viernes, noviembre 20, 2009

La defensa medular de la Revolución, estará en los obreros y en los campesinos


Nuestro deber es defender la Revolución, nuestro deber es lograr que la Revolución marche adelante. Ya una vez tuvimos que enfrentarnos al enemigo en las montañas, tuvimos que enfrentarnos a un enemigo poderoso; nuestros hombres eran los campesinos armados, nuestro ejército tenía aquella compenetración y aquel idealismo que hizo posible la victoria. El papel del Ejército Rebelde fue decisivo en la guerra, pues así como el papel del Ejército Rebelde era decisivo en la guerra, el papel de los trabajadores es decisivo en esta etapa de la Revolución y será cada vez más decisivo en los días venideros de la Revolución.
Ustedes son el Ejército Rebelde en esta etapa de la Revolución; ustedes son la parte más importante del pueblo y del Ejército Rebelde en cualquier lucha futura que tengamos que sostener para defender la Revolución. Y esa es la conciencia que tienen que hacerle, es lo que les digo y les repito, con la convicción más absoluta de que esa conciencia es necesaria si ustedes quieren seguir teniendo las satisfacciones morales, las satisfacciones patrióticas y las satisfacciones materiales, aunque lo material en momentos como estos es lo último, porque hoy lo primero es defender la Revolución para que mañana podamos ver disfrutar nosotros a nuestros hijos el fruto de nuestros sacrificios. [...]
He insistido en este punto porque dos tareas tienen hoy los trabajadores: una, la tarea de defender la Revolución, que es la más importante. Dos, la tarea de impulsar económicamente el país. La más importante es defender la Revolución, porque sin el Gobierno Revolucionario no puede haber programa revolucionario. Por eso lo esencial frente a las amenazas y los peligros, es defender la Revolución. Segundo, el impulso creador de la Revolución [...]
[...] Los obreros saben que los problemas de hoy no son aquellos problemas que consistían en gobiernos al servicio de patronos y obreros desamparados de toda protección. Los obreros saben hoy que tienen en sus manos el gobierno de la nación. Los obreros saben que este es su gobierno, que los conflictos que nosotros no resolvamos es sencillamente porque no podemos resolverlos, que los beneficios que nosotros no les damos es sencillamente porque no podemos materialmente dárselos [...]
[...] la defensa esencial de la Revolución, la defensa medular de la Revolución, estará en los obreros y en los campesinos. Ese obrero no cobra; cobra su trabajo, vive de su trabajo, no es un profesional. Sencillamente, cuando hace falta defenderla y se le llama, marcha al frente o marcha adonde tenga que marchar, a defender la Revolución.
Es decir, es algo gratuito, es la defensa espontánea por el pueblo, del gobierno. Antes confiaban esta tarea a minorías armadas, amaestradas, corrompidas, para que fueran defensoras de los privilegios, de los latifundios y de los grandes intereses, frente al pueblo. Ahora es al revés: si el gobierno es del pueblo, pues, sencillamente, el pueblo es quien tiene que defender al gobierno. Y, claro, ese obrero será el mejor soldado, como ese campesino de su cooperativa vive de su trabajo, no tiene aspiraciones de vivir "picándoles" a los demás, sino de vivir de su trabajo, y defiende ese derecho, porque no quiere que le quiten su tierra, no quiere que le quiten sus tractores; el obrero no quiere que le quiten sus derechos, no quiere que le quiten sus reivindicaciones, no quiere que le quiten el papel preponderante que hoy desempeña en la vida pública del país.
Por eso, tiemblan. A ver, ¿cuántos escritorzuelos de esos han escrito a favor de que entrenemos a los obreros? Ninguno. ¿Por qué? Porque saben que ese es el abur de las esperanzas de volver aquí a mantener sus privilegios.
¿Qué significa eso? Pues significa, sencillamente, que tendrán que pelear muy duro, y eso es sencillamente lo que les decimos aquí, con toda serenidad. Ellos vienen con sus artes y sus mañas a dañar a la Revolución, a tratar de derrocarla. Invocan, nos acusan... tratan de que el extranjero intervenga, y nosotros les decimos: bueno, pero lo que se van a encontrar aquí es al pueblo armado; lo que se van a encontrar aquí es que cada rincón de Cuba será una trinchera y una fortaleza, y que detrás de cada árbol se va a combatir.
Es lo único que les advertimos; sigan jugando a la contrarrevolución, sigan prejuzgando, sigan planeando; que no crean que va a ser esto ningún merengue, que no crean que esto va a ser ningún paseo; que sepan que van a tener que recoger el polvo

Fidel, el 19 noviembre de 1959 en el Palacio de los Trabajadores en el X Congreso Obrero Nacional de la Confederación de Trabajadores de Cuba y el I Congreso de la CTC Revolucionaria

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