El presidente de Brasil, Michel Temer, se apuraba ayer para aprobar una contrarreforma del sistema previsional, cumpliendo órdenes del Banco Mundial. El principal índice de la Bolsa de Sao Paulo cerró relativamente estable con los inversores atentos a las gestiones gubernamentales.
El gobierno de Temer se aprestaba ayer a aprobar –como Macri- una contrarreforma previsional obedeciendo las órdenes del Banco Mundial. El organismo “recomendó” -en un informe solicitado por el propio gobierno- apurar la reforma previsional, reducir los salarios de los empleados públicos, eliminar la gratuidad de la educación pública, “racionalizar” programas sociales como la Bolsa Familia y la Jubilación para el Campesino, entre otras sugerencias “filantrópicas”. Todas dirigidas –por supuesto- a reducir el déficit fiscal.
Paralelamente la sesión bursátil del día de ayer estuvo marcada por el feriado del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, cuestión que redujo la liquidez en el mercado brasileño, movimiento que debería extenderse al viernes, ya que los mercados estadounidenses operarán con horarios reducidos. El índice Bovespa cayó un 0,04 % y el volumen de negocios sumó 4.220 millones de reales, muy por debajo de la media diaria hasta la víspera de 10.190 millones de reales.
El “mercado” –ansioso por una destrucción lo más profunda posible del nivel de vida de los ancianos- inició la sesión de hoy con mayor cautela frente a las dificultades que el Gobierno enfrenta para aprobar la reforma previsional. En la noche del miércoles, el gobierno presentó una nueva versión de un proyecto con dificultades para ser aprobado ya que –como es evidente- resulta altamente impopular.
La presentación se realizó durante una cena en la residencia oficial de la presidencia a la que acudieron 176 personas entre parlamentarios, ministros y economistas. La cifra de asistentes fue inferior a la esperada por el “mercado”, que vio en ella indicios de dificultades para sumarle apoyo a la medida.
LID
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