Entrevista al documentalista Fernando Krichmar, miembro del Consejo Asesor del INCAA
M.H.: Quisiera comenzar hablando de Ingmar Bergman que nació hace cien años.
F.K.: Tremendo director de cine. Era el favorito de mi madre. De una generación en la que empezaron a preguntarse cuestiones más metafísicas que las que se suponía que se encargaba la mujer, en esa época clásica. Bergman era muy poderoso en cuanto al análisis, hablando mal y pronto, del alma humana. Pero más que eso del espíritu. Si ves La fuente de la doncella, no ves la Edad Media reconstruida al dedillo desde la óptica física o visual, ves su espíritu como también lo ves en Fellini, por ejemplo, en Roma, podés ver el paganismo, antes de que se invente la noción de pecado, de cielo e infierno.
En La fuente de la doncella se ve lo que es vivir bajo una concepción teocrática del mundo. Esto era algo que Bergman sufría porque era hijo de un pastor bastante severo. Todas esas obsesiones están muy bien mostradas. No se limita solo al nivel del análisis psicológico sino también es un fuertísimo crítico de época. Salvando las tremendas distancias, en Seré Millones no queríamos mostrar el Banco, ni cómo eran los autos, sino qué significa un mundo en el que hay una generación de tipos que están dispuestos a todo por una revolución, perder el laburo y que su vida se convierta en algo azaroso. Que no es lo que uno imagina en la clásica concepción de robo de un Banco, vivir sin trabajar del ladrón que generalmente nos simpatiza y que muy pocas veces se sale con la suya en el cine.
Eso que es un pequeño rasgo de un elemento de la época, en Bergman lo tenías con un nivel de maestría sin aludir a lo político, simplemente en las relaciones humanas. Lograba la contraposición entre el deseo y lo teológico, está muy bien mostrado y son películas con interés en cuanto a la trama, manejaba muy bien la dramaturgia, tenía tradición sueca que en ese sentido es muy amplia. Para nosotros siempre fue un referente, medio de casualidad porque no es un hombre del documental.
M.H.: Si hablamos de Ingmar Bergman no podemos dejar de hablar de Liv Ullmann.
F.K.: Sinceramente de la vida privada no sé. Yo vi su obra nada más y a Liv Ullman la vi en películas tremendas como El huevo de la serpiente muchas en las que ella descuella como actriz.
M.H.: ¡Qué película El huevo de la serpiente!
F.K.: Yo diría que si no la vieron esperen a que mejore la situación porque les va a dar bastante miedo. Evítenla. Es una tremenda película con David Carradine y Liv Ullmmann. Con un Bergman más concesivo, en cuanto al interés de la historia que es tremendamente atrapante, a diferencia de otras que son más contemplativas. La relación la tengo por ese lado. No conozco los avatares de la vida personal y en general me importan poco.
M.H.: A mí tampoco. Pensé en ella por ser la actriz preferida de Bergman.
F.K.: Lo asocio con el movimiento feminista. Hay una especie de juicio retrospectivo de las vidas privadas de tipos que hicieron arte. Está la obra de arte, después hubo etapas y hasta hoy en día el patriarcado se imponía de manera cruel y dura. Chaplín tuvo 8 esposas, Picasso engañó a todas sus mujeres y probablemente las golpeaba. Es posible que la obra tenga algo que ver con eso y tal vez no.
Ayer vi un monólogo de una comediante lesbiana australiana que se mete a fondo en estos temas, ella es Licenciada en Arte y hacía referencia, por ejemplo, a que dicen que si Van Gogh hubiera estado medicado no hubiera pintado los girasoles, pero ella dice que es todo lo contrario, justamente estaba tan medicado y uno de esos medicamentos hacía que viera más fuertes los amarillos. Lo que vemos son los girasoles, si la obra es por la medicación que le daban, o por el hermano, son todos análisis posteriores a la obra pero nunca son centrales. Yo no sé si Polanski fue un violador. Para mí fue uno de los tipos que mejor se introdujo en las zonas oscuras de la mente dentro de la cinematografía; es evidente que tenía costados muy oscuros en su personalidad. Si ves la perversidad de muchos de sus personajes lo entendés.
¿Está bien que exista esto en cine? Que exista El cuchillo bajo el agua en donde el protagonista es un verdadero hijo de puta. Me parece que la retrospectiva hacia la vida personal puede ser interesante pero no visto desde el pañuelo verde. Por supuesto apoyo el movimiento feminista, la despenalización del aborto, voy a las marchas con mi compañera, hacemos actividades en el trabajo, pero hay veces que se pasa a un extremo a donde nos encontramos juzgando a un tipo que vivió en la década del ´30 cuando la mujer no votaba, estaba en un lugar de pura opresión.
Nosotros queremos hacer películas, no movilizarnos
M.H.: Fernando sos parte del Consejo Asesor del INCAA, por lo tanto sos palabra autorizada en el tema.
F.K.: Integro el Consejo Asesor por parte de los directores, que es uno de los órganos de cogobierno del INCAA. El INCAA es un Instituto surgido de la Ley de cine que se hizo en 1994, es heredero del Instituto anterior y otros que hubo desde el principio del cine, pero el último INCAA (instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), parte de una Ley del 1994 que se constituye por un gobierno tripartito, al Presidente lo designa el Gobierno de la Nación, la Asamblea Federal es la máxima autoridad, donde están todos los secretarios de Cultura, ellos se reúnen una vez por año, aprueban o desaprueban el balance y las líneas generales del trabajo del INCAA, están representadas todas las provincias y eligen 5 representantes, uno por región. En principio era gente que no entendía mucho porque era el ministro de Cultura que a veces no venía del palo del cine, pero ahora con el gran avance que hubo en los ‘2000, ya las asociaciones de las provincias entran en negociaciones con ellos y hacen que venga al Consejo gente mucho más entendida del desarrollo audiovisual. Y además está la industria, que son dos productores, dos directores, un actor y un técnico, el actor y el técnico son de CICA y de la Asociación de Actores y los directores y productores tienen que ser elegidos por unanimidad por todas las asociaciones del INCAA. Yo soy uno de los dos directores en este momento. En realidad el único porque el otro renunció.
Ese Consejo es muy importante, primero porque es un cogobierno y, por otro lado, porque tiene dos funciones fundamentales, aprobar o desaprobar el presupuesto y elegir los comités de selección de películas.
El fondo del INCAA, que es lo que administra el propio organismo, está formado por dinero que viene por un lado de un 10% que se le saca a las entradas, y en ese sentido es una Ley muy progresista porque el 90% del cine y de la distribución está en manos de cadenas extranjeras o con productos y películas extranjeras básicamente norteamericanas; entonces es una Ley que tiende a compensar eso y permite que exista un cine nacional. Por eso hay que tener mucho cuidado cuando uno escucha empresarios periodísticos como Lanata, Majul, etc., diciendo que con la plata de los jubilados se hacen películas que no ve nadie, y eso no es así, el cine se hace con el dinero que viene de la misma industria del cine. Es una falacia. Mienten justamente para eliminar ese fondo y que el cine sea solamente norteamericano.
H.F.: Es directo ese impuesto ¿verdad?
F.K.: Es directo, es un ente autárquico el INCAA y tiene el poder de cobrar ese dinero. Entonces en esta situación nosotros planteamos como directores un montón de objeciones al presupuesto que presentaron. El año pasado cayó Casetta y entró Ralph Douglas Haiek el nuevo Presidente del INCAA sin ningún antecedente en la cinematografía, había sido ejecutivo de algunas cadenas televisivas pero no en la producción de cine ni en ningún rubro del cine.
Plantearon que la clave era cortarle la cabeza a la corrupción K y trajeron un gerente, Nicolás Yocca, que venía de ser gerente de Administración de Radio Mitre, del grupo Clarín. Este tipo era el que supuestamente venía a cortar la corrupción y acaba de ser descubierto malversando uno de los rubros que nosotros objetamos. Habían puesto entre los aumentos de presupuesto para este año un 72% de aumento en papelería. Esto venia paralelamente a un discurso de que el INCAA era una antigualla, que había que digitalizarlo, eliminar los expedientes en papel.
Entonces eliminan la papelería, que es cierto que está hasta el techo el INCAA de papeles, y aumentan el presupuesto justamente en papel. Eso aumentaba en este presupuesto 72%, un 50% por encima de la inflación. Así como ese rubro objetamos un montón. La parte ejecutiva del INCAA apretó, forzó una votación y nosotros, los directores, casi en soledad votamos en contra de ese presupuesto. Los otros consejeros votaron a favor pero propusieron formar una comisión para analizar estas dudas que eran pertinentes. Nunca más llamaron a esa comisión y ahora salió que Yocca malversó 6.500.000 pesos en papelería con el mismo mecanismo que los que usaban los que estaban antes, que tampoco es que eran K, eran tipos que venían de carrera y les metieron el cartelito de K. Robaban, por ejemplo, cuando tenían que construir una nueva sala en el ENERC, que es la escuela del INCAA, en lugar de llamar a licitación dividían la facturación en cifras menores. Este hizo lo mismo con los folletos que se llevaban a Cannes, las lapiceras, etc. Todas facturas de menos de 50.000 pesos, todas firmadas por él. Le echaron la culpa a otro funcionario pero era evidente que el que firmaba los cheques era él, que es contador y no se le escapa un centavo por ningún lado. Es imposible que se le escapara una cifra tan grande.
Nosotros entonces lo que estamos diciendo es que muestren los números del INCAA, factura por factura, porque los queremos auditar nosotros que somos justamente los que estamos cogobernando el INCAA. Ese es el primer conflicto que hay entre un discurso honestista y la realidad que es que están robando. Por otro lado, todo lo que están haciendo en cuanto a medidas de fomento, apunta a concentrar todo en las grandes productoras, Patagonik y dos más, y a todos los demás dejarlos afuera.
Si ven el último anuario del INCAA en la tapa hay una ilustración de la Argentina con todas las caritas conocidas de Patagonik y las Islas Malvinas son un balde de pochoclos. Y el Presidente se llama encima Ralph Douglas Haiek, el tipo que dirige el cine nacional.
En su momento también luchamos por la vía digital, de ahí surgieron algunas pelis como Seré millones, que es mía, pero para no ser auto referencial desde 2007 hay 1.000 documentales que se hicieron con cifras que representan el 10% de una película nacional. O sea, que con el 5% de lo que el INCAA gasta por año, nosotros veníamos haciendo la mitad del cine nacional. Si consideramos a los documentales una película nacional como deberían. Se estaban haciendo unas 200 películas, de las cuales casi 80 eran documentales y por eso ya hemos pasado los 1.000.
Hay una intención, y en este caso sí es ideológica, de tratar de intervenir los comités de selección que estaban formados por un compañero de cada asociación donde vos tenías un jurado que podía estar integrado por Andrés Di Tella, Gustavo Fontán, Carmen Guarini, Virna Molina y yo ponele, o sea, todas ideas completamente distintas de ver el cine. La máxima garantía de transparencia que podía haber. Ahora se quieren meter, quieren poner un padrón de personalidades de la cultura, o sea, que pueden terminar siendo jurados Esmeralda Mitre o Lanata, por ejemplo.
M.H.: Es una política contra la cultura y, sobre todo, contra la cultura popular. Como acabás de contar antes se producían 200 películas y ahora eso se va a reducir a 80 o menos.
F.K.: Es el plan estratégico que tienen en el INCAA. Tal vez este año como venimos del plan anterior residual, haya 200 películas pero ya para el año que viene va a haber una baja sensible. Y, sobre todo, se trata del tipo de películas, serían 40 de altísima industria, de gente que puede poner el dinero antes de cobrar el subsidio y otras 40 que serían por concurso. Se discutiría, por ejemplo, si le dan el premio a Seré millones o a Los putos peronistas, por nombrar dos cosas que no tienen nada que ver una con otra. Dos películas que tuvieron mucho éxito en su momento. Nos ponen a competir a nosotros por las sobras en lugar de habilitar la ventanilla para que todos los proyectos que están buenos se puedan filmar.
Es esa idea de la meritocracia y de que los bienes culturales tienen que medirse por su capacidad de taquilla. Yo hice De diablo, familia y propiedad” en 1999 y todavía se da en universidades, en su momento metimos 5.000 espectadores, un éxito para haberse proyectado en una sola sala, en el Cosmos. No se puede medir de esa manera el valor de una obra de arte como es una película.
A todos los compañeros les pasa y sobre todo a los documentales, que lejos de perder vigencia son el testimonio de una época como, por ejemplo, Juan, como si nada hubiera sucedido, la del compañero Echeverría, que es una película hecha a principios de los ´80 sobre el tema de la dictadura, pasó mucha agua bajo el puente y uno la ve hoy y es increíble la vigencia que tiene sobre un tema del que se habló tanto y pasó tanto.
Estamos discutiendo con gente que tiene la idea de Goebbels, “escucho la palabra cultura y manoteo mi pistola”, dijo en su momento. Esta gente vino con la idea de la destrucción de todo esto. Porque “si los yanquis ya hacen cine para qué carajo estos negros van a hacerlo, produzcamos soja y al carajo”. Es la misma idea de los dichos de María Eugenia Vidal, el negro de La Matanza para qué va a ir a la universidad si se va a cagar de hambre toda la vida. Para ellos es imposible que una persona pueda desarrollarse y en esa línea tenerlo maniatado porque los únicos que pueden desarrollarse son ellos.
M.H.: O las políticas científicas como analizábamos hace unas semanas con tres jóvenes becarios del CONICET.
M.H.: En cuanto a la lucha del cine documental, estaba prevista una reunión del Consejo Asesor del INCAA y se suspendió. Sin embargo, se han conseguido algunas cosas.
F.K.: Desde que asumió este gobierno hay un permanente tira y afloja. Hay una clara decisión de tirar la producción a manos de pocas empresas y eso se fue profundizando a medida que avanzó la nueva gestión de Haiek. Con el agravante de que se están dando hechos de corrupción manifiestos.
Hay por un lado corrupción y, por otro, políticamente, la idea de frenar el cine independiente. El cine en general en Argentina en los últimos 20 años es un ecosistema bastante virtuoso en donde están las grandes productoras, ligadas a Suar, Darín, dirigidas por Campanella, que hacen películas con un objetivo taquillero. Pero también hay un tremendo universo, un 80%, aproximadamente, del cine argentino que está en otro registro de producción, lo que se llama cine independiente, que tan bien nos representa en los festivales, que a veces gana mercados, películas más pequeñas pero que de alguna manera dan cuenta visual de una época y enriquecen culturalmente al país. Con la lógica de la Ley de cine, que es dinero que se recupera de la propia industria del cine.
Cuando vas al cine hay un porcentaje de la entrada que va al Fondo de fomento de la cinematografía. En ese sentido, una Ley salida del Honorable Congreso, de donde a veces salen cosas vergonzosas, que en este caso es defendible, entendible y lógica. Tienen participación las provincias en el Consejo asesor, cuando el 90% del cine se produce en Buenos Aires, tiene la presidencia del INCAA que es nombrada por el Presidente, un control legal que somos nosotros, pero si no se cumplen esas cosas se complica.
Por ejemplo, la mitad del cine argentino son documentales, por lo menos desde 2007. Estuvimos desde noviembre hasta ahora sin nombrar comités documentales, recién ahora logramos que los convoquen a través de movilizaciones. La idea de ellos por ahora y por suerte, no es hacer un corte tajante pero te van poniendo piedras en el camino, trabas burocráticas para sacar las cuotas, proyectos que se alargan, acusaciones permanentes y sospechas de corrupción hacia los demás y nunca hacia ellos que hasta ahora son las que están probadas. Mencioné los útiles de escritorio, el año pasado que hubo 25% de inflación pusieron 72% y en el ítem de limpieza un 370% de aumento, no creo que ni la lavandina ni los sueldos de la gente que limpia aumentaran a ese nivel. No se compró un edificio nuevo ni el INCAA ahora lava las veredas. No incorporaron nada pero aumentó en ese porcentaje. De impuestos y formularios, un 800% de aumento. Está bien que hubo aumentos pero parece un número excesivo. De artículos de electricidad 180% y todavía el dólar valía 17 pesos cuando presentaron esto. Entonces tenemos la sospecha de que si en un solo rubro saltó un desfalco de 6.500.000 pesos, el desfalco sea muchísimo mayor.
Vamos a seguir insistiendo por las vías institucionales que nos den factura por factura todo lo que gastó el INCAA en el 2017 y en lo que lleva del 2018. Sino tendremos que recurrir a lo legal y a la fuerza que tenemos de fondo que es la de la movilización, que no es solo la de toda esta gente que en estos 10 años se sumaron a ser realizadores de cine, a hacer alrededor de 260 películas al año, sino los que trabajan en la industria del cine que son más de 100.000 personas, sin contar los que hacen distintos servicios de catering, flete, etc. Es un ecosistema muy delicado, donde está desde Mamá se fue de viaje hasta esas dos películas que ganaron premios en San Sebastián Una especie de familia y Alanis, el más grande festival de habla hispana, donde el cine argentino hace pata ancha.
Es un bien cultural que el Estado debe custodiar y si no lo hace nos llama y obliga a la movilización. Nosotros queremos hacer películas, no movilizarnos. Pero para la próxima reunión del Consejo vamos a volver a organizar una movilización de los documentalistas para que se nombren nuestros comités, para que se seleccionen las películas, para que no estén durmiendo meses encajonadas hasta que las vea un jurado, porque además nosotros trabajamos con personajes vivos, a los que les están pasando cosas, capaz que planifico un documental ahora, presento la carpeta y si me dan la plata dentro de dos años, alguna persona se murió, alguna situación cambió, hasta incluso pueden ser derribados edificios. No son ficciones que en general de un año a otro no hay tanta diferencia. En documentales es fundamental la celeridad entre que el proyecto es terminado y el comienzo de la filmación.
Vamos a movilizar todas las asociaciones de documentalistas al INCAA cuando sea la reunión, en la sede del ENERC en Salta y Moreno. Yo estaré en la reunión y los compañeros estarán afuera planteando los reclamos del sector, que tienen que ver con esto, fin de las trabas burocráticas y un plan de fomento inclusivo y que observe como hecho central del cine argentino el documental y el cine de ficción independiente. Que son los que nos representan en el mundo.
Mario Hernandez
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