lunes, junio 03, 2013

A las calles



En toda Europa y en Turquía miles de personas se manifestaron contra los modelos económicos y políticos imperantes en el viejo continente. En ambos lados, la respuesta fue la represión.

Unas 30.000 personas se manifestaron el pasado sábado en la capital financiera de la Europa del ajuste, la ciudad alemana de Frankfurt, para expresar su rechazo a las políticas económicas llevadas a cabo por los gobiernos del continente ante la crisis. Retomando la historia del movimiento Occupy norteamericano, y la tradición de los bloqueos no-global de las cumbres mundiales, los movimientos sociales europeos organizaron una serie de marchas callejeras en distintos puntos del continente, que durante dos días tuvieron como punto neurálgico la sede del Banco Central Europeo y el aeropuerto de la ciudad alemana.
El sábado la zona financiera, donde tiene su sede principal el BCE -que el 1 de junio cumplió su décimo quinto aniversario de creación- y el Destche Bank fue asediada por miles de personas que, no obstante la prohibición por parte de las autoridades policiales de circulación en la zona, vivió una tarde de paralización. Al mismo tiempo, en el aeropuerto de la misma ciudad, un millar de personas interrumpía la labor cotidiana de la terminal para protestar contra las deportaciones de migrantes sin papeles desde toda Europa. Las acciones fueron coordinadas por “Blockupy”, una plataforma continental surgida de los movimientos que protagonizaron las rebeliones de los últimos años en el viejo continente, y que critica especialmente los ajustes impuestos por la Troika -Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y BCE- ante los embates de la crisis. "Debemos decir claramente que la política del Banco Central Europeo y de la troika, sometidas a la influencia capital del gobierno federal, no es la solución", dijo el vocero de Blockupy, Roland Süss.
El domingo fue la vuelta de la gran marcha. En Roma, Lisboa, Madrid, Londres, Frankfurt y decenas de otras ciudades europeas se movilizaron los adherentes a esta nueva plataforma social. Portugal y Alemania fueron los países con mayor grado de movilización. En Frankfurt, la policía alemana intentó romper la marcha reprimiendo el bloque compuesto por las delegaciones internacionalistas. Allí la reacción de los demás manifestantes fue inmediata y se produjeron corridas con gases lacrimógenos, cuyo saldo final es de 79 personas heridas y unos 400 detenidos, según informan varias agencias de prensa internacionales. En Lisboa, el movimiento "Que se lixe a Troika" (que se vaya al infierno la troika), protagonizó la enésima marcha contra el primer ministro Pedro Passos Coelho, duramente cuestionado desde hace meses por los planes de recorte y endeudamiento que lleva adelante, y el nivel de la desocupación que ya supera el 18% de la población económicamente activa.
El #31M y #1J, cómo los nombraron los organizadores, coincidieron con las multitudinarias protestas que en Turquía dejaron en mala posición al gobierno del conservador Recep Tayyip Erdogan. Todo comenzó con la decisión por parte del ejecutivo de iniciar una serie de reformas en una de las plazas céntricas de Estambul, la plaza Taksim. Movimientos sociales y ambientales organizaron una sentada que fue violentamente reprimida por la policía turca y desencadenó tres días de protesta en todo el país, pidiendo la renuncia del premier Erdogan. La Asociación Médica Turca informó que cerca de 1.000 personas resultaron heridas sólo en la capital. Amnesty International denunció anoche públicamente que dos personas perdieron la vida durante el accionar policial. La Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha expresado a través de un comunicado su “profunda preocupación por la violencia que ha tenido lugar en Estambul y en otras ciudades de Turquía y lamenta el uso desproporcionado de la fuerza que está efectuando la Policía turca”. Hechos por los cuales el mismo Erdogan debió salir a admitir que se habían cometido “excesos”, una admisión que llevó a más ciudadanos a volcarse a las calles. Estambul y Ankara eran, al cierre de esta edición de Marcha, las ciudades donde la tensión había subido mucho durante la noche. No obstante la policía ya se hubiese retirado de la plaza Taksim, unas 10.000 personas se mantenían de vigilia en el lugar, mientras que en Ankara los manifestantes se juntaron debajo de los palacios gubernamentales exigiendo la renuncia inmediata del primer ministro.
Una semana que dejará secuelas, a la luz de la reunión UE-Rusia y las negociaciones de paz que comenzarán en Ginebra acerca de la situación siria, donde Turquía tiene un rol fundamental. Ambos -tanto la UE como Turquía- enfrentan sus tareas diplomáticas en medio de grandes protestas por sus políticas internas y los modelos aplicados.

Marcha

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