EEUU hace sonar los tambores de la guerra fría
La crisis en el este de Ucrania que han ido tensando sus actores, internos y externos, en los últimos días estalló con una operación militar lanzada por Kiev contra los activistas prorrusos que habían tomado la ciudad de Slaviansk, y en una batalla campal en Odessa entre grupos contrarios y seguidores de las nuevas autoridades ucranianas, que derivó en decenas de muertos en el incendio de un edificio.
El Gobierno interino de Ucrania lanzó ayer una operación militar contra Slaviansk, una de las ciudades que se ha convertido en bastión de los activistas prorrusos, en un intento de recuperar las provincias cuyo control ha perdido en el este. La operación provocó varios muertos y agravó la tensión con Rusia, que estimó que la salida negociada se vuelve imposible.
Pero si la situación ya era grave en Slaviansk, en Odessa estalló una batalla campal entre la propia población en la que se produjeron decenas de muertos.
Partidarios y opositores a las autoridades de Kiev comenzaron a enfrentarse con con palos y piedras, y se escucharon disparos de fuego real, mientras policías trataban de separar a ambos grupos.
Unas mil personas, en su mayoría seguidores de un equipo local de fútbol, se habían reunido en Odessa para defender a las nuevas autoridades ucranianas. La marcha fue reventada por varios cientos de activistas prorrusos armados con bates de béisbol, cadenas y pistolas, lo que desencadenó fuertes choques entre los dos bandos, en los que se escucharon disparos.
Edificio incendiado
Al menos cuatro personas murieron en estos enfrentamientos. Decenas de policías se interpusieron en un principio entre ambos grupos, pero los choques derivaron en la quema de un edificio de oficinas sindicales en el centro de la ciudad por el lanzamiento de cócteles molotov. Allí se habían refugiado los grupos prorrusos, que hicieron del tejado su última trinchera. Las imágenes difundidas a través de las redes sociales mostraban a personas colgadas de las ventanas para tratar de escapar del fuego. Allí ya la Policía no quiso o no pudo actuar.
Algunas de las víctimas murieron asfixiadas mientras otras fallecieron al arrojarse por la ventana. Moscú vio en el suceso «un ejemplo más de la -irresponsabilidad criminal» de Kiev y la televisión rusa RT culpó a miembros del ultraderechista «Sector de Derechas» de provocar intencionadamente el fuego. Odessa, que no había vivido enfrentamientos hasta ahora, se encuentra cerca de la Transnistria, república prorrusa de Moldavia, controlada de facto por Moscú.
Pero la tensión ya había estallado en el país a primera hora de del día. con la operación que comenzó de madrugada en Slaviansk y Kramatorsk y se convirtió en un cara a cara con la población prorrusa. La ofensiva del Ejército ucraniano dejó también varios muertos y mostró la incapacidad de Kiev para controlar el este, ante el rechazo de de la población prorrusa.
El FMI ha exigido a las autoridades ucranianas este control si quiere recibir el préstamo acordado para salvar al país de la bancarrota.
«Los criminales han sufrido graves pérdidas, muchos muertos y heridos y numerosos prisioneros. Desgraciadamente, tenemos informaciones sobre dos muertos y siete heridos entre los soldados», afirmó el presidente interior Olexandre Turchinov en televisión.
Además, al menos tres milicianos prorrusos y dos civiles murieron en los combates. Uno de los civiles habría muerto aplastado por uno de los blindados, según distintos medios.
Según el Ministerio del Interior, el Ejército tomó nueve controles que habían instalado los rebeldes. El líder de las llamadas «fuerzas de autodefensa», Igor Strelkov, señaló que la ciudad fue bloqueada por las tropas ucranianas, que emplearon 20 helicópteros en la ofensiva.
Durante los primeros combates los rebeldes derribaron además al menos dos helicópteros del Ejército con lanzacohetes móviles y otro fue destruido. Un piloto herido fue capturado además por los activistas.
Más tarde, en los pueblos que rodean Slaviansk los militares ucranianos que participaban en la operación fueron recibidos con hostilidad por la población local que les gritaba «fascistas» y «volveros a vuestra casa», a la vez que intentaban bloquear las carreteras al paso de los blindados. «Vuestras madres quieren que volváis vivos a casa y sin sangre del pueblo en vuestras manos», se encararon algunas mujeres con los soldados.
Ante ellos levantaron barricadas y en algunos puntos cruzaron camiones para impedir el paso. Al anochecer, al menos dos miembros del Ejército ucraniano murieron después de que un grupo de milicianos prorrusos atacase un puesto de control a las afueras de la ciudad, según el Ministerio de Defensa.
Las autoridades de Kiev exigen a los que califican como «terroristas» prorrusos que «liberen a los rehenes, depongan sus armas y abandonen los edificios» que ocupan en más de una docena de ciudades del este del país. El ministro de Interior, Arsen Avakov se desplazó a la zona con el ministro de Defensa, Mijailo Koval y el comandante de la Guardia Nacional. Koval acusó a «grupos de sabotaje» y «militares mercenarios extranjeros».
Golpe de gracia a Ginebra
Rusia, a la que Kiev y sus aliados occidentales acusan de teledirigir el movimiento secesionista en el este, reaccionó con indignación ante la operación militar que calificó como un «golpe de gracia al acuerdo de Ginebra» alcanzado a mediados de abril entre Moscú, Kiev y Bruselas y Washington.
«El recurso al Ejército contra su propio pueblo es un crimen que lleva a Ucrania a la catástrofe», advirtió el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, afirmando que «extranjeros que hablaban inglés» habían apoyado a los militares ucranianos durante la operación. Apoyando a las autoridades de Kiev, «Estados Unidos y la Unión Europa asumen una gran responsabilidad y bloquean de facto la vía a una solución pacífica de la crisis», alertó el Ministerio ruso, que exigió «firmemente que Occidente renuncie a su política devastadora en Ucrania».
El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, instó a las autoridades de Kiev a «poner fin al asesinato de sus propios ciudadanos» y tachó el asalto a Slaiviansk de «signo de impotencia criminal».
La situación en Slaviansk es especialmente sensible por la presencia de un equipo de observadores militares de la OSCE -cuatro ucranianos y siete extranjeros- retenidos por los rebeldes desde hace una semana. La negociación para obtener su liberación.
«Este ataque va a retrasar la liberación de los miembros de la OSCE», señaló el líder de los prorrusos de Donetsk, Denis Pouchilin. Vladimir Lukin, enviado del presidente ruso, Vladímir Putin, llegó ayer a la zona para tratar de lograr la liberación de los observadores, mientras el Ministerio de Exteriores ucraniano se quejó de no haber sido informado del viaje.
Obama y Merkel: más sanciones
Desde Washington el presidente de EEUU, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, insistieron en aumentar la presión sobre Rusia a través de una amenaza conjunta de golpear a sectores enteros de su economía si Moscú «pone en peligro» la celebración de las elecciones del 25 de mayo en Ucrania.
«Estamos unidos en nuestra determinación de imponer costes a Rusia por sus acciones, incluso a través de sanciones coordinadas», dijo Obama. «El próximo paso será un régimen más amplio de sanciones sectoriales», advirtió.
«De lo que estamos hablando es de medidas sectoriales, en el contexto de ciertas ramas de la industria», explicó Merkel, hasta ahora más reticente a la imposición de sanciones, por la mayor dependencia alemana de la economía rusa.
Moscú da un mes de plazo para mantener el suministro de gas
Ucrania y Rusia se han dado de plazo hasta finales de mes para tratar de llegar a un acuerdo sobre el precio de gas ruso que Moscú suministra a Ucrania para evitar un problema de abastecimiento energético tanto para este país como para el resto de Europa Europa. «Hasta el 31 de mayo será posible pagar el suministro. Si la factura para junio no se paga antes del 31 de mayo, Gazprom tendrá el derecho de reducir su suministro de gas para Ucrania o mantenerlo a un nivel que será regulado antes del 31 de mayo», indicó el ministro ruso de Energía, Alexander Novak, tras la reunión tripartita en Varsovia con su homólogo de Ucrania Yuri Prodan y el comisario de Energía de la UE, Gunter Oettinger,
Oettinger se mostró más optimista, destacando las próximas reuniones trilaterales para evitar el corte del suministro. La intención de Bruselas y Kiev es llegar a un acuerdo para «que los meses de junio, julio y agosto puedan usarse para almacenar los volúmenes de gas adecuados necesarios para el invierno». No obstante, admitió que más allá, la seguridad del suministro en Europa y Ucrania «no está garantizada» y es algo que ven con «preocupación», a la vez que reconoció que la ucraniana Naftogaz no ha pagado sus facturas de gas a Rusia de febrero, marzo y abril.
La parte ucraniana habla de 268 dólares estadounidenses por mil metros cúbicos mientras que Gazprom hablaba de 485 dólares. El ministro de Energía ucraniano señaló que Kiev denunció que actualmente paga «precios indiscriminados» y ha avanzado que el Gobierno acudirá al Tribunal de Arbitraje de Estocolmo si no llega a un acuerdo con Rusia. GARA
EEUU pide a sus socios mayor gasto militar para hacer frente a Rusia
EEUU hace sonar los tambores de la guerra fría y pide que la OTAN vuelva a su «objetivo inicial» tras el conflicto en Ucrania. Los 28 miembros de la OTAN deben aumentar su presupuesto destinado a Defensa a pesar de sus dificultades financieras para hacer frente a Moscú, según el secretario de Defensa de EEUU, Chuck Haguel. El jefe del Pentágono se felicitó ayer de que la OTAN haya reaccionado con «fuerza y voluntad» para tranquilizar a sus miembros europeos fronterizos con Rusia, pero añadió que «a largo plazo, debemos esperar que Rusia ponga a prueba la razón de ser de nuestra alianza, nuestra energía y nuestro compromiso». Por ello, señaló que, aunque en los últimos años ha buscado «la asociación y no el conflicto, hoy, la OTAN debe estar dispuesta a revisar los principios básicos de su relación con Rusia». Y para ello, el jefe del Pentágono insistió en que debe aumentar el gasto militar a pesar de las dificultades financieras de los países europeos y de los problemas de los ministros de Defensa para convencer a sus respectivos gobiernos y poblaciones. Por eso,planteó una cumbre de la OTAN en la que participen los respectivos ministros de Finanzas. Ayer llegaron al puerto lituano de Klaipeda, en el báltico, cinco navíos de la OTAN como «medida de disuasión», según el ministro lituano de Defensa, Juozas Olekas.
Gara
No hay comentarios.:
Publicar un comentario