lunes, junio 17, 2013

¿Primavera paulista?



La principal ciudad brasileña vive días de intensas protestas por el aumento del boleto de colectivos. La Policía Militar reprimió salvajemente las manifestaciones, sin embargo, los movimientos sociales prometen poner el doble en la calle el lunes.

Ocho pesos y treinta centavos. Ese es el costo del pasaje anunciado por el intendente Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores), el 2 de junio último. El aumento de 3 reales para 3,20 generó fuerte rechazo entre los habitantes de San Pablo, la capital brasileña con mayor costo de vida.
Cuatro días después, el Movimento Passe Livre (MPL) – un movimiento fundado en 2005 durante el Foro Social Mundial de Porto Alegre y que discute la cuestión del transporte público en el país y propone la gratuidad del mismo – salió a manifestarse, acompañado de otras organizaciones y partidos.
La Policía Militar (PM) de San Pablo, considerada una de las más violentas del mundo, respondió con su tradicional ferocidad e impunidad. La PM responde al gobierno del Estado, hoy en las manos de Geraldo Alckmin, un integrante del Opus Dei y del conservador partido PSDB, que gobernó el país en la década de 1990.
La movilización de alrededor de 2 mil personas fue reprimida con balas de goma, gas pimienta, bombas de gas lacrimógeno y las llamadas “bombas de efecto moral”. Decenas de militantes quedaron heridos y 15 fueron detenidos.
Una nueva manifestación fue realizada al día siguiente, 7 de junio, con alrededor de 5 mil participantes que cortaron una de las principales autopistas de la ciudad, la “Marginal Pinheiros”. La Policía respondió de nuevo con represión.
La tercera marcha, el 11 de junio, puso 10 mil personas en la calle, algo que la capital paulista no veía desde la visita de George W. Bush en marzo de 2007. Las redes sociales se llenaron de relatos, videos y fotos sobre la represión policial – que dejó decenas de heridos y 20 detenidos, algunos de ellos acusados de “formación de cuadrilla”. Pero ningun sentimiento de derrota. “El jueves va a ser más grande”, prometieron.
Mientras tanto, el intendente Fernando Haddad y el gobernador Geraldo Alckmin, en Paris para la Expo 2020, condenaron las manifestaciones, tildando a los manifestantes de vándalos, alborotadores, y ambos les culparon por la violencia. El ministro de Justicia Federal, José Eduardo Cardozo, llegó a ofrecer al estado de San Pablo el envío de la Fuerza Nacional.

El jueves fue más grande

De hecho, la movilización el 13 de junio fue más grande. Y también la represión que, curiosamente, se volvió también en contra de los periodistas que trabajaban en el lugarl de las manifestaciones, incluso de grandes medios. La periodista Giuliana Vallone, del diario más vendido en el país, Folha de S. Paulo, sufrió un disparo de bala de goma en el ojo mientras cubría el acto.
Vallone afirmó que un policía la amenazó por estar filmando la represión. Poco tiempo después, encontró de nuevo a un grupo de policías y uno de ellos le dio el tiro. Según informe médico, la salvaron de una ceguera los anteojos que utilizaba.
Los organizadores afirman que más de cien personas fueron heridas, muchas gravemente, y 235 personas fueron detenidas según la propia policía, en la noche de jueves. La mayoría de forma arbitraria, llegando al colmo de arrestar manifestantes que traían vinagre, usado en las manifestaciones para contener los efectos del gas lacrimógeno. Además de mucha bronca, el hecho también generó diversos chistes en las redes sociales. “V de Vinagre”, “Por la despenalización de la tenencia de vinagre”, decían algunas de las imágenes en Facebook.
Las redes sociales de nuevo se llenaron de relatos y videos sobre de la violencia policial, muchas hechas por los propios manifestantes. Gracias a las redes sociales, las informaciones se difundieron rápida y ampliamente, generando fuerte rechazo por parte de la población. Uno de los textos más compartidos fue de una joven que denunciaba un abuso por parte de la policía:
“En el desespero y ineficacia de la corrida, me agarraron por el cuello de la remera del MPL que me regaló una amiga militante – y que tuve orgullo de usar. No me acuerdo si hubo abuso en la cacheo. Pero no encontraron nada. Entonces lo que escuché fue ‘sacate la remera, puta’. Yo hubiera empezado a llorar si ya no lo estuviera haciendo por la respuesta fisiológica al gas lacrimógeno. Dije no. Me dio una cachetada que me hizo atragantar con el sollozo del llanto que no salía. Me agarró por el pelo y bien cerca, en mi oído, escuché: ‘sacatela que la voy a llevar de recuerdo’. Dije que no una vez más, ahora pidiendo por favor, y la respuesta fue un tirón por el cuello de la remera hasta romperla y me quedé allá, en corpiño, delante de tres (¿o más?) policías que pasaron mi remera por las manos diciendo que querían encontrar olor a vinagre [y decían] ‘que rico este perfume, puta'”.
Lo que empezó como una manifestación contra el aumento del boleto, amplió su bandera, rechazando también a la violencia policial y la total impunidad con la cual actúan.

El lunes va a ser más grande

La indignación generó la convocatoria para una nueva manifestación, el lunes 17 de junio. Los organizadores esperan superar la cantidad de manifestantes.
El gobierno federal y municipal – ambos del PT – se vieron obligados a cambiar su discurso y condenaron la violencia policial de la cuarta marcha, aunque hasta la tercera marcha, la hayan justificado. El gobierno estadual anunció que no mandará la Tropa de Choque, una violenta división de la policía militar usada en manifestaciones y desalojos.
El secretario de Seguridad Pública convocó a integrantes del Movimento Passe Livre a una reunión antes de la realización de la movilización.
También el intendente resolvió invitar al MPL para una reunión el martes a la mañana.
Otras ciudades brasileñas también ya empezaron a hacer protestas relacionadas al aumento del pasaje del colectivo. En Rio de Janeiro manifestantes protestaron afuera del estadio Maracana, mientras se realizaba el partido entre Italia y México. También hubo manifestaciones durante el partido de Brasil y Japón, en Brasilia, el día anterior.

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