jueves, junio 02, 2011

47 años Marquetaliando por La Nueva Colombia; resistir es vencer


La lucha armada no será necesaria cuando el régimen que impera en Colombia desaparezca y sobre sus cenizas, escombros y miserias renazca la Nueva Colombia. La resistencia armada y una de sus expresiones; la guerra de guerrillas, ha ganado un lugar privilegiado en todos los países del mundo, donde la barbería capitalista quiere imponer sus regímenes fascistas, totalitarios y excluyentes.
Como en un AVATAR, el régimen oligárquico colombiano impuso la guerra, ésta como todas las guerras en el mundo, tiene un presupuesto básico; es el tirano el que impone el método de lucha.
Hoy por hoy, el imperialismo internacional legitima la resistencia, cuando en su fase superior, como nos lo recordaba Lenin, los países imperialistas han generado su propio aparato jurídico-político y militar para intervenir, para imponer su visión del mundo, para imponer su modelo económico, basados en una supuesta legitimidad hecha a las necesidades de sus intereses particulares.
Las Naciones Unidas, le han dado patente de corso a las potencias imperialistas, para recuperar el sistema de mandatos, de la otrora Sociedad de Naciones, cuyos artículos 22/23constituyen la patente de corso para que las potencias asuman “la misión sagrada” de administrar “los pueblos incapaces de administrarse ellos mismos”. Las Naciones Unidas y la OTAN cumplen hoy por hoy ese rol de legitimar el imperialismo, con una legalidad postiza y construida en una correlación de fuerzas desfavorable para las fuerzas democráticas del mundo. La OTAN invade hoy, bajo la tutela del consejo de seguridad de la ONU varios países, donde impone el modelo de democracia occidental, donde impune su noción de democracia burguesa, donde escoge presidentes títeres, todo para apropiarse de las materias primas de los países emergentes. Las potencias imperialistas ya no necesitan invadir ellas mismas los países para apropiarse de sus recursos estratégicos, ahora lo hacen a través de la ONU, de la OTAN o de los cascos azules. Y si estas instituciones no bastan, para eso existen la OMC, el FMI, la Banca Mundial que complementan el trabajo sucio.
En ese contexto internacional, hoy se libran muchas guerras de liberación en muchos países, desde ASIA hasta el ÁFRICA pasando por América Latina, y el desafío es el mismo en un mundo globalizado, donde los países emergentes pierden cada vez más el ejercicio de su soberanía, regentados por las potencias imperialistas con la complicidad de la oligarquías criollas, lacayas del imperialismo.
Hoy cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP cumple 47 años de resistencia, es necesario mirar el contexto internacional en el cual se inscribe la lucha colombiana. Esta lucha por la Nueva Colombia, que a primera vista parece doméstica, de la política nacional, se inscribe en realidad en una perspectiva histórica mundial. La resistencia del pueblo colombiano es la resistencia de los pueblos oprimidos, es el mismo combate en Palestina, es el mismo combate del pueblo Kurdo por recuperar su nación y su territorio, es el mismo de los pueblos africanos por la lucha contra el poder colonial, todavía vigente y la resistencia contra la tiranía en los países árabes.
La pobreza y la miseria son inherentes al capitalismo internacional, no de otra manera explicamos la gran concentración de la riqueza y una aumentación espantosa de la miseria en el mundo. La contradicción a resolver hoy, con urgencia por del modelo capitalista internacional, es cómo hacerse a las materias primas para que, su maquinaria de producción siga funcionando. Dónde están éstas materias primas? No están en los países desarrollados, estos tienen tecnología de punta, pero no recursos naturales y materias primas.
El modelo capitalista de producción y su modelo económico son un peligro para la humanidad, hoy la naturaleza pasa su cuenta de cobro, expresada en varios fenómenos “naturales” que le recuerdan al hombre depredador que la explotación de la naturaleza tiene límites. Inundaciones, hambrunas, epidemias, terremotos, contaminación de mares y ríos, de bosques y selvas son las principales herencias del capitalismo.
La lucha colombiana se inscribe en las mil y una luchas emancipadoras del mundo así mismo la oligarquía criolla, como todas las oligarquías del mundo, busca presentar sus intereses particulares como los intereses generales. Quieren copar el poder político, el poder militar, económico e ideológico en torno a su proyecto hegemónico y alzarse con todas las riquezas de la nación con alianzas estratégicas con los capitales internacionales.
La resistencia marquetaliana lleva 47 años resistiendo ese embate criminal de la oligarquía criolla e internacional por eliminar la oposición política y toda forma de resistencia al proyecto hegemónico. El régimen de Chucky santos ha fijado como calendario, el 2014 para acabar con la resistencia, sigue autista la oligarquía, embriagada por algunos éxitos militares que en esencia, son una pérdida valiosa que no compromete los planes estratégicos de la resistencia marquetaliana, la oligarquía no ha aprendido que las FARC-EP son como la materia, no desaparece, cambia de estado, se recompone y se conservan, adaptándose dialécticamente a los nuevos desafíos para garantizar su perennidad.
El sueño oligárquico es una quimera, basada en el deseo. La realidad es otra cosa, esos hombres y mujeres que juraron vencer, y cuyo compromiso sabe y huele a pueblo establecen la diferencia con estatura moral y dignidad revolucionaria, mientras la oligarquía se pudre en sus propios excrementos. Nunca antes el régimen colombiano había alcanzado tanto desmadre moral. El estado, el régimen político y en general todas sus instituciones son una olla podrida hedionda sin reparos éticos y morales.
Felicitaciones a esos hombres y mujeres de esa gran marcha marquetaliana que se inicio hace 47 años para desafiar a la oligarquía colombiana. 47 años no son nada, comparados con la larga longevidad del capitalismo criollo e internacional. 47 años son muchos, si tenemos en cuentan el perfil criminal del régimen colombiano. 47 años y la oligarquía no aprenden. Para la insurgencia colombiana; resistir es vencer.
Estos 47 años han demostrado que la insurgencia colombiana esta lista para la paz o para la guerra como interlocutor válido y beligerante. La oligarquía tiene la palabra, el reconocimiento del conflicto es sólo un paso de este trajinado largo camino hacia la salida política.
Honor y Gloria a esos hombres y mujeres que nos han dejando como herencia y legado esas páginas de resistencia. La historia de Colombia no se podrá escribir sin citarlos desde su gloriosa marcha marquetaliana. A los prisioneros políticos y prisioneras políticas, -dignos representantes de este legado- que han sabido mantenerse altivos y dignos frene al tirano, aquí y en las cárceles del imperio, les decimos; no los olvidamos, su presencia sigue incólume la ruta bolivariana de la Nueva Colombia.
Resistir es vencer


ANNCOL

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