miércoles, enero 05, 2011

Bolivia 2011: Evo Morales, hacia la liberación o la claudicación


Es demasiado temprano para pensar en hacer un balance definitivo del primer año del segundo mandato presidencial del compañero Evo Morales a la cabeza del gobierno boliviano, espacio que comenzó oficialmente el 2 de enero del 2010 y debe cumplirse hasta el 22 de enero del año 2015.
Este segundo periodo lo inicia en mejores condiciones que el anterior, pues algo muy significativo y determinante para un excelente mandato, fue la abrumadora mayoría que le permitió hacerse con el dos tercios de la votación nacional, para así obtener una mayoría calificada en la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, compuesta por la cámara de senadores y diputados, es decir como podrimos llamarlo en criollo “las tiene todas”.
Las condiciones maravillosas con el apoyo mayoritario en las urnas en este nuevo periodo, y la experiencia y aprendizaje acumulada de los cuatro años de su primer gobierno, donde tuvo que sortear una serie de conflictos generados y azuzados por la derecha en obediencia a sus amos del norte, al implementar una serie de medidas económicas y políticas que significó un toque de alarma tanto para los vende patria locales, como a los EE.UU.de que aquí les esperaba un gobierno que avanzaba a paso de vencedores hacia la liberación nacional, y sobre todo con el beneplácito del pueblo, quien le demostró una vez más su apoyo a las medidas y a todas las políticas liberadoras implementadas en el primer periodo.
Con una votación que le permite hoy en día gozar de una cómoda mayoría, Evo Morales puede así, repetir los mismos planteamientos y consignas de su primer periodo, como también darse el tiempo de intentar “salvar a la madre tierra”, encabezando en solitario toda una campaña mundial al respecto.
Sin embargo no han dejado de ser pocos los problemas y dificultades plurinacionales, con motivo de la implementación del nuevo estado “plurinacional y autonómico”, primero por la falta de respuestas inmediatas de parte del gobierno ante pedidos y reclamos de los sectores, y de regiones, así como también del trabajo permanente que continúan haciendo sectores de la derecha con el apoyo y asesoramiento permanente de la embajada norteamericana y sus organismo de acción directa, utilizando a sus“agentes durmientes” que se presume desde siempre, tienen incrustados en dependencias y empresa del estado y organizaciones político sindicales, agentes que despiertan cuando se los necesita, para ponerlos a disposición de sus intereses.
Esa comodidad para gobernar le ha permitido aprobar y promulgar leyes obedeciendo el mandato de la nueva Constitución Política del Estado, para lo que no ha tenido mayores contratiempos en su aprobación en ambas cámaras y su respectiva promulgación.
Leyes importantes y fundamentales, comolas leyes Anticorrupción Marcelo Quiroga,de Autonomías y descentralización, Ley Orgánica del Régimen Electoral, del Tribunal Constitucional y del Órgano Judicial, así como las leyes de Pensiones, ley contra la discriminación y el racismo y la ley de Educación Avelino Siñani y Elizardo Pérez, entre otras.
Leyes que sólo la práctica determinará si verdaderamente en ellas está contemplada la hegemonía de clase como mandato popular, o al contrario no hubo la capacidad para hacerlas e implementarlas, o conscientemente hay una corriente mayoritaria en las cúpulas, que busca hacer leyes para gobernar a favor de dios y del diablo al mismo tiempo. Lo que en un buen castellano y traducido a cualquier idioma o dialecto, quiere decir: Conciliación de clases, algo que aún está por verse.
En esta recta de un nuevo periodo de un segundo año de gobierno, hay un complemento en nuestras inquietudes. El paneton navideño que entregó el gobierno al pueblo boliviano el 26 de diciembre, dictando el decreto de subida de los carburantes, (llamada nivelación de precios) medida típicamente neoliberal por donde se le mire, gestadas y recomendadas por la facción fondo monetarista del gobierno, a la cabeza del Ministerio de Finanzas y que se la quiso adornar con una serie de medidas que supuestamente aliviarían el peso de este impuesto indirecto. Está por demás sostener que el mayor peso lo soportarían los asalariados y los sectores de bajos ingresos. Este tipo de medidas son frecuentes dentro del sistema capitalista en que nos movemos, esta es la verdadera realidad, los discursos son otra cosa, cuando el Presidente hacía gala al sostener que otros gobiernos neoliberales para solucionar problemas económicos del estado, y “sincerar la economía” recurrían al gasolinazo o al impuestazo”, no hay que escupir para arriba compañero Presidente.
Sólo la lucha de los sectores afectados, con el mensaje de que hay que tener mucho cuidado, “con el despotismo democrático” logró la abrogación de esta medida neoliberal. Creo que al igual que mandar obedeciendo al pueblo, es consultar con los trabajadores y campesinos las medidas a tomar por el gobierno, eso es gobernar con y para el pueblo. La intentona quedará latente si no se amonesta a los responsables de está metida de pata inoportuna y antipopular, de lo contrario alentara a nuevas intentonas desde el ala neoliberal, eso es lo peor que tiene la impunidad.
Resultará pesado y provocativo repetir lo mismo de los años anteriores, de que gracias a la “nacionalización” de los recursos energéticos, las reservas en el Banco Central han llegado a más de 9.000 millones de dólares. Repetir permanentemente esto cuando el poder adquisitivo en la práctica disminuye en los sectores laborales y del pueblo, (pese a lo que sostienen las burocracias del sector financiero), es como “contar dinero delante de pobres”.
Estrujarnos en la cara a todas las personas de la tercera edad de que gracias a Evo y las “nacionalizaciones”, tenemos la “renta dignidad”, que consiste en 200 bolivianos (aproximadamente 28 dólares mensuales), así como el recuerdo permanente del bono “Juancito Pinto” a los estudiantes del ciclo primario, consistente en 200 bolivianos anuales por estudiante, es repetitivo. Ambos bonos muy importantes, pero que no pueden ser parte de ninguna campaña propagandística, porque todo lo que beneficie al pueblo es un derecho y no una concesión graciosa.
Sería muy interesante que siguiendo la línea del recuerdo permanente, el gobierno desarrolle una campaña educativa antiimperialista y anticapitalista y de concientización al pueblo, dando a conocer permanentemente, las utilidades constantes y sonantes de las empresas transnacionales que explotan nuestros hidrocarburos y minerales, también popularizar las ganancias trimestrales de la banca, en el manejo de dineros del estado y del pueblo. Eso es bien didáctico y de mucha utilidad, para saber los montos de las utilidades que beneficia a pocas personas y dueños de bancos y de estas empresas, que de seguro son cantidades más altas que las que el estado eroga como bonos a cientos de miles de personas de la tercera edad y estudiantes.
Resaltar todas las obras y beneficios que el gobierno, hace y otorga en beneficio de las mayorías, es una excelente forma de rendir cuentas al pueblo, pero mejor cuenta seria escuchar a ese pueblo organizado, sobre las medidas a implementarse que necesariamente deben beneficiar a esas mayorías que eligieron a este gobierno.
Ya no es el tiempo de improvisaciones políticas y discursivas ni de anécdotas personales, ya paso el tiempo del aprendizaje y el discurso tratando de victimizarse. En lo adelante, hay que asumir a plenitud las altas responsabilidades, gobernando a beneficio pleno de quienes los eligieron y no cometer los errores de gobiernos que pretendiendo gobernar “para todos”, tratando de ubicarse por encima de las clases. Eso es un desconocimiento garrafal al tratar de ignorar que existen las clases y más si se trata de un proceso, según decimos, liberador. Esta lucha cada día se va acentuando más y más, hasta que las contradicciones se inclinen a favor a alguna de ella, es decir entre explotados y explotadores.
Creer que entre explotados y explotadores, se puede ir de la mano hacia mejores días para las mayorías en una nueva sociedad de iguales, es una aberración política, que no debería ni considerar momentáneamente alguien que pretenda buscar la igualdad de una sociedad, que no sea la capitalista, a no ser que sea un fraude político.
Habrá que seguir apostando, que en este nuevo año las ideas y el impulso del c. Presidente aún dan para más y haya la hidalguía de rectificar políticas conciliadoras con la derecha, y gobernar con originarios sí, pero expertos y comprometidos con el proceso de liberación nacional. La agenda para este gobierno no necesita de mayores rodeos, hay que recuperar urgente todo lo acumulado de las luchas del pueblo boliviano y la más reciente muestra de buscar otros destinos para Bolivia, cuando el pueblo Alteño en la guerra del gas el 2003, con su sangre firmó la agenda de octubre, cuando gritó que hay “que vivir de pie y no de rodillas”. Y eso implica una orden de lucha, para que este proceso vaya en la dirección correcta y no pretendiendo ser anticapitalista de boca y un simple reformista en los hechos.
Por lo hecho de este gobierno, con sus aciertos y desaciertos, la derecha criolla está satisfecha (junto a sus patrones del norte que siempre “estarán atentos a los acontecimientos”)y poco a poco se están sumando y apoyando las medidas del gobierno, no porque es revolucionaria o que quiere el bien del país y de sus mayorías, sino por conveniencia de intereses. Por ejemplo, escuchamos aterrados a los propios empresarios cavernarios de Santa Cruz decir cosas como “ahora todos somos y debemos ser del MAS”, o “hay que apoyar al indio nomás”.
No hay que ser politólogo, para advertir que cuando en un proceso como el nuestro u otro, la derecha y sus mandantes están tranquilos y cuasi satisfechos, es que alguien en este caso las mayorías, los trabajadores y los campesinos y el pueblo, están sufriendo o sufrirán las consecuencias de la bonanza de la derecha. Aquí no hay donde perderse, eso es lo que hay que evitar a toda costa, sólo cuando la derecha chilla y se rasga las vestiduras y el imperio ataca, es cuando los pueblos están avanzando y para allá tenemos que ir, insistiendo con nuestras luchas y con nuestras vidas, si fuera necesario.

José Justiniano Lijerón

Es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

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