Como si no les faltara quien los defienda, el Sindicato de Oficiales de Nueva York rompió el silencio y llamó a apoyar a la institución policial a través del boicot a las producciones cinematográficas de Quentin Tarantino, director de películas como Pulp Fiction, Kill Bill y Django sin cadenas, esta última ambientada en la época del esclavismo.
El reconocido director de cine había hecho público su repudio a la brutalidad y violencia que la policía descarga en forma cotidiana, cobrándose la vida de numerosos jóvenes afroamericanos: “Cuando veo asesinatos, tengo que llamarlos por lo que son. Y los asesinos son asesinos”, señaló el director. El ensañamiento con Tarantino se debe a su participación en la movilización que se llevó a cabo el 24 de octubre.
La manifestación marchó por el centro de Nueva York con la consigna “RiseUpOctober” (“De pie en octubre”) y recordó a los jóvenes asesinados en los últimos años; entre ellos, los afroamericanos Eric Garner y Michael Brown, cuyas muertes y la impunidad de la que gozaron sus asesinos desataron una masiva ola de protestas en 2014. Tarantino subió al palco en Time Square donde se leyeron los nombres de más de 250 víctimas y se repudió la impunidad del sistema judicial con el que se protege el accionar racista de los uniformados, un engranaje más del capitalismo estadounidense.
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