunistas.
La preocupación central en torno a la cual fue convocado el evento y que fue centro de los debates, es la contraofensiva reaccionaria lanzada en todo el mundo, pero de manera particular en Latinoamérica, por el imperialismo norteamericano, apoyada por las oligarquías nacionales y la extrema derecha, junto a los medios de comunicación a su servicio.
Contraofensiva reaccionaria que tiene en nuestro continente dos componentes esenciales: uno militar, con la instalación de bases militares, en especial en Colombia y Panamá, y otro político, cuya cabeza de playa ha sido el golpe de estado hondureño contra el presidente legítimo, Manuel Zelaya, y que también amenaza a la democracia y al presidente legítimo de Paraguay, Fernando Lugo.
En el marco de la crisis capitalista mundial, el gobierno de Barack Obama, apoyándose en sectores militares y retardatarios, intenta revertir los avances políticos y sociales de la región producidos por la movilización popular a principios de esta década, como respuesta a las consecuencias sociales de la fase neoliberal.
Utilizando lo que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha denominado "estrategia inteligente", es decir, usar la fuerza militar donde las condiciones se lo permiten (como Irak y Afganistán) y las maniobras políticas donde no, Estados Unidos pretende recuperar el terreno perdido de su influencia en el mundo, combinando todas las tácticas a la vez.
En América Latina, la escalada peligrosa no sólo se dirige a cancelar por cualquier vía a los gobiernos que cuestionan el modelo neoliberal y las imposiciones de Washington, sino que ahora preparan una estrategia de agresión militar contra la vanguardia de los procesos de cambio en el continente: el gobierno bolivariano de Venezuela, encabezado por el presidente Hugo Chávez.
Para ello han reactivado la IV Flota y el Comando Sur, y han procedido a firmar acuerdos para la instalación de bases militares conjuntas que se convertirán en la plataforma de agresión contra Venezuela y otros países. De allí que el centro de las denuncias adoptadas por el Encuentro son las bases militares, principalmente las de Colombia (y Panamá, agregamos nosotros) que han convertido a ese país, a decir del ex presidente Ernesto Samper, en un "portaaviones" militar que amenaza seriamente a Venezuela.
Hablando ante el Encuentro Internacional, el presidente Hugo Chávez, señaló con claridad que estas amenazas militares, y las provocaciones que ya ha iniciado el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, deben tomarse en serio ya que parecen indicio certero de un inevitable de un conflicto armado, el cual habría que evitar para bien de nuestros pueblos. De allí la urgencia de exigir la anulación del acuerdo de bases militares.
En este sentido, el Encuentro acordó una Jornada Internacional de lucha contra las bases militares la semana del 12 al 17 de diciembre próximos. Campaña que debe incluir desde movilizaciones hasta foros y conferencias que obliguen a reflexionar sobre la peligrosidad de la situación creada por estas bases militares.
Otro eje de trabajo urgente adoptado por el Encuentro es la denuncia del golpe de Estado en Honduras y su intento de legitimarlo por la vía de elecciones espurias este 29 de noviembre próximo. Hay que sostener la exigencia del retorno a la legitimidad política en Honduras, mediante el retorno del presidente legítimo Manuel Zelaya, única garantía para la realización de elecciones libres y democráticas en aquel país.
Para coordinar el conjunto de la campaña mundial contra las bases militares y los intentos reaccionarios de socavar las reformas democráticas, el Encuentro acordó la constitución de una plataforma permanente que articule las campañas y actividades.
Reflexionando sobre la situación internacional, el presidente Hugo Chávez, sorprendiendo a los presentes lanzó la idea de constituir una V Internacional socialista, en la línea de recuperar las tradiciones de internacionalismo y solidaridad de organizaciones de este tipo desde Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir Lenin y León Trotsky.
En este sentido, el Encuentro Internacional acordó que los delegados y delegadas informaran a sus respectivas organizaciones y que, quienes estuvieran de acuerdo, volverían a reunirse en el mes de abril de 2010, en Caracas, para decidir la forma y el programa que adoptaría esta V Internacional.
Interviniendo a nombre del Partido Alternativa Popular de Panamá, señalamos nuestro compromiso de estar a la vanguardia de la lucha contra las bases militares y la política exterior del gobierno empresarial y derechista de Ricardo Martinelli, es particular su reconocimiento a los golpistas hondureños.
El pueblo panameño cuenta con ciento cincuenta años de experiencia en la lucha contra las bases militares norteamericanas, y ha sido víctima reiterada de ellas, con decenas de invasiones e intervenciones militares yanquis, la última de ellas el 20 de diciembre de 1989, que produjo centeneras de muertos, miles de heridos y decenas de miles sin hogar.
La lucha contra las actuales cuatro bases militares que ejecuta el ministro de gobierno, Raúl Mulino, no será la excepción, como ya lo demostró la movilización estudiantil del pasado 18 de noviembre, en que la juventud panameña actual demostró ser digna heredera del antiimperialismo que ha caracterizado a nuestro pueblo.
El Partido Alternativa Popular (PAP) hace parte desde ahora de la plataforma común adoptada en el Compromiso de Caracas, y se compromete a debatir democráticamente la posibilidad de integrar la V Internacional propuesta por el presidente Chávez.
Olmedo Beluche
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