domingo, febrero 13, 2011

¿Ya se invirtió la pirámide egipcia?


Hoy la base estaba arriba y la punta abajo. Pareciera que el pueblo, base de la sociedad, obtuvo una victoria y derrocó al títere imperial, las calles se llenan con la euforia de una justa victoria, el peso del pueblo se encaramó encima de la punta del canalla que regia los destinos, la piramide esta bocarriba, pero hay que hacerse la pregunta de rigor: ¿Quién quedó en el poder?
Recuerdo aquella historia paralela en Honduras cuando todo el destino se dirigía en secreto desde la base militar gringa de Sotocano. Los militares son quienes más tarde o temprano hablarán en nombre de la libertad, el ejército egipcio es el ejército que mantuvo a Mubarak 30 años en el dominio de Egipto para favorecer las políticas sionistas e imperiales, ¿es de fiar que hayan cambiado por sortilegio y sean ciertamente ahora defensores del pueblo que tumbó en las calles, con su furia, al ladrón que gobernaba entregado a los designios del pentágono? No. ¡La respuesta es no! Ahora debe comenzar la lucha. Se alcanzó una victoria importante y realmente la pirámide social pareciera invertir las matemáticas de la dominación, hay que mantener ahora ese poder popular y enfrentar un tiempo donde desde el silencio Obama y la cúpula sionista, maniobrará en nombre de la democracia y la libertad para colocar un nuevo títere.
Estados Unidos y el sionismo no está dispuesto a permitir la unificación del pueblo árabe, otro Irán destruiría su dominio sobre la riqueza petrolera y desestabilizaría su poder sobre todo el medio oriente, sus más notables cerebros estarán sobre los mapas diseñando lo que veremos suceder en los próximos días. Igualmente las fuerzas del pueblo movilizadas por su .gran victoria tienen la oportunidad abierta de cambiar el destino de la historia. No es poca cosa lo que está en juego y las fuerzas de transformación del planeta entero deben cumplir con la obligación de no dejarnos vencer por las demoras, por las máscaras, por el teatro con el que se pretenderá reimponer el control del poder.
No es un simple juego de guerra, tampoco un cambio de marioneta. Es la fuerza incontenible de los tiempos de revolución que soplan en todo nuestro planeta. La crisis expresada en el poder de los explotados, la voz del humilde hecha fuerza incontenible que con la movilización pacífica destroza estructuras de poder impensables de derrumbar.
Los pueblos del mundo debemos continuar alertas y en acción, esta fuerza de la paz convertida en arma, de la multitud expresando la ira de la sumisión continuada no es otra cosa que la explosión de la olla de presión que marca la hora de cambios más poderosos en la relación de poderes a nivel mundial. Es la hora de avanzar en multitud, de hablarnos, de tomar el máximo de conciencia sobre lo que somos capaces de lograr cuando nos une un sentimiento de revolución.
Es simplemente el final del imperio capitalista y el florecer del nuevo orden socialista, es el comienzo de la mutación social general, de la especie en su propio contexto universal que debemos asumir para abrir la única puerta que nos garantizará la vida.
70.000 Millones de dólares es parte del botín de Mubarak, agreguemos el valor de las cosas que ahora nos importan más que el dinero, el valor de lo robado en la explotación del pueblo, del valor de las vidas sesgadas, el valor de la miseria impuesta, de la ignorancia como bozal de dominio, el valor de lo que su imperio lacayo le robó en felicidad a tantas y tantos. Millones de billetes que no le permitieron comprar la sublevación de todas y todos los que en este planeta hemos convocado la insurrección y el castigo, el final y el comienzo de un nuevo camino. La victoria.
Comienza la lucha luego de caída la masa inerte de la figura de poder. La pirámide tambalea sobre las arenas de nuestros sueños de un nuevo mundo, hay que continuar el avance, la lucha, la protesta, no son los militares quienes deben ostentar el poder, es el pueblo egipcio, el pueblo árabe. Los pobres y explotados por un capitalismo que fenece.
Adelante a vencer que ha caído la puerta que impedía el avance. La calle es el campo de batalla, en cualquier parte en donde se explote a un ser humano, en cualquier lugar donde el imperio pretenda eternizarse, allí debe llegar este fuego de cambios que alumbra la estepa con fulgores de esperanza.

¡Venceremos!!

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