viernes, diciembre 05, 2014

Los explotados griegos paralizan el país



La GSEE y la Adedy, principales centrales de trabajadores griegas, pararon el 27 de noviembre en repudio a la visita de los inspectores de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) para planificar un nuevo plan de recorte. El éxito de la medida en el transporte fortaleció la huelga: adhirieron choferes y el metro de Atenas, portuarios, aeronáuticos y controladores aéreos. En Tesalónica, segunda ciudad griega, se paralizó el transporte público y se movilizaron los trabajadores de la metalúrgica bajo gestión obrera Viome. A su vez, una gran manifestación desde el mediodía en Syntagma, plaza principal de la capital, congregó más de 25 mil personas bajo consignas como "basta de ajuste", "basta de UE y FMI, cancelación de la deuda". El paro en el sector público volvió a ser contundente, destacándose en las reparticiones estatales, la docencia, trabajadores del Teatro Nacional y correos. Los trabajadores de medios pararon un día antes, el 26, para poder cubrir la huelga.
La segunda huelga del año, cuya participación -según los organizadores- fue "hasta un 20% mayor que en la anterior convocatoria", estuvo precedida por una ola de ocupaciones estudiantiles de colegios y facultades contra los planes privatistas de la educación, que sumó a trabajadores docentes y no docentes, y que tuvo su pico en una marcha de más de 40 mil personas el 17 de noviembre, en coincidencia con el aniversario que conmemora el levantamiento contra la dictadura de los coroneles.
El gobierno griego anunció hoy la posibilidad de que se prolongue el actual programa de rescate, un posible intento de darse un respiro en las complicadas negociaciones que mantiene con la Troika y que incluyen temas muy sensibles.
El éxito de la huelga nacional constituye un aliento para el conjunto de los explotados griegos y crea condiciones más favorables para enfrentar el nuevo paquete que se prepara. La Troika insiste en la necesidad de realizar nuevos ajustes para salvar el agujero detectado en los presupuestos de 2015. Entre estas demandas figuran el despido de 5.500 funcionarios, la reforma de la legislación laboral que permita el despido libre o una nueva reducción de las pensiones. Se prevé que, de cara a 2015, Grecia cuente con un nuevo "rescate" en forma de línea de crédito preventivo o reforzado, pero que irá de la mano de mayor austeridad.

Manuel Méndez

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