Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
viernes, diciembre 31, 2010
Los Premios de Cuba
Muy bien saben el Parlamento Europeo, las Universidades de Columbia y Navarra, el periódico El País, El Pen Club Català, y distintas entidades de Holanda, Suiza, España y de otros países del Primer Mundo, por Informes de los organismos de las Naciones Unidas, que el pueblo cubano, gracias a cómo su gobierno ha respondido ante sus crisis, es poseedor de más altos índices en Sanidad Pública, Educación, Cultura, Deportes y en muchas otras ramas de la vida social que cualquier otro país del Tercer Mundo. Por ello es que los cubanos que sostienen su sistema revolucionario merecerían los más altos premios del planeta. Pero, evidentemente, todos estos señores que premian en nombre de la “Justicia”, no quieren enterarse de cómo, hasta en sus propios países, los gobiernos han gestionado la crisis que viven haciéndosela pagar a sus pueblos y abandonando a miles de familias a una suerte demoledora. Con toda la mala intención del mundo han preferido entregar sus más preciados galardones, con diplomas y con dinero, a los llamados “disidentes cubanos” sobre la base de que estos defienden los Derechos Humanos. ¿De qué hablan, señores parlamentarios, universitarios, intelectuales, escritores, periodistas y otros oficiantes de tan infausta ralea al servicio del Gran Capital y de los poderosos intereses que gobiernan en los Estados Unidos de América? Sean coherentes, o un poco honestos, y haciendo honor a sus saberes y responsabilidades, digan que premian a los “disidentes cubanos” porque el mayor objetivo de la actual civilización, dirigida desde el Mal Común que hoy día impera en el mundo,es destruir el ejemplo de la Revolución Cubana y envenenar material y sicológicamente al pueblo que la mantiene.
Es muy claro que estos “disidentes” -y la mayoría de ellos lo confiesa sin el menor pudor-, quieren para su patria lo mismo que buscan el Imperio y sus secuaces, esos que dominan las almas caídas en la indignidad, la ignorancia o la traición a sus pueblos. Por ello esos cubanos no dudan en colaborar con todos los planes que puedan causarle a Cuba el mayor daño posible a cambio, en la mayoría de los casos, de percibir las 30 monedas que Judas recibió de los gendarmes romanos. Recientemente, llevados del Partido Popular Español, se han envalentonado en Estrasburgo, pidiendo que la Unión Europea mantenga a Cuba la “Posición Común” que, junto al bloqueo norteamericano, constituyen las mordazas fundamentales para que el gobierno cubano apenas pueda resolver los problemas que agobian a su pueblo. ¿Qué personajes son esos? Cualquiera que quiera conocerlos, hasta el más incauto, si revisa algunos de los documentos filtrados por Wikileaks desde la sede estadounidense en La Habana, podrá saber que estos “disidentes” son meros mercenarios de la estrategia imperialista, que algunos ya son demeritados por sus propios amos y otros, sobre todo jóvenes, están siendo erigidos como las nuevas cartas de triunfo contra Cuba.
Y mientras toda la sarta de premiaciones, con abundante pompa en los grandes medios de información, sucede con esos “disidentes”, en la complicada isla y en muchos rincones del planeta se premian a esos otros cubanos que, a pesar del cansancio, las limitaciones y otras angustias, se han mantenido bien lejos de la colaboración con el Imperio, han podido resistir tanta saña contra su patria y defendiéndose de la realidad, dentro o fuera de Cuba, han incurrido en múltiples errores –de los que la mayoría está consciente- y han seguido viviendo con la sabiduría de que pertenecen a una tierra que ha sido la abanderada más solidaria con los más necesitados del mundo. Estos premios no tienen ningún importe en metálico, son exclusivamente fraternales y no tendrán ninguna repercusión en los medios. No son entregados en suntuosos palacios ni por excelsas figuras de la politiquería mundial. Son los premios del aire, de la atmósfera limpia que algún precioso día respiraremos todos en la Tierra.
Algunos se preguntarán por qué premiar o destacar defectos y no premiar y destacar virtudes. Bueno, de alguna forma, todo estará mezclado, como lo ha sido la propia vida del pueblo cubano, pero como ya estamos bastante agotados de tantos premios y relevancias a la heroica resistencia, –aunque pueda equivocarme-, he preferido recoger el latido que me dice que ahora mismo ha de premiarse y destacarse todo aquello que ese pueblo –perdón, el planeta entero en sus, más o menos graves, correspondientes variantes-, habrá de revisar, arreglar, encaminar, para que algún día sólo quede el recuerdo de unos tiempos que se vivieron casi exclusivamente para contribuir con los principios que han de sostener al Ser Humano.
Habrá premios sencillos para Pedrito el cojo, por matar una vaca; para Dominga Fernández, por traer desde Santiago, en un tren demorado y atestado bajo un calor infernal, dos sacos cargados con 500 muslos de pollo; para Walfrido el tuerto, por envasar yogurt en botellas de ron y venderlas demasiado caras; para Danilo el cortador de cañas, por no gustarle ninguno de los trabajos que le ofrecieron y empezar a robar materiales de construcción; para Josefa la miliciana, por prestar su casa para trapichear con todo lo que se le presentara; para Ismael Batlle Cabrera, el internacionalista, por no comprender qué significaba ayudar a sus ancestros africanos; para Indira la madre dulce, por no creer que era mejor entregar el Campamento Infantil de Tarará a los niños de Chernobyl; para Yanisleydis, por no haber estudiado, por no conocer su inmensa posibilidad de realización humana, por no querer hacer un análisis integral, por no saber que el Socialismo empieza a construirse desde uno mismo, por no saber
cuáles son los valores fundamentales de la vida y que tienen sentido para todos, por no saber que librarse de la banalidad es la única victoria contra el enajenante mercado de las vanidades, el morbo y las antiguallas; para Eduardo, Mercedes, Arturo, Mabel y Antonio, que no comprendieron ni fueron comprendidos y se fueron del país.
Habrá premios más destacados para Fabio, Carlos Rafael, Blas, Lázaro, el Ché, Raúl Roa, Osvaldo, Fidel, Celia, Raúl, Vilma, Ramiro, Juan, Armando, Haydee, Jorge, Faure, otros dirigentes y funcionarios de segunda y de tercera, ministros, embajadores, múltiples diputados y diversas personalidades que, con ninguna o con muy pocas restricciones económicas y políticas, no supieron cómo se construía el Socialismo y en su intento por saber no pudieron sopesar las enormes dificultades que tenían para construirlo, pero no se rindieron y siguieron intentándolo. Y también para Aldana, Ochoa, Robertico, Lage, Felipe, Yadira y tantos más que pretendieron lo mismo con diferente suerte, aunque entre todos hicieron hasta lo imposible para que Pedrito no perdiera las dos piernas y Walfrido pudiera ver por uno de sus ojos. Los dos fueron heridos gravemente con la metralla lanzada por los mercenarios de Playa Girón. Ese primer triunfo contra el Imperio en nuestro continente, tan vapuleado durante siglos, hizo fructificar uno de los hitos más descollantes de la Historia Moderna: La Revolución Cubana. Se pulsaron todas las cuerdas del ser humano y se empezó a caminar y a mirar con el ceño fruncido al lado de la cómplice sonrisa. Y así obraron, con miles de imperfecciones y otras miles de espléndidas dignidades. Por eso son tan revolucionarios, tan contrarrevolucionarios o tan difíciles de entender; tan gritones, tan escépticos o tan silenciosos: todos ellos sí han sido los reales disidentes del tortuoso camino de lo nuevo que estaban descubriendo y que les demandaba nuevos descubrimientos.
Pero somos nosotros la mejor disidencia cubana, los que encontrando y continuando la lucha liberadora, nos enfrentamos a nosotros mismos y nos creamos como disidentes propios, nosotros, el pueblo llano y hermosísimo, los dirigentes de cuarta y de quinta categoría, los delegados de las circunscripciones, los cederistas, las federadas, los intelectuales, los artistas, los licenciados y los buenos, regulares y malos hombres y mujeres sobre quienes recayó el mantenimiento de la Causa, a pesar de vivir con algunas o muchas restricciones económicas, políticas, sociales y de toda índole. Todos tendremos premios superiores por estar tan exhaustos y seguir siendo rebeldes, pobres, ilusos, líricos, insatisfechos, blancos sin complejos de superioridad, ricos desclasados, negros y mulatos sin muchas oportunidades, impuros, supersticiosos, creyentes, agnósticos o comunistas: el mayor enjambre de esperanzados que no puede creer que haya vida en la pestilencia de un imperio, un sistema y una época que ya agotaron su temporalidad histórica.
Entonces se dará el Gran Premio: para los que nunca, arriba, en el medio o abajo, nativos o extranjeros, dudaron del insistente sueño por el mejoramiento humano que venimos teniendo desde hace miles de años y en él envejecieron tristemente. Porque la Humanidad no rectifica sus absurdos existenciales sin conflictos con la condición humana y por ello sueña, combate y muere. Nunca se atacó tanto a un pueblo sin lograr ponerlo de rodillas: estaba soñando, estaba combatiendo, estaba muriendo y estaba resucitando.
Y por creer que el ser humano es un milagro, también habrá algún premio para los indolentes, los que pisotearon sus responsabilidades, los que abusaron del poder recibido y para aquellos que, sin comprender que mantenían el espíritu de esclavos del viejo orden social, se corrompieron y, conscientes o inconscientemente, le dieron salida a la bestia que llevaban dentro y se cebaron con numerosos compatriotas. Y aún me faltan otros premios...
La vista de reconocimientos ha de ser completa, sin soberbia, sin humillaciones, pero con la luz bien abierta a las necesarias aclaraciones con todas sus consecuencias. Urge saber que el Socialismo es un sistema superior al Capitalismo porque piensa en la persona, en el pueblo y en el mundo. Sobre esos tres pilares debe efectuarse la premiación. Y nada más, porque cuando amanezca ya no habrá cabida para quien quiera vivir de espaldas al derecho de todos los seres humanos a tener una vida digna.
Posiblemente ahora comenzaremos a caminar y a mirar de otra manera. ¿Que cómo será eso? Bien fácil si tenemos el coraje de entregarnos a la obra con el corazón limpio. Por ejemplo, nosotros, los que hemos servido apasionadamente a la incierta utopía, sólo pedimos coherencia en el pensamiento, porque no es verdad que hayamos vivido "52 años de mentiras, engaños y mierdas", como dicen los "disidentes" creados por el Imperio. Si eso fue lo que aprendieron, lo sentimos, no fuimos buenos maestros, pero tampoco ellos fueron buenos alumnos, al menos de nosotros. Y en estas cosas de la Historia, si se quiere continuar en ella, sólo caben las rectificaciones evidentes. Hagamos lo que hagamos de ahora en adelante, en los últimos 52 años del mundo, Cuba ha constituido una de las mejores y más grandes hazañas de la Civilización, y todo cubano o extranjero debe estar orgulloso de verse reflejado en gran parte de esa tierra que evidenció tantas preocupaciones humanas.
Entonces, felicidades, cubanos, donde quiera que estéis, y felicidades también, hermanos de todo el planeta, que aman la gesta de Cuba. A pesar de tantas turbulencias, seguirá existiendo en este Nuevo Año 2011 esa isla de las mil y una imaginaciones para seguir alimentando la gran odisea de la Humanidad: la continuidad de la lucha por ser un poco mejor. ¡Hemos sobrevivido! ¡Felicidades a todos!
Andrés Marí
¿Por qué el Cólera en Haití?
El autor, Emiliano Mariscal, es un médico argentino graduado en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que integra la Brigada Médica Cubana en Haití.
Querida familia:
Esta interrogante que me hacen tiene gran complejidad y me recordó algunas de las preguntas clásicas de la epidemiología:
¿Por qué esta persona enfermó y no aquella?
¿Por qué esta enfermó en este momento y no en otro?
¿Por qué existen comunidades con mayor incidencia* de una patología que otras?
¿Por qué esa incidencia puede modificarse con el tiempo?
¿Por qué dentro de una misma comunidad hay grupos con mayor incidencia y otros con menos?
El estado de salud de la población está determinado por el modo y estilo de vida, la biología humana, el medio ambiente y la organización de los servicios de salud.
Pero profundicemos en la esencia:
Dice el diccionario que esencia es aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas. Si buscamos lo permanente e invariable del sistema que rige al mundo (capitalismo), pues determina el modo de vida de la buena parte de la población mundial, su objetivo es la obtención de ganancias, realizar cualquier actividad que permita ese fin.
¿Pueden todas las personas obtener ganancias si, por ejemplo, dos personas se dedican a producir alguna cosa? ¿Ambas pueden obtener ganancias? La respuesta es que No, pues para que una persona obtenga ganancias debe existir otro que fracase. Cada uno de los productores para alcanzar el fin de su actividad (la ganancia) debe superar al otro, o sea que está basado en la competencia que se convierte en motor de desarrollo, y cada cual perfecciona su actividad con el fin de prevalecer sobre el otro.
Por lo tanto la esencia es la desigualdad. Para que alguien sea rico ha de existir su contraparte, alguien que no alcance la obtención de ganancias. El mito del pobre que con su trabajo y sacrificio se hace millonario se convierte en una ficción, pues es imposible que todos los seres humanos con su solo esfuerzo alcancen el fin último de obtener ganancias.
¿Cómo se refleja esto a nivel global? Existen personas ricas y otras pobres; hay países desarrollados y otros llamados subdesarrollados. A expensas del saqueo y la explotación de extensos territorios, un grupo de países fueron capaces de iniciar un proceso de desarrollo superior que les permitió imponer al resto la división internacional del trabajo, determinando el rol de cada país en el mercado mundial. Los países llamados subdesarrollados exportan lo que les toca e importan lo que necesitan. La estructura de esas economías se deforma puesto que su desarrollo no es homogéneo. El poder de la especulación crece, surgen las transnacionales que necesitan estados débiles y pueblos dominables. El absurdo y la sin razón se desarrollan hasta el extremo de que todo se vuelve ficticio, el sistema está regido por la especulación, la exorbitante burbuja financiera estalla y junto con ella el propio sistema tambalea.
¿Cuáles son los mecanismos de dominación? Haití fue el primer país donde los esclavos rompieron cadenas y decidieron hacer su propio camino. Desde entonces tal osadía y semejante peligro para la lógica ya abordada del sistema, fue sistemáticamente castigada, con mecanismos económicos como la “Ley de la independencia” que obligó al pago de indemnización a propietarios franceses de tierras y esclavos, o la Ley que obligaba a consumir el 40% de la leche importada de Francia, así como la ocupación militar de Estados Unidos en 1915, seguida de una dictadura macabra que por muchos años extendió esa dominación (sucesos que han originado una heroica historia de resistencia y dignidad de un pueblo aguerrido y combativo).
He ahí una causa de la tragedia que vive Haití. De ese proceso surge la nula inversión en infraestructura que brinde fuentes de abasto de agua (solo el 40% de la población tiene acceso a fuentes de agua); la inexistencia de sistemas para eliminar de residuales, tanto líquidos como sólidos; la pobre infraestructura necesaria para cualquier proceso productivo, con el consiguiente desempleo y dependencia del financiamiento externo.
Explica también las dificultades para el acceso de la población a la educación, que determina el alto índice de analfabetismo (superior al 50% de la población); las escasas instalaciones sanitarias, con instituciones que cobran los servicios a una población con bajo poder adquisitivo (mortalidad infantil 57 por cada 1000 nacidos vivos y la esperanza de vida de 53 años); la ausencia de redes de abastecimiento de gas y electricidad que determinan el uso masivo del carbón, causante de la deforestación de más del 95% de sus suelos y que, a su vez, explica las frecuentes inundaciones que han azotado al país, así como los innumerables daños ocasionados por huracanes.
Todas estas condiciones propician la propagación del Vibrión Cholerae, bacteria que se transmite a partir de la contaminación de fuentes de agua o alimentos. Las personas que habitan sitios en que no existen fuentes de agua acuden a extraerla de los ríos y afluentes, puesto que ningún ser humano puede prescindir de ella. No tienen otra opción.
En muchos lugares utilizan las aguas de los ríos para conformar canales que discurren por diversos poblados. El producto de otra necesidad vital son emuntorios o desechos humanos diseminados por la tierra, cuyo destino final son los ríos y sus afluentes, y de este modo se contaminan las fuentes de agua. Gran cantidad de personas nunca tuvieron posibilidad de acudir a la escuela y el analfabetismo suele ir contra la dignidad que puede sentir una persona.
Esta realidad me ha hecho preguntarme qué sentiría si tuviera que vivir en esas condiciones. Por ejemplo, dormir en la calle o en una improvisada tienda, no tener agua para beber o bañarme, no poder brindar educación a mis hijos ni acudir a sitio alguno en caso de necesitar atención médica. Hacerse esa pregunta es un ejercicio que deberíamos realizar de vez en cuando. Mi respuesta sería que tomaría agua de los ríos, arrojaría excretas en la tierra, nada me importaría más allá de sobrellevar esa existencia, me sentiría quizá maniatado, deshecha mi autoestima por la imposibilidad de escribir mi propio nombre o saber siquiera mi edad. Y quizá Dios y la promesa de una vida mejor en El Paraíso fuese mi única esperanza. Sin embargo, incluso en estas condiciones, muchos luchan por un futuro mejor. Los he visto, y mentalmente deseo ahora mismo que les llegue a ellos mi admiración y respeto.
Desde esa óptica las causas de esta epidemia van esclareciéndose. En estos factores subyace la raíz del problema y su solución la encontramos en la lucha por un mundo mejor, un mundo con justicia, igualdad, basados en principios de solidaridad y de respeto mutuo. Sin amos ni imperios, sin imposiciones de ningún tipo. Pueblos verdaderamente libres, independientes y dueños de su propio destino. Un mundo donde el bienestar del ser humano sea el objetivo principal, donde el mal de uno sea preocupación de todos.
Queridos míos:
Les cuento ahora de nosotros. La Brigada Médica Cubana en Haití, este 25 de diciembre, ha llegado a la cifra de 46 126 personas atendidas por el padecimiento del Cólera. Ha contactado con 401 688 personas para ofrecerles educación sanitaria, la mayoría habitantes de subcomunas y poblados de difícil acceso.
Ser parte de la BMC es hermanarse con este pueblo, es sentirse integrante de un ejército sanitario que lucha desinteresadamente por el bienestar y la vida. Es luchar contra el mecanismo de dominación, que no necesariamente tiene que ser el destino de este pueblo.
Los abraza,
Emiliano
106 periodistas fueron asesinados en el mundo en 2010
La organización con sede en Suiza Press Emblem Campaign informa que en total al menos 106 periodistas fueron asesinados en 2010.
Catorce periodistas fueron asesinados en México y en Pakistán. Diez en Honduras. Ocho periodistas fueron asesinados en Iraq. Seis en las Filipinas, cinco en Rusia, cuatro en Colombia, Brasil y Nigeria.
Press Emblem Campaign ahora considera que América Latina es el lugar más peligroso para los periodistas debido al alto número de muertes en México y Honduras.
Cuba, soberanía a prueba de todo
Cuando el tres de enero de 1961 el gobierno de Estados Unidos rompió de manera unilateral sus relaciones diplomáticas con Cuba, el hecho constituyó una demostración de su interés en aislar primero la naciente Revolución y después tratar de destruirla por la fuerza.
Tanto es así, que en fecha tan temprana como el 17 de marzo de 1960, el presidente Dwight D. Eisenhower aprobó el Programa de Acción Encubierta contra el gobierno del joven abogado Fidel Castro que, desde un principio, su “pecado original” consistió en adoptar medidas de beneficio popular.
Incluso, Eisenhower ordenó a la Agencia Central de Inteligencia que comenzará a organizar el entrenamiento de los exiliados cubanos, principalmente en Guatemala, según consta en su libro Mis años en la Casa Blanca. Segundo Mandato 1956-1960.
Una decisión de ese tipo es más comprensible si se tiene en cuenta que este General de cinco estrellas (1890-1969) basó su política exterior en la Doctrina de Represalias Masivas, aplicada junto a John Foster Dulles, su Secretario de Estado, durante la Guerra Fría.
En esencia, ponía el énfasis en el uso disuasivo de las armas nucleares y en la intervención en cualquier conflicto en cualquier parte del mundo donde se observara la influencia soviética.
Quizás no pueda pedirse mayor arrogancia, prepotencia y espíritu de dominación que semejante teoría y práctica.
De modo que empezó el adiestramiento de una fuerza mercenaria que invadió Cuba en abril de 1961 y la “creación de una red de inteligencia y terrorismo en el interior del país’’, de acuerdo con el propio texto.
Solo que, como siempre, subestimaron a todo el mundo, y su aventura les costó tan cara que los cubanos infligieron a su brigada invasora la primera derrota militar estadounidense en América Latina y a sus sobrevivientes los canjearon por compotas en una operación comercial sui generis.
No obstante, en ese mismo año, su sucesor, John Fitzgerald Kennedy (1917-1963), incrementó sus acciones contra la Isla antes de ser abatido a tiros en una tenebrosa historia aún por revelar por sus conexiones con la CIA y contrarrevolucionarios cubanos.
Pusieron en marcha la Operación Mangosta, mediante la cual trataron de recopilar datos y fomentar la subversión, sabotajes, el asesinato de dirigentes y acciones militares directas.
En 1962, Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos en reunión efectuada el 31 de enero en Punta del Este, Uruguay y la mayor parte de las naciones latinoamericanas, salvo la honrosa excepción de México, también deshizo sus vínculos diplomáticos con la Patria de José Martí.
Por si fuera poco, desde 1961 hasta 2009, el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. provocó afectaciones a la economía cubana por más 751 mil millones de dólares.
En síntesis, el conflicto histórico que ha caracterizado las relaciones entre los dos países durante más de 200 años radica en la pretensión de los gobernantes estadounidenses de apoderarse de Cuba y la permanente determinación de los cubanos de defender su derecho a ser una nación libre, independiente y soberana.
Lino Luben Pérez
AIN
Tanto es así, que en fecha tan temprana como el 17 de marzo de 1960, el presidente Dwight D. Eisenhower aprobó el Programa de Acción Encubierta contra el gobierno del joven abogado Fidel Castro que, desde un principio, su “pecado original” consistió en adoptar medidas de beneficio popular.
Incluso, Eisenhower ordenó a la Agencia Central de Inteligencia que comenzará a organizar el entrenamiento de los exiliados cubanos, principalmente en Guatemala, según consta en su libro Mis años en la Casa Blanca. Segundo Mandato 1956-1960.
Una decisión de ese tipo es más comprensible si se tiene en cuenta que este General de cinco estrellas (1890-1969) basó su política exterior en la Doctrina de Represalias Masivas, aplicada junto a John Foster Dulles, su Secretario de Estado, durante la Guerra Fría.
En esencia, ponía el énfasis en el uso disuasivo de las armas nucleares y en la intervención en cualquier conflicto en cualquier parte del mundo donde se observara la influencia soviética.
Quizás no pueda pedirse mayor arrogancia, prepotencia y espíritu de dominación que semejante teoría y práctica.
De modo que empezó el adiestramiento de una fuerza mercenaria que invadió Cuba en abril de 1961 y la “creación de una red de inteligencia y terrorismo en el interior del país’’, de acuerdo con el propio texto.
Solo que, como siempre, subestimaron a todo el mundo, y su aventura les costó tan cara que los cubanos infligieron a su brigada invasora la primera derrota militar estadounidense en América Latina y a sus sobrevivientes los canjearon por compotas en una operación comercial sui generis.
No obstante, en ese mismo año, su sucesor, John Fitzgerald Kennedy (1917-1963), incrementó sus acciones contra la Isla antes de ser abatido a tiros en una tenebrosa historia aún por revelar por sus conexiones con la CIA y contrarrevolucionarios cubanos.
Pusieron en marcha la Operación Mangosta, mediante la cual trataron de recopilar datos y fomentar la subversión, sabotajes, el asesinato de dirigentes y acciones militares directas.
En 1962, Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos en reunión efectuada el 31 de enero en Punta del Este, Uruguay y la mayor parte de las naciones latinoamericanas, salvo la honrosa excepción de México, también deshizo sus vínculos diplomáticos con la Patria de José Martí.
Por si fuera poco, desde 1961 hasta 2009, el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. provocó afectaciones a la economía cubana por más 751 mil millones de dólares.
En síntesis, el conflicto histórico que ha caracterizado las relaciones entre los dos países durante más de 200 años radica en la pretensión de los gobernantes estadounidenses de apoderarse de Cuba y la permanente determinación de los cubanos de defender su derecho a ser una nación libre, independiente y soberana.
Lino Luben Pérez
AIN
El día que murió la diplomacia
"El día que murió la diplomacia", un documental de Bernie Dwyer y Roberto Ruiz Rebo, es un testimonio claro y rotundo acerca de la insólita situación jurídica sobre los cubanos que habiendo luchado por evitar atentados y crímenes resultan encarcelados, mientras que quienes los promueven son ensalzados por Falsimedia como presuntos combatientes por la libertad.
El documental recoge entrevistas realizadas a los cuatro agentes infiltrados que relatan la realidad de las actividades que los 75 supuestos periodistas, sindicalistas y bibliotecarios independientes realizaban en contra de la Revolución cubana. Cuenta también con declaraciones de Wayne Smith y Vicki Huddleston, Jefes de la Sección de Intereses del gobierno de los Estados Unidos en La Habana, en los años de 1979 al 1982 y de 1999 al 2002, respectivamente. Los 75 disidentes cubanos fueron enjuiciados y condenados a cárcel en 2003. Este documental muestra las actividades que la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA) y Washington realizaban contra el gobierno cubano en esos años.
Escrito y dirigido por: Bernie Dwyer y Roberto Ruiz Rebo
Producido: Two Islands productions (Irlanda)
Música: Alejandro Valdés
Duración: 32.52 minutos
Fecha de estreno: 6 de diciembre de 2010, en el Festival de Cine Latinoamericano documental de La Habana.
El documental recoge entrevistas realizadas a los cuatro agentes infiltrados que relatan la realidad de las actividades que los 75 supuestos periodistas, sindicalistas y bibliotecarios independientes realizaban en contra de la Revolución cubana. Cuenta también con declaraciones de Wayne Smith y Vicki Huddleston, Jefes de la Sección de Intereses del gobierno de los Estados Unidos en La Habana, en los años de 1979 al 1982 y de 1999 al 2002, respectivamente. Los 75 disidentes cubanos fueron enjuiciados y condenados a cárcel en 2003. Este documental muestra las actividades que la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA) y Washington realizaban contra el gobierno cubano en esos años.
Escrito y dirigido por: Bernie Dwyer y Roberto Ruiz Rebo
Producido: Two Islands productions (Irlanda)
Música: Alejandro Valdés
Duración: 32.52 minutos
Fecha de estreno: 6 de diciembre de 2010, en el Festival de Cine Latinoamericano documental de La Habana.
El día que murió la diplomacia from Rebelión on Vimeo.
jueves, diciembre 30, 2010
Cuba: ¿Plan Marshall o democracia obrera?
En la medida que se acerca la realización del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba crece el debate en torno al documento sobre los nuevos lineamientos de la economía de la isla, que fue presentado hace unas semanas atrás y puede conseguirse en las calles de Cuba o en decenas de portales de internet.
Las posiciones que ha despertado el documento se pueden agrupar básicamente en dos. Pero sin dudas se trata de un proceso de reformas más profundo que el realizado durante la década del 90´ y que va en un claro sentido pro-mercado y aperturista de la economía en un sentido capitalista.
¿Cuales son esas posiciones antagónicas? Para la dirección del Partido Comunista cubano (PCC) y para todo un sector de la izquierda latinoamericana no se trataría más que de un conjunto de medidas que favorecería la construcción del socialismo o evitaría que se derrumbe en el medio de su crisis actual. Sin embargo durante todas estas semanas estos “defensores” del documento han estado a la absoluta defensiva, atajando las críticas de quienes, entre otros, Guillermo Almeyra se han preocupado en señalar el contenido pro-capitalista de las reformas en curso.
Por otro lado, cuando estos “defensores” han intentando pasar a la ofensiva en el debate, no lo han hecho sobre la base de la explicación de los beneficios de los nuevos lineamientos. Todo lo contrario: lo han hecho atacando a los críticos que piensan que el rumbo de las reformas tiende a restaurar el capitalismo, de formas similares a cómo lo hizo la burocracia china, es decir, disfrazando la introducción del capitalismo con un “mejoramiento del socialismo”.
De dónde viene y ha dónde va Cuba
El mérito de Cuba: la expropiación de la burguesía
La Revolución Cubana tuvo, entre muchos otros, un mérito histórico: confirmó que es posible derrocar el capitalismo, pero que sólo se puede realizar por medio de la fuerza.
Y no podía ser de otra manera. Una revolución es un proceso en el cual básicamente asistimos a la reestructuración de la economía de una sociedad, es decir, a la transformación de su modo de producción por fuerza. En la historia de los pasajes de un modo a otro de producción se ha utilizado la fuerza organizada, donde la fracción más radical de una clase le quita a otra las palancas fundamentales de la producción económica.
No conocemos en la historia ejemplos pacíficos de transformación de las relaciones de producción de una sociedad. Las revoluciones burguesas de Francia e Inglaterra fueron violentas. Las revolución obrera de Rusia y las anti-capitalistas de China y Cuba fueron violentas. Y esto ha sido así por una sencilla razón: ninguna clase social entrega su poder sólo a petición; la imposición por la fuerza es un rasgo distintivo de todo proceso revolucionario.
En Cuba, el Movimiento 26 de Julio había aprendido esta lección histórica. Así, por medio de las armas y el apoyo de los trabajadores del campo y la ciudad movilizados, expropió a la burguesía y los terratenientes. En su origen, sin embargo, los objetivos de los revolucionarios cubanos fueron limitados a la implantación de reformas democráticas y al desarrollo nacional de la isla, luego de años de dictadura militar, atraso económico y subordinación al imperialismo. Sin embargo, cuando intentaron realizar estas tareas, los revolucionarios se encontraron con dos elementos: uno a favor y otro en contra.
La dialéctica de la revolución cubana
El elemento a favor más importante fue el contexto político mundial: dos de los países más grandes y habitados del planeta se encontraban bajo regímenes económicos en donde la burguesía había sido expropiada.
En Rusia los trabajadores había protagonizado la primera revolución obrera. Sin embargo, luego fue aplastada por la contrarrevolución stalinista, que si bien no restauró en lo inmediato el capitalismo sí reestructuró los elementos que hacían del Estado ruso un Estado obrero. En su lugar, esta contrarrevolución alumbró una sociedad en donde ni los trabajadores ni los capitalistas eran su clase dominante. Un nueva casta o clase1 tomo las riendas: la burocracia stalinista.
En China, la realidad social no era muy distinta. Desde su origen el movimiento revolucionario maoísta no se propuso liderar una revolución en base a la clase obrera de la ciudad y el campo, sino dirigida por un ejército guerrillero campesino. Ya en el poder Mao Tse Tung construyó un régimen burocrático en donde las fuerzas armadas y el partido comunista se transformaron en la nueva clase dominante. Desde esta posición social y política emprendieron un proceso de cambios que hizo de China una nación pujante.
Así, para el año 1959, cuando Fidel Castro y el Che Guevara toman el poder, tanto Rusia como China estaban bajo un sistema social híbrido, en el que una burocracia actuaba de hecho como una clase dominante y donde los trabajadores actuaban de hecho como una clase explotada y oprimida. Esta novedad creo la ilusión de que podía haber un curso histórico alternativo al socialismo, una “tercera vía” entre la sociedad capitalista y una sociedad en donde gobiernen de hecho los trabajadores.
Es a partir de esta situación política excepcional que en Cuba se avanza en la expropiación de la burguesía y se intenta construir una sociedad no capitalista. Este intento de tercera vía quedaría sepultado como utopía histórica con la brutal restauración del capitalismo que realizaron la burocracia rusa y china.
Pero también, el decurso revolucionario y expropiador del Movimiento 26 de Julio se explica por un elemento objetivo que le impedía realizar las tareas democráticas y de independencia nacional: la presión contrarrevolucionaria del imperialismo norteamericano.
Cuando la revolución comenzó a impulsar la reforma agraria y tejer relaciones comerciales con la Unión Soviética, los Estados Unidos iniciaron un creciente hostigamiento que devino en un intento de derrocamiento del gobierno revolucionario por medio de una invasión militar derrotada. Bajo estas condiciones, la dirección política de la revolución se decidió por expropiar capitales norteamericanos y luego de la burguesía cubana.2 De lo contrario, ninguna de las tareas fijadas inicialmente hubiesen podido llevarse a cabo.
La debilidad intrínseca de la revolución cubana
Sin embargo, las bases sociales de la revolución no atacaron un elemento central que es propio de toda sociedad de clases: la división social entre quienes explotan la fuerza de trabajo y quienes hacen de su fuerza de trabajo su medio de vida. Esta característica, común al esclavismo, al feudalismo y al capitalismo, se mantuvo, en lo estructural, también en la sociedad que dio a luz a la revolución cubana.
La diferencia fundamental entre esas sociedades de clases y la cubana estriba en que los principales medios de producción se encuentran bajo control y administración de una burocracia, que se encuentra separada socialmente del resto de la población trabajadora. En esto se asemeja más a la Rusia y China no capitalistas.
El problema, es que este tipo de sociedades han mostrado ser absolutamente incapaces para perpetuarse durante períodos de tiempo suficientemente largos en términos históricos y menos aún para abrir una transición al socialismo. Todo lo contrario: han terminando absorbidas por el capitalismo mundial.
Y esto, en parte, se explica en que son sociedades inorgánicas a las dos clases sociales fundamentales de los tiempos modernos: los asalariados y los capitalistas. Pero, en definitiva, al erigirse sus burocracias como clases dominantes explotadoras, en último término, del trabajo ajeno, encuentran en la sociedad capitalista un punto de interés común para aliarse y desarrollarse. Los casos de Rusia y China dan cuenta de este derrotero. Evitar que Cuba imite ese curso una de las tareas políticas fundamentales del presente.
¿Qué hacer entonces?
El retroceso hacia el capitalismo implicaría para Cuba un hundimiento en la decadencia social, cultural y moral. Y para los trabajadores del mundo un golpe muy duro a sus esperanzas de una sociedad justa. Por tanto, nos obliga a ponernos en una situación de alarma preocupante, así como intentar esbozar salidas alternativas y progresivas a la actual propuesta de reformas de la burocracia del PCC.
En primer lugar hay que desterrar toda ilusión que la actual crisis económica de la isla se solucionaría sólo quebrando el bloqueo económico asesino que impuso el imperialismo norteamericano. Es decir, la caída del bloqueo con la consecuente entrada de capitales y el aumento de las relaciones comerciales con la economía capitalista global sólo agudizarían el actual curso restauracionista que la burocracia le está imponiendo a las reformas. Para que esto no suceda hay que ir en un sentido contrario: impulsando la movilización activa de la clase trabajadora de la ciudad y el campo para imponer la efectiva administración de la producción. De esta manera, toda el destino de la economía (mientras continúe el bloqueo o en el caso de su caída) orientarlo en función de aumentar la productividad del trabajo, en miras a mejorar el nivel de vida de la población.
En segunda lugar hay que desterrar la ilusión de que la solución a los problemas de Cuba puede venir de los gobiernos “progresistas” o “nacionalistas” de América Latina. Esta ilusión se está encargando de propagarla Atilio Borón en una nota publicada el día 28 de diciembre titulada “Un Plan Marshall para Cuba”, en donde le pide a los gobiernos de Argentina, Brasil, Venezuela, Panamá, entre otros, que condonen la deuda que el Estado cubano tiene con ellos.
Borón “se olvida” que estos gobiernos representan los intereses del gran capital y por tanto no están dispuestos a condenar una deuda por razones morales, como las que recita en su artículo. En todo caso, esas razones, deberían levantarse como una bandera para que los trabajadores latinoamericanos nos solidaricemos con el pueblo cubano en sus esfuerzos por resolver la grave crisis que atraviesan.
En tercer lugar, y ha conclusión de lo anterior, es necesario ampliar el debate por el curso actual de las reformas económicas y señalar, una vez más, que será sólo por medio de la acción conciente y organizada de los trabajadores, asumiendo el control de los medios vida, que Cuba puede deparar un rumbo distinto al que vemos hoy en Rusia y China... un rumbo que abra las puertas a la sociedad socialista.
Enrico Simonetti
29 de diciembre de 2010
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1 Sobre la caracterización de la burocracia stalinista como una “clase” se ha debatido mucho. Pero más allá del término, lo que importa es que de hecho pueden adjudicársele todos los atributos de una clase dominante, en tanto explotadora de la clase trabajadora en lo económico y opresora en el plano político a través del Estado.
2 Vale aclarar que los elementos políticos más generales (sociedades no-capitalistas en dos grandes países, la presión imperialista) explican en parte el por qué de la revolución. Aún queda por explicar por qué la revolución sucedió en Cuba y no en otro país de América Latina en donde también habían movimientos de liberación nacional y incluso con protagonismo obrero importante.
http://rosablindadasocialista.blogspot.com/
Oaxaca, México: a cuatro años de la rebelión popular
A cuatro años del nacimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) se discute aún su sentido y hasta su propia existencia. Algunos le siguen atribuyendo una función política fundamental, pero muchos piensan que se desvaneció junto con la revuelta popular a la que habría dado un nombre. Sólo quedaría un membrete que utilizan arbitrariamente grupos muy diversos para proyectos políticos sin mayor eco en la población.
La APPO nunca fue organización política ni movimiento de movimientos. Fracasaron los intentos de darle estructura centralizada, dirección única y sesgo partidario. Los movimientos que convergían en la APPO sólo se articulaban circunstancialmente. Esa situación persiste. La APPO ha sido sólo una posibilidad, un intento que no cristaliza. No tiene existencia ni realidad. Pero no es un fantasma. A su manera atropellada y dispersa, lo que puede todavía llamarse APPO expresa el vigor y vitalidad de una tendencia profundamente enraizada en los pueblos de Oaxaca que aún intenta crear su oportunidad de existir.
La APPO habría sido una rebelión, más que una revuelta, que buscó extender a todo el Estado la experiencia de gobierno autónomo de las comunidades de Oaxaca por medio de una asamblea de asambleas. Si aceptamos esta hipótesis, la APPO no ha logrado existir. Innumerables iniciativas han nutrido el experimento, pero factores internos y externos le han impedido cristalizar: lo han debilitado quienes desde su interior han querido emplearlo para sus propios fines personales y de grupo y ha sido brutalmente reprimidoy desarticulado por la estrategia ilegal de intimidación y control que empezó con la represión de 2006 y aún persiste.
A pesar de su condición embrionaria, la APPO ha sido capaz de modificar sustancialmente la realidad social y política de Oaxaca. Puede apreciarse su impacto en toda suerte de iniciativas que se siguen multiplicando y muestran creciente vigor, como las cada vez más amplias coaliciones urbanas y rurales de defensa territorial o las iniciativas que intentan ampliar el control autónomo de la vida cotidiana mediante la agricultura urbana, el trueque, etc. La frustración y el desencanto, lo mismo que el temor y la rabia, hicieron presa en diversas capas. Pero se mantienen vivos el fermento organizativo y la iniciativa de 2006.
La APPO fue un factor decisivo para desplazar del poder formal y real al partido que gobernó por ocho décadas en el Estado y a la mafia política que lo encabezó en los últimos años. Cerrar ese ciclo desató un ambiente de fiesta y celebración en Oaxaca, que parece cuajado de esperanza. Algunos sectores confían en las reformas que ha prometido el nuevo equipo, en el que aparecen protagonistas destacados de la APPO que no la representan. Muchas personas mantienen la desconfianza hacia el nuevo Gobierno, que no sería sino el mismo sistema con otra piel. La esperanza mayoritaria no estaría colgada de los nuevos funcionarios sino de la capacidad, organización y vitalidad de los pueblos de Oaxaca, que semanifestaron espectacularmente en 2006 y se muestran cotidianamente en las más diversas formas. La mayoría de los oaxaqueños estaría pensando que los nuevos funcionarios tendrán que darse pronto cuenta de que su única opción de gobernar es aprender a obedecer a los pueblos de Oaxaca... y se dedican con imaginación a enseñárselo.
Gustavo Esteva | Diagonal
Diego Rivera
"Tenía la ambición de reflejar la expresión esencial, auténtica de la tierra. Quería que mis obras fueran el espejo de la vida social de México como yo lo veía y que a través de la situación presente las masas avizoraran las posibilidades del futuro. Me propuse ser... un condensador de luchas y aspiraciones de las masas y a la vez transmitir a esas mismas masas una síntesis de sus deseos que les sirviera para organizar su consciencia y ayudar a su organización social." Algunos lo apodaban sapo...sapito: Diego Rivera
Diego Rivera, como muchos otros artistas, antes de tener algún reconocimiento significativo en México pagó derecho de piso en Europa. Una especie de "ley no escrita" insiste en convencer a no pocos artistas, sobre las maravillas de lo extranjero (especialmente sus mercados) y la vergüenza de lo propio. En algún momento vio con claridad la ruta de un trabajo en el que podría explorar ideas y formas inéditas a partir de ideas y formas populares.
La de Diego Rivera no es una invención plástica ni un descubrimiento espectacular. En México los temas y rasgos consolidados por Rivera son recurrentes y repetitivos, afuera son exóticos. La obra de Diego Rivera tiene por virtud la gran síntesis y el ejercicio de una grandilocuencia atípica en la plástica posterior a la conquista. En un país de formatos chicos Rivera pinta murales; en un país de vergüenza indígena, pinta indios gorditos y coloridos; en un país de grupos fragmentados, pinta muchedumbres. En un país pluricultural, amorfo, desorientado y adolorido pinta cierta unidad seguida por una idea de Revolución histórica que pesaría por coherente.
La "reivindicación" de lo indígena es asunto que suele pasar por ciertos manipuleos no siempre saludables. Unos, mesiánicos, se piensan redentores de esos seres inferiores a los que urge sacar del "atraso". Otros, especuladores con el destino, inventan una defensa burocrática de los "indios" sólo para mantener funcionando una ubre presupuestal que alimenta a muchos, excepto a los indígenas. Otros, académicos melancólicos, lloran amargamente (mientras venden libros y firman autógrafos en librerías y ferias)
Después de todo, en el jet set intelectual, algunos esgrimen el discurso de los derechos humanos para activar coartadas sociales que lucen bien en épocas ecologistas. Y otros, aplauden frenéticamente a los pueblos indios mientras comercian con artesanías, fotos o souvenir; hechos a mano por una especie casi salvaje... casi en extinción. Los extranjeros compran exotismo mnemotécnico en objetos artesanales tras los cuales ven casi exclusivamente lo decorativo que servirá para recordar vacaciones, hoteles y andanzas logradas. Los artesanos cobran migajas. En fin... También hay buenas voluntades honestas. Aunque escasas.
La utopía de levantar sobre los muros una obra capaz de espejar el espíritu de los pueblos, no ha caído. Quienes se tambalean son algunos discursos. Diego María Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez nació en la ciudad de Guanajuato, México el 8 de diciembre de 1886. Murió en la ciudad de México el 25 de diciembre de 1957. Dejó inconcluso su, quizá, más ambicioso proyecto épico muralístico, cuyo tema es la Historia de México sobre los muros del Palacio Nacional, sede del poder político.
La obra de Diego Rivera está un tanto atravesada entre la necesidad imperiosa de hacer brotar el nervio revolucionario íntimo del ser mexicano y una especie de didáctica pictórica y evangelizante sobre la invención de un país, una identidad y una unidad ya ensayada con éxito regular en el renacimiento. Lo que Rivera repone en su obra, como inserción fundamental para la memoria colectiva, también fue usado por las demagogias gobernantes para hacer pasar por consolidado, unitario y nacional, lo que en el fondo es marginación, explotación y exclusión.
Diego fusionó su formación artística con su militancia política. Militó en el Partido Comunista Mexicano con un sesgo personalísimo que alimentó contradicciones y polémicas, de todo orden, mientras su obra pictórica desarrolló aportes técnicos singulares apoyados siempre en su visión teórico -política. Su vida pública y su vida privada fueron en general materia de leyendas y chismes. Al lado de Frida Kalho ocupó una de las posiciones más encumbradas e influyentes del mundo intelectual, artístico y político de su tiempo.
Fernando Buen Abad Domínguez
Videla a la Cárcel
Sentencia ejemplar al neoliberalismo, sentencia ejemplar al imperialismo
Incluso los más escépticos debieran salir a celebrar, con el pueblo argentino, por el paso dado, con base en la lucha de años, para que, por fin, la justicia mande a la cárcel común a uno de los asesinos más reputados, financiado por el neoliberalismo y su “plan cóndor” imperial. Al gran pueblo argentino….salud
Sin duda, la sola remisión del dictador a una celda ordinaria, no resuelve los problemas medulares de una república compleja y contradictoria como la argentina. Sin duda, falta incluir en la lista de los reos a todos esos empresarios, terratenientes, curas, banqueros y “ciudadanos” que, de una manera u otra, directa o indirectamente, auspiciaron, azuzaron y aplaudieron uno de los episodios criminales más horrorosos de la historia reciente. No obstante existe hoy, sin exageraciones, en Argentina, un clima propicio para la lucha por los “derechos humanos” y un clima propicio para el debate político, obra todo, de muchas y añejas batallas que, desde voces individuales y anónimas, hasta organizaciones como las Abuelas, las Madres y los hijos de los “desaparecidos”… han luchado sin parar para que se conozca la verdad, se haga justicia y se presente públicamente a las personas reclamadas, una y otra vez.
El valor y trascendencia de la sentencia a Videla excede con mucho a la no pocas veces tozuda burbuja en que viven los argentinos desconectados de “Latinoamérica”, en más de un sentido cultural, psicoanalítico, geopolítico e ideológico. Excede todo cerco localista porque constituye un mensaje enorme para los pueblos victimados por el “plan cóndor” y por los proyectos neoliberales responsables de financiar el crimen militarizado en Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay… la sentencia es también una respuesta al anticomunismo imperialista, aunque ese no sea su móvil principal. Videla, en su descargo final, dibujó meticulosamente, la ideología de la clase dominante:. Con voz pausada y firme, casi como un “buen hombre” con la razón en sus manos, como quien tiene derecho a decir su “verdad” de igual a igual, en igualdad de condiciones, acusó a los marxistas de “amenaza extranjera”, culpó al mismísimo Gramsci, calificó los “enemigos” de “terroristas” dijo que su “Guerra fue justa”…como si se tratara un pleito menor de “tu palabra contra la mía”, el asesino sentenciado paseó, ante jueces y testigos, el cinismo criminal más doloroso para más de 30 mil familias y para la historia entera de un pueblo.
Sin proponérselo explícitamente, ésta sentencia obligaría de inmediato a los “países limítrofes” a seguir los pasos argentinos para mandar tras las rejas, ojalá que en menos tiempo, a los criminales militares que desfilan diariamente, en sus países, con impunidad absoluta. Muchos aun celebran fiestas “familiares” con los sobrevivientes añejos que el nazi-fascismo arrojó a tierras del cono sur. Y es que la doble sensación de dolor y de fiesta, en simultáneo, nacida de mirar cómo se ha luchado y cómo socialmente, hoy, se repudia los criminales dictadores, se antoja expandible a los pueblos vecinos que han sabido sufrir, y derramar lágrimas, por las mismas razones monstruosas que llevaron al poder a las hordas asesinas argentinas disfrazadas de militares.
Ni los artífices del “plan cóndor”, ni los jefes empresarios, clérigos, terratenientes y banqueros, que los sustentaron, imaginaron jamás que un buen día, la lucha de los pueblos con sus organizaciones, a pesar de sus limitaciones, contradicciones y debilidades, lograría celebrar a voz en cuello y en miles de plazas, el triunfo de imponer la razón contra la barbarie. A estas horas, ese pueblo que tuvo, además, que remontar la traición de quienes ya antes indultaron a los militares asesinos (antecedidas por las leyes de “obediencia debida” y “punto final” componendas de Alfonsín-Menem), ese pueblo hoy, con toda dignidad, sabe que queda mucho camino por recorrer, que hay muchas tareas pendientes y muchas injusticias andan sueltas añorando a Videla, incluso desde los corazones de no pocos políticos de la derecha vernácula, incubada desde el imperio.
No hay muchos países en los que un presidente ordene a un jefe militar, retirar de un espacio emblemático, el retrato de un dictador venerado, casi en silencio, por la oligarquía. En la Argentina de Kirchner ocurrió y no sólo como gesto. Nadie puede negar ese mérito aunque tal sea insuficiente y el debate y la acción, en otros muchos campos, deban profundizarse de manera crítica y enfática. Pero hoy, celebramos, muchos, con un abrazo hondo y verdadero, hombro a hombro con los luchadores del pueblo argentino, por cada uno de los desaparecidos, por el dolor de las madres, de los padres, de los hermanos y de los hijos… por el pedazo inmenso de historia arrancada a un pueblo pujante, por los muertos de ayer y por los muertos de los días recientes, por la justicia a los desaparecidos y por la justicia a los vivos en manos del pueblo. Celebramos para luchar por la justicia en el presente, desigual y duro, que mira avanzar en plena lucha de clases, a una derecha, en apariencia disminuida y pero, por eso mismo, muy peligrosa. La derecha dolida y asustada se aflora su nazi-fascismo. En Argentina lo saben y están en guardia muchos. Por lo pronto Videla a la cárcel.
Fernando Buen Abad Domínguez
Bolivia: el gasolinazo es una victoria de las multinacionales
Primeros efectos
Desde el 2004 en Bolivia el precio del petróleo estaba congelado en 27 dólares por barril, congelándose consecuentemente el precio de gasolina, diesel y GLP (el gas domestico). La medida, asumida en su tiempo por Mesa, ponía fin a épocas de gasolinazos en que los gobiernos de turno aumentaban cada fin de año el precio de los carburantes para subsanar su déficit fiscal. Consecuencia de aquello entre 1985 y 2004 el precio de los carburantes se había elevado de un 400% aproximadamente.
La sorpresiva medida del gobierno ha activado inmediatamente una espiral inflacionaria. Las tarifas del transporte público han aumentado entre un 66 y un 150%, las amas de casas han asaltado los mercados para acaparrar alimentos cuyos precios ya aumentaron de un 30% mínimamente. En las agencias de EMAPA en Potosí, Oruro y otras ciudades hubo nuevamente filas de kilómetros y protestas por la escasez de productos. En esta misma agencia estatal los precios subieron un 15% y más. El martes el compañero Evo dijo que no dejará solo al pueblo frente a los efectos de esta medida, pero la realidad es que el pueblo ya fue dejado sólo frente a la especulación y el impacto devastador del sorpresivo aumento de los carburantes.
El porqué de esta medida
El gobierno afirma que esta “nivelación del precio” de los carburantes con el precio de los países vecinos era necesaria para frenar el contrabando que desangraba el Tesoro General de la Nación. Bolivia – segunda reserva de Latinoamérica de gas y productor de petróleo – debe destinar un cuarto de sus entradas por la venta de hidrocarburos a comprar carburantes en el mercado internacional, particularmente desde Argentina y Perú. Para 2010 YPFB había requerido un monto de aproximadamente 400 millones de dólares por la importación de carburantes para el mercado interno. De estos se calcula que unos 150 fluyan hacia el contrabando con los países limítrofes. Este chorro de plata hacia el exterior representa un problema real que grava sobre la economía pública.
Sin embargo este problema del contrabando es secundario respecto a los efectivos móviles de la medida, de otra manera no se explicaría porqué se mantiene subvencionado el precio de la garrafa de gas (como el del agua, la electricidad y las telecomunicaciones) mientras sube el precio de combustibles para aviación o el agro fuel que no podían ser contrabandados. La verdad es que de fondo hay un problema de ingresos y de mal celado déficit fiscal. El Ministro Arce había presupuestado para 2010 un monto para la subvención a los carburantes que se basaba en una demanda estable – cuando fue creciente – y un precio internacional de 70 dólares por barril, cuando fue de 94 dólares. Esta medida sirve entonces para generar mayores ingresos fiscales tasando al pueblo lo cual, independientemente de cómo serán utilizados estos ingresos, era el mismo método y fin de los gasolinazos de la época neoliberal.
Fracaso de la lucha al contrabando
Por otro lado hay una lección que en estos convulsivos momentos no se está extrayendo con la debida atención. La promulgación del Decreto Supremo 748 es en primer lugar la medida del fracaso de la lucha al contrabando basada en instituciones del Estado burgués. El gobierno movilizó a las Fuerzas Armadas y fortaleció la Aduana con nuevas asunciones y cambios constantes en su dirección para contrarrestar el contrabando consiguiendo el efecto de multiplicar a todos niveles la corrupción en esas dos instituciones.
Algunos casos significativos: entre octubre del 2007 y enero del 2008, la Aduana destituyó a 8 ejecutivos y a 12 funcionarios por hechos de corrupción; en 2009 son incautados 33 camiones de contrabando en la frontera entre Pando y Brasil. Según el gerente de la Aduana César López el ex ministro Quintana habría personalmente llamado para que se deje paso a los contrabandistas. En 2010 la Aduana Nacional es nuevamente intervenida, la nueva gerente Marlene Ardaya declara que todo el anterior directorio – a la cabeza el General Vargas, nombrado como Ardaya por el Presidente – está involucrado en casos de corrupción. La lista de las denuncias verbales a cargo de oficiales de las FFAA es igualmente larga.
El sabotaje de las multinacionales
Mientras la lucha al contrabando naufragaba en la corrupción, los gastos del Estado para subvencionar el precio nacional de gasolina, diesel y GLP crecían de manera descontrolada. Proporcionalmente las multinacionales reducían paulatinamente las inversiones productivas y la misma producción. Un sabotaje de la economía que provocaba desabastecimiento y la necesidad de importar carburantes.
Bolivia es la segunda reserva latinoamericana de gas, pero su producción diaria de gas es un tercio de la que tiene Argentina. La producción de GLP, el gas de las garrafas, ha bajado en un 28% entre 2007 y 2009. En cuanto a los hidrocarburos líquidos (petróleo, condensado y gasolina natural) en 2005 se tenía una producción diaria de 50 mil barriles lo cual se ha reducido en 2010 a poco menos de 41 mil barriles por día. Las inversiones presupuestadas de las multinacionales han bajado abruptamente, las que efectivamente se ejecutan son todavía más bajas y sirven sólo para descontar costos recuperables del pago de las regalías e IDH.
Por estas razones importamos – a precios de mercado – el GLP para 60 mil garrafas de las 123 mil que se consumen diariamente en Bolivia mientras entre enero y mayo de 2010 tuvimos que importar aproximadamente 43 mil litros mensuales de gasolina y 39 mil litros mensuales de diesel (Fuente de todos estos datos: MHE, YPFB, INE).
¿Quién gana?
En palabras del Vicepresidente esta medida debería servir para “incentivar las inversiones” de las multinacionales y consecuentemente aumentar la producción de gas e hidrocarburos líquidos. Según la autoridad y el Ministro Arce “no es rentable producir en Bolivia a un precio congelado de 27 dólares por barril mientras el precio internacional es de 94 dólares por barril”. Se trata de una victoriade las multinacionales, sin precedentes desde la guerra del gas. Desde ahora el precio de los carburantes en el mercado interno fluctuará dependiendo del mercado internacional. Las multinacionales reciben las condiciones de vida del pueblo en bandeja de plata para seguir lucrando y especulando sobre su empobrecimiento.
La burguesía nacional que ahora expresa críticas y preocupaciones, había empezado una campaña para eliminar las subvenciones desde hace tiempo. Es verdad que este mayor costo de operación afectará también a las empresas, pero los grandes empresarios saben que esta medida al final los favorecerá. En el agro, por ejemplo, el gran latifundio podrá permitirse sostener el costo mayor del precio del diesel, por esta razón los agroindustriales saben que ganarán más espacio en las decisiones políticas, porque el gobierno deberá hacerle más concesiones para incentivar su inversión productiva. La pequeña producción campesina – que ya ahora lamenta falta de apoyo – será en cambio siempre más vulnerable frente al latifundio, con la consecuencia de un creciente empobrecimiento y abandono rural.
¿Quién pierde?
Las medidas compensatorias comprometidas por el gobierno para defender el poder adquisitivo de los ingresos de trabajadores, campesinos y sectores populares son todavía confusas y no pueden tranquilizar al país. Se anuncia por ejemplo un aumento salarial superior a la inflación que debería entrar en vigor desde febrero cuando, según el ministro Arce “tendremos los efectos del aumento del precio de hidrocarburos” sobre la inflación.
Para febrero lo que conoceremos probablemente con seguridad serán los aumentos del transporte y se estabilizará temporáneamente el precio de los alimentos después de la especulación. Sin embargo la espiral de aumento de precios no parará en febrero y es ingenuo pensarlo. Nuevos aumentos llegarán con las cosechas de 2011, cuando empresarios y pequeños campesinos tendrán que recuperar mayores costos de operación. Por no hablar de los costos de vivienda, salud, educación (las clases empiezan recién en febrero), etc.
Ministros del gobierno andan reuniéndose con diferentes sectores comprometiendo parte o todo los que se ahorraría por efecto de este decreto. Lo que se quiere es ganar apoyo de sectores sociales frente a una medida que ha sembrado desconcierto entre la misma base del MAS. Se pide aceptar el sacrificio en nombre de la “razón de Estado” a cambio de medidas sociales. Sin embargo ¿cómo podemos pensar que con 500 millones de dólares se hagan los milagros que no se hicieron con 1500 millones de dólares de IDH por año? Esta estrategia que busca dividir al movimiento popular generará sólo más caos e intereses corporativos.
Los trabajadores y los sectores sin ninguna fuente de ingreso fijo serán fuertemente afectados y no hay obra ni discurso que permitirá recuperar el poder adquisitivo de sus salarios. La “nivelación de precios” con los países vecinos podría justificarse sólo frente a una “nivelación de ingresos”, visto que como se ve en la tabla el salario boliviano es el más bajo de la región
Movilizarse retomando la Agenda de Octubre
Por estas razones al momento en que escribimos crecen las movilizaciones en el país. El ampliado nacional de emergencia de la COB está definiendo movilizaciones a partir del próximo lunes, mientras los mineros de Huanuni han parado por 24 horas anunciando que el lunes marcharían a La Paz reivindicando la derogación del DS 748. Los vecinos de El Alto exigen además la renuncia del Vicepresidente y del Ministro Arce.
Este aumento de precio es determinado por el sabotaje a la producción por parte de las multinacionales de las cuales – se dijo – era “radical” pedir la expulsión porque podían quedarse como socios del Estado. Este socio una vez más impone sus reglas en desmedro de las mayorías.
Todos los intentos de reglamentar la economía privada han provocado distorsiones en el mercado: la prohibición a las exportaciones ha ocasionado reconversión y abandono de la producción agrícola y desabastecimiento, la regulación de precios ha provocado el contrabando y la corrupción. La única forma de satisfacer las necesidades básicas del pueblo es expropiando bajo control obrero y campesino a los bancos, las multinacionales, fábricas, minas y latifundios.
Lo que peligra no es sólo la economía de los hogares bolivianos sino el mismo proceso de cambio y los objetivos de nuestra lucha. Esta lucha a brazo partido no es entre defensores de los contrabandistas y defensores del Estado, sino más bien es en defensa de los intereses del pueblo en contra de las multinacionales y el empresariado privado nacional que ven justamente en el aumento de precios de los combustibles una victoria del libre mercado. Por estas razones es necesario unir nuestra lucha en contra del Decreto Supremo 748 a la lucha más general para reencaminar el proceso de cambio hacia el socialismo retomando la Agenda de Octubre. La Central Obrera Boliviana debe organizar la lucha de los trabajadores llamándolos al paro de actividades y convocando a los campesinos y sectores populares a la movilización por:
-La abrogatoria del Decreto Supremo 748;
-Ni con las subvenciones que desangran al Estado ni con la fluctuación de precios que desangran al pueblo: completar las nacionalizaciones expulsando a las multinacionales para combatir el desabastecimiento de hidrocarburos y el saqueo de nuestros recursos;
-Conformar Comités de Lucha y Asambleas Populares para reencaminar desde las bases nuestro proceso de cambio rumbo al socialismo retomando la Agenda de Octubre.
O pagan las multinacionales y el empresariado nacional o paga el pueblo, entre estas opciones no hay tercera vía. En 2003 el pueblo ya decidió por la expulsión de multinacionales, por nacionalizar e industrializar todos nuestros recursos (hidrocarburos, minería, tierra, bancos privados y grandes fábricas). El gobierno debe ponerse sin vacilaciones en esta senda.
Posdata: este artículo fue escrito antes del discurso de Evo del miércoles 29 en que comprometió – entre otras cosas – un aumento del 20% a 4 sectores (Fuerzas Armadas, Policía, Salud y Magisterio) con el fin de ganar el apoyo de sectores institucionalmente fuertes y privilegiados (las FFAA) y otros particularmente críticos (Salud y Magisterio). Más allá del peso real que las medidas compensatorias comprometidas por Evo y el gobierno puedan lograr – al respecto ya pronunciaron sus dudas y condenas la organización indígena-campesina CONAMAQ y el magisterio paceño – queda el hecho que el DS 748 es una evidente victoria del sabotaje a la produción de las multinacionales.
Periódico El Militante - Bolivia
jueves, 30 de diciembre de 2010
Cuba: pequeño gigante contra el apartheid
Un libro de Hedelberto López Blanch
Reveladores documentos desclasificados por nuestro país aparecen en el libro que, bajo ese título, publicó la casa Editora Abril. En ese texto que llevaron nuestros delegados al Festival en Sudáfrica, se muestra el extraordinario aporte de la Isla a la derrota de aquel régimen.
Un escrutador libro sobre la ayuda que dio nuestro país a Sudáfrica para erradicar el odioso régimen racista que agobiaba al pueblo sudafricano, Cuba: pequeño gigante contra el apartheid, fue escrito por nuestro colega de JR, Hedelberto López Blanch.
Los delegados al XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes llevaron ese texto, de la Casa Editora Abril, entre sus cosas. En él aparecen cuestiones ya desclasificadas por el Gobierno cubano, como el VII Congreso del Partido Comunista de Sudáfrica (PCSA), que se realizó en nuestra patria.
El anterior se efectuó en la Unión Soviética, también clandestino, debido al carácter secreto de su membresía. Sus principales dirigentes ocupaban cargos relevantes en la dirección del Congreso Nacional Africano (ANC), pero los únicos cargos públicamente conocidos eran los de Joe Slovo y Dan Tloome, presidente nacional.
El evento en Cuba tuvo lugar entre el 7 y el 12 de abril de 1989, y para su realización se escogió un lugar alejado de la capital, tranquilo y solitario: el Valle de Yumurí, en Matanzas, con nueve cabañas y 18 apartamentos.
Los delegados comenzaron a llegar a La Habana a fines de marzo, y con esmerada seguridad fueron trasladados hacia el lugar, de tal manera que ni siquiera el presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, de visita en Cuba entre el 3 y el 5 de abril, se enteró de eso.
Otro añorado encuentro
Cuenta la delegada Thenjiwe Mtintso —autora del prólogo del texto— que cuando se desempeñaba como jefa del ANC de una unidad en Uganda, le informaron que debía trasladarse enseguida a Lusaka, Zambia, donde se encontró con varios militantes del PCSA como Ronald Kasrils, Azíz Pahad, Thabo Mbeki, John Nkadimeng y Joel Netshitenzhe, entre otros.
Mtintso evocaría: «Los delegados conocieron dentro del avión que el Congreso se haría en Cuba. Se celebró después de Cuito Cuanavale, y la emoción de llegar a la Isla fue muy grande. Luego del aterrizaje, nos montaron en vehículos con ventanillas oscuras, nos llevaron a un lugar muy bello, con instalaciones, y mi habitación se encontraba arriba.
«Desde allí miré hacia abajo y distinguí entre los compañeros que se paseaban por el césped a mi esposo, Skenjana “Isaac” Roji, entonces clandestino dentro de Sudáfrica y a quien no veía desde hacía cuatro años».
Para ella fue inolvidable saber que formaba parte de una delegación que iba a conocer a Fidel Castro. Con él pasaron todos tres horas. Su análisis resultó tan claro que cuando Slovo se levantó, le dijo al Comandante que ese sería el último congreso que celebrarían en el exterior.
Vinieron delegados de distintas partes de África, Gran Bretaña, Suecia, URSS y un grupo de Sudáfrica, en momentos en que no se podía salir del país.
El libro de Hedelberto incluye pasajes relevantes de la victoria de la lucha cubano-angolana contra las tropas enemigas, incluidas las de Jonas Savimbi y Sudáfrica; cómo se organizó el suministro de armamento, el entrenamiento de luchadores clandestinos sudafricanos en Cuba y en Angola, y la captura de soldados sudafricanos entre los poblados de Cela y Quibala, a 400 kilómetros de Namibia, que evidenciaron la agresión de Pretoria contra el pueblo angolano.
Fidel, en Guinea Conakry, el 15 de marzo de 1976, expresó: «Esta vez en Angola los mercenarios blancos fueron liquidados y el mito de su invencibilidad fue destruido».
Eran los primeros soldados sudafricanos prisioneros de guerra en un cuarto de siglo. Un reportero de Johannesburgo, el 17 de febrero de 1976, apuntó: «En Angola, soldados negros —cubanos y angolanos— derrotan a las tropas blancas en combate (…) están ganando y no son blancos. La ventaja psicológica que los blancos han disfrutado durante más de 300 años de colonialismo e imperio, se está deshaciendo».
Cuba no se detuvo, aunque supo que Sudáfrica pensó realizar un ataque aéreo masivo y poseía varias bombas atómicas.
Los sudafricanos, antes de irse en agosto de 1988, sobre una pared en Calueque escribieron: «Los Mig-23 nos partieron el corazón».
Esta victoria propició el nuevo y definitivo giro de las negociaciones encaminadas a la búsqueda de la paz en África Sudoccidental.
Se demostraba lo dicho por Fidel: «La sangre de África corre abundantemente por nuestras venas (…) muchos africanos combatieron en el Ejército Libertador de nuestra Patria. ¡Somos hermanos de los africanos y por los africanos estamos dispuestos a luchar!».
Como expresó Mtintso en el prólogo, “Existen muy pocos libros escritos sobre el papel de Cuba en la liberación de África en general y en la de Sudáfrica en particular. Existen aun menos libros sobre la continua solidaridad y apoyo de la Isla al desarrollo social de los países africanos y la reconstrucción y desarrollo de Sudáfrica. De los pocos existen, varios están escritos por virulentos críticos del gobierno cubano o por autores con conocimientos insuficientes… Hedelberto nos brinda una narración analítica pero sencilla sobre el afán revolucionario de los cubanos, su internacionalismo y compromiso con la idea de un mundo mejor”.
Luis Hernández Serrano
Juventud Rebelde
Un Plan Marshall para Cuba
En estos días Cuba se enfrenta a un dilema de hierro: o actualiza, revisa y reconstruye su modelo económico o la revolución corre el serio riesgo de sucumbir ante la presión combinada de sus propios errores y las agresiones del bloqueo estadounidense. Los países de América Latina y el Caribe, así como la casi totalidad de los de África y Asia, no pueden permanecer indiferentes ante esta situación, o limitarse a contemplar como la revolución libra, sin otra ayuda que sus propias fuerzas, esta decisiva batalla.
Pero el apoyo no puede ser meramente declarativo. Eso está bien, pero es insuficiente. Cuba necesita algo más: concretamente, que sus acreedores, especialmente cuando ellos son países de América Latina y el Caribe, anulen la deuda externa cubana. Argentina es el mayor de esos acreedores -por un préstamo otorgado por el gobierno de Héctor Cámpora y su Ministro de Economía José B. Gelbard en 1973- y que el ex Canciller del Presidente Néstor Kirchner, Rafael Bielsa, renegociara proponiendo una quita del 50% de su monto, que si se suman el capital y los intereses acumulados en la actualidad ascendería aproximadamente a unos 1.800 millones de dólares. Para esa misma época su colega de gabinete, el ministro de Economía Roberto Lavagna, proponía a los acreedores de la Argentina una quita del 75% sobre el valor nominal de la deuda defolteada con el derrumbe de la convertibilidad en diciembre del 2001. Como es bien sabido, este país finalmente logró una quita que, según los cálculos, fluctúa en torno al 70% del valor nominal de los bonos de su deuda. Lo menos que debería hacer la Casa Rosada sería garantizar para Cuba el mismo trato que obtuvo de sus propios acreedores. Aunque eso sería lo mínimo. Lo correcto, lo que sería éticamente impecable, sería dar por cancelada esa deuda y de ese modo aliviar la carga que pesa sobre la hermana república de Cuba. Los 1.147 habitantes de la Argentina que, gracias a la “Operación Milagro”, en el último año recuperaron gratuitamente su vista en el Centro Oftalmológico Dr. Ernesto Guevara, de Córdoba, y los más de 20.000 alfabetizados que aprendieron a leer y escribir con el programa cubano “Yo Sí Puedo” son otras tantas razones para dar por cancelada esa deuda. Tal cosa sería un acto de estricta justicia. Y lo mismo deberían hacer los gobiernos de México, que mantiene acreencias del orden de los 500 millones de dólares; Panamá, 200 millones; Brasil, 40 millones; Trinidad-Tobago, 30 millones y Uruguay, también con 30 millones.
¿Por qué de estricta justicia? Por varias razones. Expondremos simplemente dos. En primer término, como equitativa retribución por el generoso e inigualado internacionalismo cubano que llevó a esa revolución a trascender sus fronteras sembrando de médicos, enfermeras, dentistas, educadores e instructores deportivos por todo el mundo, mientras el imperio y sus aliados lo saturaba con militares, “comandos especiales”, espías, agentes de inteligencia, policías y terroristas. A lo largo de las últimas décadas Cuba envió al exterior unos 135.000 profesionales de la salud a más de 100 países de todo el mundo, especialmente Latinoamérica y el Caribe y África, pero también los hay en Asia. Los médicos cubanos estaban en Haití desde mucho antes de su fatídico terremoto, y luego de él aumentaron su presencia mientras que Estados Unidos enviaba … marines. La ayuda cubana para combatir la enfermedad y prevenir las muertes en tantos países fue, y es, concreta y efectiva. Ahora los pueblos y naciones del Tercer Mundo deben correr a asistir a ese faro de la liberación nacional y social que desde hace más de medio siglo inspira e ilumina las más nobles luchas de nuestros pueblos. Y deben hacerlo con una solidaridad militante, traducible en ayuda económica efectiva. Las declaraciones serán bienvenidas, pero insuficientes.
En segundo lugar, hay una obligación moral de ayudar a Cuba porque, pensemos: ¿qué hubiera sido de nuestros países si su revolución no hubiese resistido a pie firme, sin arriar sus banderas, a las presiones del imperialismo y la derecha mundial una vez producida la implosión de la Unión Soviética? Con una Cuba de rodillas, vencida e inerme ante la restauración del saqueo neocolonial al que había sido sometida desde 1898; con sus sueños y utopías humanistas vapuleados por el retorno triunfal de las mafias capitalistas como las que, por ese entonces, estaban asolando a la difunta Unión Soviética; con la revolución y la creación de una sociedad solidaria anatemizadas como irresponsables ensoñaciones de falsos mesías que inexorablemente culminan en una infernal pesadilla, ¿habría sido posible el trascendental cambio ideológico-político materializado en el ascenso y consolidación en el poder de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, para no mencionar sino los casos más significativos? Más aún, sin el estímulo emanado de la heroica resistencia de Cuba, de su “mal ejemplo” evidenciado en tasas de mortalidad infantil menores que las de Estados Unidos a pesar del bloqueo y las agresiones, ¿habría sido posible el auge de la muy moderada centroizquierda en países como Argentina, Brasil y Uruguay a comienzos del nuevo siglo? ¡De ninguna manera! Si estos avances fueron posibles fue, amén de las causales propias de cada caso, porque Cuba resistió. Si hubiese capitulado y sido convertida en un protectorado estadounidense el tsunami derechista hubiera arrasado esta parte del mundo. Gracias a Cuba nuestros pueblos evitaron tamaña catástrofe.
Por eso, aparte de anular las deudas existentes con los países de la región, los acreedores tanto como quienes no lo son deberían crear sin dilación un fondo especial de solidaridad con la revolución cubana. Estados Unidos lo hizo para salvar a los europeos de la debacle después de la Segunda Guerra Mundial, y su éxito fue extraordinario. El Plan Marshall satisfizo plenamente las expectativas que había despertado y las economías europeas se recuperaron rápidamente. Cuba, castigada con dos planes Marshall en contra –tal es, hasta ahora, el costo del bloqueo estadounidense sobre la frágil economía cubana- merece con creces un gesto similar de sus hermanos latinoamericanos. Estos cuentan con enormes reservas en sus bancos centrales. En 2007 el presidente ecuatoriano Rafael Correa calculó las reservas existentes en la región rondarían en torno a unos 200.000 millones de dólares, y esa cifra no ha dejado de crecer en los años posteriores. Una estadística suministrada por el FMI indica que a finales del 2009 las reservas internacionales de la Argentina ascendían a 49.599 millones de dólares, 238.520 millones en Brasil, 90.837 en México, 26.115 en Chile, 24.991 en Colombia, 32.803 en Perú y 35.830 en Venezuela. Sin duda alguna, con los aumentos registrados en 2010, las reservas combinadas de estos países -más otros, como Bolivia, Ecuador y Uruguay no contemplados en la estadística- superarían holgadamente los 500.000 millones de dólares. De ahí la enorme importancia de poner en marcha cuanto antes el Banco del Sur, todavía trabado por pretextos burocráticos y por la miopía política de que hacen gala algunos gobiernos. Afectando apenas el 2 por ciento de tan fabulosas reservas se podría crear, sin mayor esfuerzo, un fondo especial de 10.000 millones de dólares destinado a financiar el complejo proceso de reformas económicas socialistas que Cuba debe llevar a cabo impostergablemente en los próximos meses. Sería un gesto de merecida reciprocidad ante la probada solidaridad cubana con nuestros países a lo largo de cinco décadas; y también un acto de calculado altruismo para lo cual sólo hace falta voluntad política, porque el dinero ya está. ¿O es que algún gobernante de la región puede ser tan ingenuo como para no darse cuenta que, si la Revolución Cubana fuese derrotada, el imperio se abalanzaría con todas sus fuerzas sobre nuestros países, sin distinción de pelajes ideológicos, para recolonizar a sangre y fuego al continente y restaurar el orden que Fidel y el Movimiento 26 de Julio vinieron a impugnar el 1 de enero de 1959?
Atilio A. Boron
Pero el apoyo no puede ser meramente declarativo. Eso está bien, pero es insuficiente. Cuba necesita algo más: concretamente, que sus acreedores, especialmente cuando ellos son países de América Latina y el Caribe, anulen la deuda externa cubana. Argentina es el mayor de esos acreedores -por un préstamo otorgado por el gobierno de Héctor Cámpora y su Ministro de Economía José B. Gelbard en 1973- y que el ex Canciller del Presidente Néstor Kirchner, Rafael Bielsa, renegociara proponiendo una quita del 50% de su monto, que si se suman el capital y los intereses acumulados en la actualidad ascendería aproximadamente a unos 1.800 millones de dólares. Para esa misma época su colega de gabinete, el ministro de Economía Roberto Lavagna, proponía a los acreedores de la Argentina una quita del 75% sobre el valor nominal de la deuda defolteada con el derrumbe de la convertibilidad en diciembre del 2001. Como es bien sabido, este país finalmente logró una quita que, según los cálculos, fluctúa en torno al 70% del valor nominal de los bonos de su deuda. Lo menos que debería hacer la Casa Rosada sería garantizar para Cuba el mismo trato que obtuvo de sus propios acreedores. Aunque eso sería lo mínimo. Lo correcto, lo que sería éticamente impecable, sería dar por cancelada esa deuda y de ese modo aliviar la carga que pesa sobre la hermana república de Cuba. Los 1.147 habitantes de la Argentina que, gracias a la “Operación Milagro”, en el último año recuperaron gratuitamente su vista en el Centro Oftalmológico Dr. Ernesto Guevara, de Córdoba, y los más de 20.000 alfabetizados que aprendieron a leer y escribir con el programa cubano “Yo Sí Puedo” son otras tantas razones para dar por cancelada esa deuda. Tal cosa sería un acto de estricta justicia. Y lo mismo deberían hacer los gobiernos de México, que mantiene acreencias del orden de los 500 millones de dólares; Panamá, 200 millones; Brasil, 40 millones; Trinidad-Tobago, 30 millones y Uruguay, también con 30 millones.
¿Por qué de estricta justicia? Por varias razones. Expondremos simplemente dos. En primer término, como equitativa retribución por el generoso e inigualado internacionalismo cubano que llevó a esa revolución a trascender sus fronteras sembrando de médicos, enfermeras, dentistas, educadores e instructores deportivos por todo el mundo, mientras el imperio y sus aliados lo saturaba con militares, “comandos especiales”, espías, agentes de inteligencia, policías y terroristas. A lo largo de las últimas décadas Cuba envió al exterior unos 135.000 profesionales de la salud a más de 100 países de todo el mundo, especialmente Latinoamérica y el Caribe y África, pero también los hay en Asia. Los médicos cubanos estaban en Haití desde mucho antes de su fatídico terremoto, y luego de él aumentaron su presencia mientras que Estados Unidos enviaba … marines. La ayuda cubana para combatir la enfermedad y prevenir las muertes en tantos países fue, y es, concreta y efectiva. Ahora los pueblos y naciones del Tercer Mundo deben correr a asistir a ese faro de la liberación nacional y social que desde hace más de medio siglo inspira e ilumina las más nobles luchas de nuestros pueblos. Y deben hacerlo con una solidaridad militante, traducible en ayuda económica efectiva. Las declaraciones serán bienvenidas, pero insuficientes.
En segundo lugar, hay una obligación moral de ayudar a Cuba porque, pensemos: ¿qué hubiera sido de nuestros países si su revolución no hubiese resistido a pie firme, sin arriar sus banderas, a las presiones del imperialismo y la derecha mundial una vez producida la implosión de la Unión Soviética? Con una Cuba de rodillas, vencida e inerme ante la restauración del saqueo neocolonial al que había sido sometida desde 1898; con sus sueños y utopías humanistas vapuleados por el retorno triunfal de las mafias capitalistas como las que, por ese entonces, estaban asolando a la difunta Unión Soviética; con la revolución y la creación de una sociedad solidaria anatemizadas como irresponsables ensoñaciones de falsos mesías que inexorablemente culminan en una infernal pesadilla, ¿habría sido posible el trascendental cambio ideológico-político materializado en el ascenso y consolidación en el poder de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, para no mencionar sino los casos más significativos? Más aún, sin el estímulo emanado de la heroica resistencia de Cuba, de su “mal ejemplo” evidenciado en tasas de mortalidad infantil menores que las de Estados Unidos a pesar del bloqueo y las agresiones, ¿habría sido posible el auge de la muy moderada centroizquierda en países como Argentina, Brasil y Uruguay a comienzos del nuevo siglo? ¡De ninguna manera! Si estos avances fueron posibles fue, amén de las causales propias de cada caso, porque Cuba resistió. Si hubiese capitulado y sido convertida en un protectorado estadounidense el tsunami derechista hubiera arrasado esta parte del mundo. Gracias a Cuba nuestros pueblos evitaron tamaña catástrofe.
Por eso, aparte de anular las deudas existentes con los países de la región, los acreedores tanto como quienes no lo son deberían crear sin dilación un fondo especial de solidaridad con la revolución cubana. Estados Unidos lo hizo para salvar a los europeos de la debacle después de la Segunda Guerra Mundial, y su éxito fue extraordinario. El Plan Marshall satisfizo plenamente las expectativas que había despertado y las economías europeas se recuperaron rápidamente. Cuba, castigada con dos planes Marshall en contra –tal es, hasta ahora, el costo del bloqueo estadounidense sobre la frágil economía cubana- merece con creces un gesto similar de sus hermanos latinoamericanos. Estos cuentan con enormes reservas en sus bancos centrales. En 2007 el presidente ecuatoriano Rafael Correa calculó las reservas existentes en la región rondarían en torno a unos 200.000 millones de dólares, y esa cifra no ha dejado de crecer en los años posteriores. Una estadística suministrada por el FMI indica que a finales del 2009 las reservas internacionales de la Argentina ascendían a 49.599 millones de dólares, 238.520 millones en Brasil, 90.837 en México, 26.115 en Chile, 24.991 en Colombia, 32.803 en Perú y 35.830 en Venezuela. Sin duda alguna, con los aumentos registrados en 2010, las reservas combinadas de estos países -más otros, como Bolivia, Ecuador y Uruguay no contemplados en la estadística- superarían holgadamente los 500.000 millones de dólares. De ahí la enorme importancia de poner en marcha cuanto antes el Banco del Sur, todavía trabado por pretextos burocráticos y por la miopía política de que hacen gala algunos gobiernos. Afectando apenas el 2 por ciento de tan fabulosas reservas se podría crear, sin mayor esfuerzo, un fondo especial de 10.000 millones de dólares destinado a financiar el complejo proceso de reformas económicas socialistas que Cuba debe llevar a cabo impostergablemente en los próximos meses. Sería un gesto de merecida reciprocidad ante la probada solidaridad cubana con nuestros países a lo largo de cinco décadas; y también un acto de calculado altruismo para lo cual sólo hace falta voluntad política, porque el dinero ya está. ¿O es que algún gobernante de la región puede ser tan ingenuo como para no darse cuenta que, si la Revolución Cubana fuese derrotada, el imperio se abalanzaría con todas sus fuerzas sobre nuestros países, sin distinción de pelajes ideológicos, para recolonizar a sangre y fuego al continente y restaurar el orden que Fidel y el Movimiento 26 de Julio vinieron a impugnar el 1 de enero de 1959?
Atilio A. Boron
Medio siglo de solidaridad
Palabras en el Acto por el 50 Aniversario del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, La Habana, Diciembre 28, 2010
Compañeras y compañeros:
Cuando el 30 de diciembre de 1960 el Gobierno Revolucionario creó el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, sobre Cuba se ceñía la amenaza inminente de la agresión militar. Entonces millones de cubanas y cubanos estaban vigilantes, preparándose para el ataque que podía ocurrir en cualquier momento.
Culminaban dos años de creación infatigable, habíamos sido capaces de desmantelar las estructuras podridas del viejo régimen, librábamos una pelea ardorosa contra la explotación, la ignorancia y los vicios del pasado, habíamos eliminado completamente el desempleo, eran nuestras las fábricas y los servicios públicos, avanzaba la Reforma Agraria y la Campaña de Alfabetización, vivíamos con la alegría de la libertad conquistada tras grandes sacrificios y nos empeñábamos por hacer reinar la justicia en nuestra tierra finalmente emancipada.
Eran días luminosos pero también llenos de peligros. Desde el Primero de enero de 1959, el Imperio que siempre trata a Cuba como si la Isla fuera suya, desató contra nuestro pueblo la guerra económica, presionó a otros países para tratar de aislarnos totalmente, dio cobijo a los torturadores y asesinos batistianos y a sus secuaces y los organizó, armó, entrenó y dirigió para invadir el país y obligarnos a regresar a la ignominia y la miseria. Enfrentábamos a un Imperio que entonces estaba en el cenit de su poderío, dominaba completamente el Hemisferio Occidental e imponía su hegemonía en todo el planeta.
Comenzaba el verdadero descubrimiento de la isla de Cuba. Nuestra heroica resistencia asombraba al mundo. Su Revolución se convirtió en “una permanente incitación a la noble curiosidad humana desde todos los rincones de la tierra y muy especialmente en América Latina” como expresó la Ley 901 fundadora del ICAP a iniciativa de Fidel Castro.
Han sido cincuenta años de incesante faena. Vaya nuestro reconocimiento a todas y todos los trabajadores de esta institución por su contribución, muchas veces anónima, a la solidaridad y la amistad entre el pueblo cubano y los otros pueblos. Los que iniciaron este noble trabajo y sus continuadores hasta hoy merecen nuestra gratitud.
Hagamos un homenaje especial, sobre todo, a quienes fuera de aquí, durante estos largos años, nos han ofrecido permanente apoyo. A los que fueron capaces de resistir la persecución y la hostilidad, a quienes no se doblegaron ante las presiones o las amenazas, a los que no sucumbieron ante las calumnias y el engaño, a quienes supieron confiar en Cuba y amarla.
Porque contra Cuba y su Revolución el Imperio no ha empleado solamente la fuerza militar, el terrorismo, los sabotajes y la más feroz y dilatada agresión económica, su bloqueo genocida que comenzó antes que naciera el ICAP, antes que naciera la mayor parte de la población cubana actual. Contra Cuba y su Revolución el Imperio ha empleado también y especialmente, la mentira y el ocultamiento de la verdad.
En ese terreno, el de la manipulación de la información y la falsificación de la realidad, el Imperio ha creado una maquinaria gigantesca a la que dedica incontables recursos de todo tipo.
Ya no es el automóvil el símbolo de la sociedad norteamericana. Hace ya mucho tiempo que fue relegado a un plano secundario por la industria del embuste, que a gran escala y masivamente adultera los hechos, pervierte las conciencias y promueve el embrutecimiento de los seres humanos. Sus instrumentos son las grandes corporaciones que dominan a los llamados medios de comunicación y son dueñas de las más poderosas empresas de cine, radio y televisión.
Mercantilizan la cultura y la reducen a entretenimiento banal; esconden o justifican los peores crímenes; distorsionan los sucesos y mienten; fomentan el egoísmo y la codicia, el materialismo y la vulgaridad; despojan al ser humano de sus ideales, de su capacidad para pensar y amar. Llevan a cabo una implacable ofensiva antihumanista de la que el pueblo norteamericano es la primera y principal víctima.
Estados Unidos es, desde su origen, un país imperialista y racista como lo recuerda Noam Chomsky en un texto reciente. Su poderío se concentra hoy, sin embargo, en una descomunal, aberrante, industria bélica capaz de destruir al planeta muchas veces y en su arsenal propagandístico que le permite adormecer y embaucar.
Pero el pueblo norteamericano no es imperialista ni racista. Es un pueblo que necesita vivir en paz con los demás y que tiene el derecho a construir dentro de sus fronteras una sociedad justa y verdaderamente libre, algo que no podrá lograr mientras no se libere del control que sobre él ejerce una plutocracia ignorante y perversa.
Con ese poder los imperialistas han podido practicar contra el pueblo cubano el genocidio más prolongado de la historia, por eso pueden seguir amparando en su propio territorio a los peores asesinos – como el que acaba de publicar en Miami un libro infame en el que se ufana de sus fechorías -, por eso mantienen en injusta y cruel prisión a Cinco jóvenes que sacrificaron sus vidas por salvar a su pueblo y al mundo del terrorismo que Washington tolera impunemente.
Ahora, cuando se acerca el día en que Estados Unidos debe responder a la petición de habeas corpus a favor de Gerardo Hernández Nordelo, su último recurso legal, algunos medios norteamericanos lo calumnian miserable y cobardemente y tratan de engañar y desviar la atención para confundir al movimiento solidario. Independientemente del derecho irrenunciable de Cuba a defender su soberanía, en el juicio seguido contra Gerardo y sus compañeros en Miami no fue presentada evidencia alguna que lo vinculase con el lamentable incidente del 24 de febrero de 1996. En esta hora decisiva quieren hacernos olvidar que en mayo de 2001 en una dramática y urgente demanda ante la Corte de Apelaciones la propia Fiscalía reconoció que carecía totalmente de pruebas y solicitó modificar la acusación originalmente presentada contra nuestro compañero. Pese a ello fue sentenciado con brutal desmesura por un supuesto crimen que no existió y con el cual, en cualquier caso, Gerardo no tenía absolutamente nada que ver. Es imposible encontrar ejemplo parecido de injusticia.
Exhortemos al movimiento de solidaridad y a toda la gente honesta a levantar sus voces en defensa de Gerardo. El Gobierno de Estados Unidos sabe que él es inocente y que nunca hubo pruebas para acusarlo. Hay que exigirle que lo ponga en libertad ya. A él y a Ramón, Antonio, Fernando y René, cinco Héroes de la República de Cuba. El Presidente Obama puede y debe liberarlos ahora mismo, sin condiciones, inmediatamente. A todos y cada uno de ellos, a los Cinco, sin excepción.
Que exigirlo sin descanso sea nuestra promesa de Año Nuevo. Que el mundo entero se lo pida al Presidente Obama. El sabe que sí se puede y que él debe hacerlo.
Compañeras y compañeros:
La solidaridad es el baluarte y la savia de la Revolución. Lo ha sido siempre para nosotros desde 1868 cuando, en nuestro Octubre glorioso, iniciamos una brega inseparable por la independencia nacional y por la abolición de la esclavitud, la servidumbre y la discriminación de los seres humanos.
Desde la Guerra Grande hijos de otras tierras vinieron a pelear con nosotros por nuestra libertad. El Partido de José Martí fue un partido internacionalista creado también para alcanzar la independencia de Puerto Rico y la unidad de Nuestra América. Fueron muchos los compatriotas nuestros que marcharon desde aquí y desde la emigración a dar sus vidas por la República española.
En el último medio siglo ha sido amplia y generosa la solidaridad que Cuba ha recibido y también lo ha sido la que ha entregado nuestro pueblo. ¿Cómo olvidar, un día como hoy, a los hermanos que fueron a combatir hasta el último aliento a otras tierras? ¿Cómo olvidar al Che y a los muchos que supieron ser como él?
Saludemos también a las decenas de miles de colaboradores que han ido a los más apartados rincones a ayudar a otros, a llevarles salud y educación, reproduciendo un espíritu internacionalista y solidario del que nació la Patria y que siempre vivirá con ella.
El mundo ha sido solidario con Cuba porque Cuba ha significado mucho para el mundo. Porque su revolución fue un ejemplo que inspiró a otros a perseverar en el combate hasta conquistar la verdadera independencia y la justicia, esas que iluminan ya con su Alba el futuro americano.
Las cubanas y los cubanos nos empeñamos ahora en un amplio ejercicio democrático para discutir y acordar, con todas y todos, sin excluir a nadie, las acciones que debemos emprender para corregir errores, eliminar defectos e introducir los cambios que sean necesarios para que nuestro proyecto sea más eficiente, racional y justo. Lo hacemos en un país que sigue siendo víctima del bloqueo, el acoso y la agresión de quien es aún la más fuerte potencia económica y que no se cansa de alquilar mercenarios dispuestos a traicionar a la Patria, mequetrefes en los que no cree ni quien les paga la mesada como confirman sus propios informes confidenciales revelados por Wikileaks.
Algo bien diferente es el pueblo de Cuba. Un pueblo, que nadie lo olvide nunca, que se forjó, precisamente, en la lucha contra dos Imperios y sus adocenados servidores criollos y se fraguó en una batalla muy larga en la que siempre tuvo como metas la independencia absoluta y la justicia plena para crear una sociedad que tendría como fundamento la solidaridad entre los cubanos.
Entre todos cambiaremos todo lo que debe ser cambiado. Juntos haremos lo que sea necesario, y lo haremos por nosotros mismos, sin copiar a nadie, sin hacer concesión alguna a quienes nos odian y desprecian y seremos capaces de hacer realidad un socialismo mejor, nuestro, cubano.
Cumpliremos así también nuestro deber hacia quienes en cualquier lugar luchan por un mundo mejor.
El movimiento internacional de solidaridad con esta Isla nació hace medio siglo cuando enfrentábamos un desafío que parecía insuperable. Fuimos capaces de vencer y llegar hasta aquí.
Son grandes los retos que tenemos por delante. Sabremos superarlos. Seremos fieles a nuestros mártires, seremos leales a quienes en todo el mundo nos han acompañado en esta larga, dura y hermosa pelea.
Cuba prevalecerá. Nuestro socialismo triunfará. Seremos capaces de continuar luchando, todos unidos, Hasta la Victoria Siempre.
Ricardo Alarcón de Quesada
Gustavo Espinoza: somos un granito de arena en la playa de la solidaridad mundial para los Cinco Cubanos
”La nueva generación siente y sabe que el progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el bienestar de la masa peruana, que en sus cuatros quintas partes es indigena y campesina”
José Carlos Mariátegui
Cuando me encuentro con el compañeros Gustavo Espinoza, en realidad lo conozco desde hace años, por sus artículos del colectivo revolucionario “Nuestra Bandera” y por una gran aspiración, noble y ambiciosa, que tenemos en común: ver finalmente libre los Cinco Cubanos, prisioneros políticos del imperio.
Quien siempre me envió sus artículos y también los boletines de noticias de interés para la liberación de nuestros Cinco hermanos fue Teresa Villasante, de Perú tambien, que es otra luchadora fuerte, que milita conmigo en el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco aquí en La Habana y era, como yo, una inseparable “camarada” de la inolvidable y añorada Celia Hart Santamaría.
Gustavo, que es presidente del Comité Peruano de Solidaridad con los Cinco y director de la Casa Museo José Carlos Mariátegui, tiene en su ADN la rebelión social, ya que su madre, Adela Montesinos, es reconocida como la primera mujer feminista de Arequipa, y que a pesar de su estado social, siempre luchó para evitar la marginación de las mujeres solteras y para el establecimiento de una familia horizontal, donde ambos cónyuges tienen igualdad de oportunidades de empleo y de realización profesional.
De ella, casi con toda seguridad, Gustavo capturó esta sensación de no ser capaz de aceptar la injusticia, y por eso con los compañeros de las Casas de Amistad Perú-Cuba, pone todas sus fuerzas para luchar por la liberación de René, Tony, Gerardo, Fernando y Ramón, desde el comienzo de la campaña por la liberación de los héroes.
Este año, el Comité Peruano, entre otras actividades, se puso en contacto con el Comité Internacional para la Libertad de los Cinco aquí en La Habana y con las organizaciones de los Estados Unidos, dirigidas por Alicia Jrapko y Gloria La Riva ; se manifestó frente a la Embajada de EE.UU. y ante la residencia del embajador yankee; en varias ocasiones, hizo oír su voz cuando los portavoces del Imperio se presentaron en el Perú (Arturo Valenzuela y Hillary Clinton), durante la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde a todos los actuales cancilleres se les dio una carta denunciando todos los abusos del caso; se entrevistó con el director de Amnistía Internacional, Salil Shetty, para que considerara seriamente el caso (esto sucedió hace unos pocos meses).
Pero el hecho, para mí, más emocionante, es la subida a dos montañas del Perú (en apoyo a la acción llevada a cabo por tres argentinos a principios de este año) para colocar una bandera por la libertad de los Cinco de parte de los jóvenes del Comité Peruano: es siempre fascinante ver que la vanguardia de un movimiento es fuerte y decidida porque, como dijo José Martí, “esta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos”.
A Cuba, esta vez Gustavo llegó para participar en el VI Foro Internacional “Por la libertad de los Cinco y contra el terrorismo”, en Holguín, para crear un intercambio de experiencias con más de 300 miembros de 50 diferentes países y mostrar los testimonios del compromiso del grupo peruano.
Además de la solidaridad con Cuba, otro tema que me interesaría proponerle a Gustavo, es el de las próximas elecciones en el Perú: el panorama es frenético y con pocas esperanzas de victoria para la izquierda.
”Desde que se firmó el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el aspecto de América Latina comenzó a cambiar de color, el imperio trató de evitar, utilizando todas las formas posibles, desde fuerzas ocultas y anti-democráticas, que siguiera creciendo la asociación, hasta la violencia más despiadada, con el golpe de estado trágico del 28 de junio de 2009 contra Honduras, un país que pertenecía al grupo y que, por desgracia, continúa hoy día pagando un precio muy alto, con víctimas inocentes, por su decisión de ser libre. En Chile, los yankees lograron emplantar el fascismo otra vez. Pero, afortunadamente, en Uruguay y en Brasil, sin embargo, ganó la voluntad del pueblo”.
“En el Perú, este año, el movimiento popular ganó el ayuntamiento y la región de Lima, gracias a la líder Susana Villarán (Fuerzas Sociales), que no es revolucionaria ni internacionalista, es solo progresista. No concurre a la presidencia, su partido tenía fuerza aliada en la Alianza Social , que presentaba Manuel Rodríguez Cuadros, apoyado por: Tierra y Libertad, del padre Mario Arana, el Partido Fonavista del Perú, de Raúl Canelo y el Movimiento Nueva Izquierda (MNI-Patria Roja). Esa alianza se quebró por la actitud francamente divisionista de la alcaldesa electa, Susana Villarán y el Partido Fonavista, que ha decidido marchar por su cuenta con una candidatura presidencial propia (el Dr. José Antonio Ñique de la Puente), tiene muy escasas posibilidades electorales”.
Gustavo me dice que en la izquierda hay tres segmentos básicos: el partido Fuerzas Sociales, el Partido Nacionalista y los movimientos sociales (Tierra y Libertad, del Padre Marco Arana y el movimiento de Alberto Pizzango); los tres deben entender el poder de la derecha y asimilar que sin la unidad no hay victoria.
De Marco Arana, hoy en dia se quedó marginado, al igual que el MNI al quebrarse su alianza con Fuerza Social y aún no ha definido su perspectiva.
Algo parecido ocurre con Alberto Pizango, que buscó obsesivamente ser candidato presidencial y aún no logra su propòsito (aún tiene tiempo hasta el 10 de enero).
El Partido Nacionalista (que recientemente se unió a Gana el Perú, una coalición formada por el Partido Comunista Peruano, Partido Socialista, Partido Socialista Revolucionario, Movimiento Politico de Voz Socialista, y un importante por ciento de Lima para Todos) tiene como candidato a Ollanta Humala: por desgracia, su imagen ha sido víctima de un ataque conbstante que lo colocó a la defensiva y lo hizo perder aceptación en un momento. Hoy, está en vías de recuperación.
“El 11 de diciembre (fecha límite para registrar alianzas políticas) desde hace mucho tiempo soñaba con el milagro, para ver toda la izquierda unida en un solo candidato: la triste realidad ha declarado una vez más que el camino es todavía largo y tortuoso, que en Perú la izquierda aún no está lista para seguir un camino juntos. Un leve destello de esperanza nos acompaña hasta el límite de la presentación de los candidatos presidenciales el 10 de enero de 2011” .
”Afortunadamente, la derecha está dividida también en 6 o 7 candidatos, todos con un lado oscuro que ocultar; los más famosos son: Luis Castañeda, quien ha tenido una manipulación muy clara de la Municipalidad de Lima; Alejandro Toledo, que combatió la dictadura de Fujimori, pero sigue siendo un siervo siniestro de los Estados Unidos; Keiko Fujimori, quien es la mafia, el robo, los asesinatos, representa el mayor peligro de la derecha; el APRA, presenta a Mercedes Aráoz como candidata, no es del partido, pero trabajó en estrecha colaboración con Alan García: este último se cree que él es Lula de Brasil y Mercedes es Dilma.
Con este marco, no hay un líder que pueda ganar en la primera ronda, entonces vamos a esperar para ver por quién la gente votará al final, en la segunda ronda: podría unirse por un solo líder de la izquierda ante la desesperación. Es triste observar que el mensaje final es la ausencia de un gran líder en este momento en los partidos progresistas del Perù”, concluje Gustavo.
Ida Garberi, responsable de la página web en italiano de Prensa Latina.
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