El gobierno de Maduro acumula dificultades. Su debilidad, con una crisis económica de fondo, es la expresión de los grandes problemas estructurales enmarcados en la propia crisis del chavismo, no solo por la muerte de Chávez, sino por el agotamiento de un proyecto político que ha entrado en su fase de decadencia. Las grietas que comienzan a surgir en las encumbradas filas del chavismo, no son más que expresión del declive político, como fue el caso de la salida de dirigentes como los exministros de Planificación, Jorge Giordani, y de Educación, Héctor Navarro. En medio de esta situación comienza a generarse un fuerte descontento obrero frente a la crisis imperante, comenzando a ponerse en pie los trabajadores que sienten que la misma está siendo descargada sobre sus espaldas.
La crisis y los ataques económicos del gobierno
A todas luces es innegable la crisis económica donde la salida para el gobierno de Maduro pasa por los mayores acuerdos y pactos con los sectores empresariales, que se ha expresado entre otros impactos en la cantidad de suspensiones y despidos en distintas empresas tanto privadas como estatales así como en la contracción salarial. Además, el gobierno prepara fuertes medidas fiscales, monetarias y cambiarias, incluyendo el aumento de la gasolina (nafta), la elevación de las tarifas eléctricas que las presentan como una reducción del subsidio, nuevas devaluaciones de la moneda, la reducción en el área de los gastos sociales bajo la cobertura de una reorganización eficiente del gasto, entre otras.
La lucha de Sidor, expresión del descontento obrero frente a la crisis
Hay un fuerte descontento obrero frente a la crisis que es descargada sobre los trabajadores, por lo cual se comienza a salir a luchar, como se expresa en los distintos conflictos por fábricas o empresas. Con tendencias a la unidad, se organizan marchas conjuntas de protesta y para hacer sentir sus reclamos que, aunque pequeñas, muestran una nueva vitalidad, tal como se observa en las distintas movilizaciones que se vienen realizando en estados como Lara, Aragua y Carabobo.
Muchas son las ramas de la industria donde los obreros vienen siendo golpeados, como la de la alimentación y del sector automotriz tanto autopartistas como ensambladoras. Pero la lucha que más ha tomado fuerza es la de los trabajadores de Sidor, una empresa en el polo industrial del oriente del país con más de 16 mil obreros y sumida en una crisis de producción, que viene teniendo gran repercusión nacional.
Como nos señala, Albert Sánchez, obrero de Sidor e integrante de la LTS, “luego de la lucha que enfrentamos en el año 2008 por la discusión de la convención colectiva, que forzó al Gobierno nacional –presidido entonces por Chávez– a nacionalizar la empresa, y lograr un contrato colectivo que estuviera mas cónsono con nuestras necesidades, a la fecha volvemos otra vez en pie de lucha por el deterioro de nuestro salario producto de la inflación cada vez más en aumento, sumado a esto la negativa del Gobierno de discutir la nueva convención colectiva vencida desde hace 4 años”. De esta manera, desde septiembre del año pasado los trabajadores vienen en plan de lucha cuando se paralizaron las áreas más neurálgicas de la empresa, y de igual manera en otras paralizaciones, marchas, asambleas en todo lo que va del presente año, así como piquete de más de 36 horas bloqueando las principales avenidas de la Ciudad Guayana a mediados de julio. Es que la fuerte lucha viene desde abajo, imponiéndole a la burocracia sindical las propuestas reales de los trabajadores.
Pero lo que terminó de hacer arder a los trabajadores de Sidor fueron las declaraciones realizadas por el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, acompañado del alto mando de las FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana), del gobernador del estado Bolívar, y otros miembros del alto escalón del gobierno nacional, el cual calificó de mafiosos a los trabajadores, en un duro y violento discurso de declaración de guerra criminalizando la lucha. Pero el tiro le salió por la culata, pues los trabajadores luego de continuas asambleas, decidieron dar una contundente respuesta: una masiva marcha de más de 6 mil obreros el lunes 28 estremeció a toda Ciudad Guayana, que no tiene precedente, acompañada de la gran solidaridad de trabajadores de otras empresas.
La contundente marcha fue un claro mensaje al gobierno, y al propio Diosdado. Es que la lucha de los trabajadores sidoristas se trata de un conflicto emblemático, y el gobierno lo sabe, buscando con su derrota cambiar la correlación de fuerzas con respecto al movimiento obrero, pues si logra doblegar a los sidoristas, se creerá envalentonado para derrotar cualquier lucha que los obreros lleven a cabo. Los trabajadores de Sidor están mostrando todas las energías posibles, pero juega en su contra, una dirigencia sindical que siempre está presta a negociar presentando migajas como triunfos, y si no ha entregado la lucha hasta ahora es porque tiene una fuerza obrera en la nuca que le está dejando pocos márgenes.
Al cierre de este artículo, se realizaba una reunión entre el Sindicato y la empresa, con el clamor de la marcha en caliente pero sin llegar a ningún acuerdo frente a la propuesta presentada por la estatal que se niega a aceptar las demandas de los trabajadores. De esta manera, sigue un conflicto abierto que, tal como ocurrió en el 2008 tras el triunfo de estos mismos obreros, puede abrir una nueva coyuntura de emergencia obrera en muchas partes del país tal como se expresó en aquel entonces en luchas emblemáticas como la de la Mitsubishi y cobrando más fuerza la ocupación de fábrica de Sanitarios Maracay puesta en producción por sus trabajadores, solo derrotadas mediante la represión directa –dos muertos en la automotriz-, el engaño y la traición.
Que la crisis no la paguen los trabajadores, sino los capitalistas
Desde la LTS llamamos a la más amplia solidaridad con la lucha de los trabajadores de Sidor y demás empresas en lucha. Es urgente llamar a un verdadero encuentro nacional de trabajadores en lucha, donde se debata ampliamente todos los problemas, los planes de lucha y movilización unificados, donde se expresen a las bases organizadas, con delegados votados previamente en asambleas de bases en sus respectivos lugares de trabajo y con un mandato de éstas. Para que la crisis no la pague el pueblo trabajador hay que impulsar un programa de salida obrera a la crisis para responder a las necesidades del conjunto de los explotados, marcando pasos en la lucha de los trabajadores por disputarle a los distintos proyectos burgueses la hegemonía social y política de la clase trabajadora.
Milton D’León
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