Se suele decir que un optimista es un pesimista mal informado, pero también podía ser al revés. En las últimas décadas se nos ha querido convencer que la historia estaba “detenida”, de hecho todavía hay mucha gente que lo sigue creyendo, por ejemplo, la burocracia sindical, y sin embargo, la historia no ha dejado de moverse. En apariencia, hasta hace dos días, los dictadores del mundo árabe no tenían nada que temer. Cualquiera que siguiera las informaciones sistemática, ni tan siquiera se sugería que en Túnez y Egipto existieran dictaduras. Ni los directivos del Premio Sajarov, ni la Academia sueca, tuvieron en cuenta que existía gente que lideraba una resistencia, personas con nombre y apellidos que habían conocido las mazmorras y las torturas, o que simplemente habían desaparecido. El "creador de opinión" Vargas Llosa, en su vibrante discurso contra las “dictaduras” al recibir el Nobel de literatura, ni pensó en Ben Ali y Mubarak, quizás porque pensó que siendo amigos de Estados Unidos, y modelos para el FMI, no podían ser “dictaduras” de ninguna manera…
Y sin embargo, descubro que en la revista de izquierdas vasca Hika, se cuestiona que Vargas Llosa sea de derechas. Claro que, en le edición del miércoles día, se decía en La Vanguardia de Barcelona que habían historiadores de “izquierdas” que se cuestionaban que Ronald Reagan fuese de derechas.
Menos mal que las masas insurrectas de Túnez y Egipto están poniendo las cosas en su sitio. Leo (Javier Valenzuela, Y van dos…¿quién será el próximo?, el país, 12-02-11), que la foto-fija de estas revoluciones no llevan a Teherán-1979 sino Berlín-1989, y me parece que a Javier n le funciona el reloj. En el Este se miraba hacia la foto-fija del capitalismo “con rostro humano”, el de la Suecia de Of Palme, con todo lo que habría que hablar, pero que relacionaba abundancia con libertad y conciencia, y esa foto ya está añeja. Ese capitalismo ya no existe, y las masas juveniles y trabajadoras del Magreb, que tampoco se parecen en mucho a las que seguían con fervor a Nasser, no solamente quieren libertad, quieren dignidad y derechos. Derechos sociales. Esas masas están más cerca de los estudiantes radicalizados de Londres y Roma entre otras cosas porque Ben Ali y Mubarak son tan creyentes en el Mercado como Bono Duran i Lleída.
Estos señores han visitado junto con Alex Sáez (PSOE) y Gustavo de Arístégui (PP), y si no me equivoco, fue este último el que declaró que no se podía admitir que Mubarak saliera con el rabo entre las piernas, pero ha salido. También le llegará el torno a Obiang uno de esos sátrapas sobre los que la señora Clinton o los editorialistas de “El País” nunca dirá una palabra de más, pero que no es en nada diferente a los que han caído. Nuestros demócratas nos han dado otra lechón retratándose con el dictador con el consentimiento de Trinidad Jiménez, que ha declarado hace poco que el tirano que reina y extorsiona Marruecos ya había llevado a cabo todas las reformas que precisaban los marroquíes. No sé si Mohamed VI es miembro de la Internacional ¿Socialista? Como lo ra Ben Ali, pero desde luego, si no lo es no será porque le falte algún requisito. Es posible interpretar estas declaraciones en clave de la impunidad, ya que si Trinidad Jiménez hubiera hecho la inversión millonaria de aquellas vacunas de4 las que no se ha vuelto a hablar, seguramente el tema ni tan siquiera habría salido en la prensa.
En esa prensa en la que no se dice apenas nada sobre lo que el Estado sionistas está perpetrando sobre los habitantes de Gaza, ni sobre la preocupación mostrada por sus mentores ante la incapacidad de Mubarak de actuar como Pinochet, y de limpiar el patio. De haberlo hecho, Mubarak habría encontrado la misma comprensión que con Pinochet demostró la señora Thatcher, aquella de la que dijo Vargas Llosa que lo que había hecho por la libertad no tenía nombre. No se habla del Estado sionista por más que haga, y no hace muchos días, la señora que ha ocupado el cargo de Saura en la Generalitat aparecía en TV3 pidiendo disculpas al “lobby” sionista catalán por el atropello perpetrado por su antecesor…al asistir a una manifestación contra el “Guernica” de Gaza, al tiempo que garantizaba que algo así no volvería a suceder, vamos que podían bombardear tranquilamente.
Repasando “El País” de hoy, me encuentro con tribunas gemelas dedicadas a Portu, una de Antonio Elorza -¿Espejismo vasco?-, y otra de Fernando Savater –De la “Mili” a doña Virtudes-, que se erigen en encarnación de los valores democráticos contra el “totalitarismo” etarra amalgamado con un proyecto sobre el que argumentan a favor de la desconfianza. El primero habla en nombre de la “cultura democrática”, y el segundo del “estado democrático”, dos estancias que habían colaborado e incluso elogiado los regímenes de Túnez y Egipto. Hablan de un “Estado de Derechos” situado por encima de cualquier sospecha. No hay nada que decir sobre la Transición, sobre el PP y la guerra de Irak, sobre “nuestra intervención humanitaria” en Afganistán, nada sobre una democracia en la que las mafias patronales pueden asaltar lo que les vengan en gana, despedir a cuantos trabajadores le vengan en gusto, y comprar cuantos políticos e intelectuales le vengan en gana porque el dinero no es ideología, y no se puede hablar de dictadura del Capital.
Sin embargo, detrás de Hitler estuvieron los Krupp, detrás de Franco Juan March, detrás de Pinochet la Trilateral, detrás de Mubarak y Ben Ali estuvo el FMI…Hubo un tiempo en que había que tragarse estos sapos, pero aunque todavía los Toxo y Méndez traguen camellos, la historia se está moviendo. Ellos pueden seguir apretando la tuerca, y los intelectuales “bonitos” pueden seguir mirando hacia las alfombras del poder, pero vuelve a estar claro que llega un momento en el que los nadie, los sin nombre, dicen hasta aquí, y es hasta aquí.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
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