Quien fuera destacado militante anarquista dejó una novela corta escrita como herencia; novela de tonos autobiográficos y hasta proféticos
No fue conocido Salvador Seguí, nacido a finales de los ochenta del siglo XIX en Tornabous, como escritor sino como militante implicado en las luchas obreras de las primeras décadas del siglo XX en Barcelona. Quien fuese uno de los líderes más sonados del anarcosindicalismo, fue asesinado en el barrio del Raval, en marzo de 1923, por unos pistoleros pagados por la patronal. No fue el único , las cifras cantan: en Barcelona entre 1914 y 1921 más de quinientos asesinatos fueron cometidos por los siniestros sicarios de la patronal, agrupados en el Sindicato Libre (debía ser por su libertad para matar sin rendir cuentas a nadie más que a quienes les pagaban; antecedente de <
Veinte días después de su asesinato se publicó esta novela corta(<
La novela recoge con tintes premonitorios la vida, y la muerte, de quien fuese secretario general de la CNT y que hubo de sufrir la deportación junto a Lluís Companys, y otros, en el castillo de La Mola en Mahón. Una vida de lucha y una escritura de lo mismo, que retrata aquellos tiempos de rebelión y represión; el responsable máximo de ésta, Severiano Martínez Anido, fue premiado por su brutalidad, y falta de escrúpulos, con el ministerio del palo bajo la dictadura de Primo de Rivera y más tarde ministro de Gobernación de Francisco Franco Bahamonde. Una escritura sin adornos, directa sencilla y que resulta de gran interés tanto por el tema tratado así como por el autor que lo narra desde el corazón de la revuelta: el noi del sucre, apodo debido a su gusto por los azucarillos.
Iñaki Urdanibia
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