miércoles, enero 22, 2020

Con mayoría del MAS, el Parlamento aprobó la renuncia de Evo Morales en Bolivia



La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, que tiene mayoría del MAS, aprobó este martes la renuncia de Evo Morales. Lo hizo unos días después de haber habilitado la prorroga del plazo de la presidencia a la golpista Jeanine Áñez.

En medio de los preparativos para la conmemoración del aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia, este 22 de enero, la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) votó este martes aceptar las castas de renuncia de Evo Morales y Álvaro García Linera. Lo hizo 2 meses y 11 días después de la presentación de las cartas de renuncia y de la consumación del golpe de Estado en el país.
La sesión, en medio de discusiones dentro de las propias filas del MAS, pero también de parte de otras bancadas como la derechista Unidad Demócrata (UD), que abandonó la sala, terminó aprobando la renuncia del ex binomio presidencial pese a protestas de diputados del MAS que afirmaron que se contó mal y que impugnarán la resolución.
Como ya viene siendo evidente, el rol desplegado por la mayoría des 2/3 que el MAS tiene en el Parlamento, luego de consumado el golpe de Estado no ha hecho otra cosa que seguir dotando de un barniz democrático y legalizar a este nuevo régimen golpista impuesta por los cívicos, la Policía y los militares el 10 de noviembre. Todo el espectro de derecha lo aprovecha muy bien. Recientemente fue “gracias” a las declaraciones de Evo Morales sobre la creación de milicias lo que volvió a avivar con fuerza la “psicosis de las clases medias” -alimentada desde los comicios del 20 de octubre por toda la prensa hegemónica- frente a los “vándalos masistas” que amenazan la “seguridad de las y los ciudadanos” y llevó por lo tanto a la justificación por parte del nuevo régimen de que a título de su "transición democrática" impongan nuevamente un fuerte despliegue militar y policial con 70.000 uniformados en el país.
Este martes, la aceptación de las cartas de renuncia, le sirvió a personeros de la oposición como el candidato de Comunidad Ciudadana y ex presidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa, para señalar que el reconocimiento del MAS al Gobierno golpista viene de hace rato:
En el momento en que la ALP aceptó el primer proyecto de ley de la Presidenta Áñez, la reconoció como Jefa de Estado legítima de Bolivia. Que no nos diga ahora Morales que seguía siendo Presidente hasta el 21 de enero de 2020. Huyó y dejó de serlo el 10 de noviembre de 2019
La aceptación de la renuncia de Morales y García aprobada por la ALP, cuyo control tiene el MAS, partido de Morales, desmiente ante el mundo la absurda tesis de que en Bolivia hubo un golpe de Estado. El expresidente, ademas, había dejado vacante el cargo al huir del país.
En este escenario, y ante la celebración del aniversario de Estado Plurinacional con una Bolivia hipermilitarizada por más de 70.000 militares y policías, el MAS -con contradicciones- buscó evitar las concentraciones y movilizaciones que justifiquen cualquier tipo de represión. Por ejemplo, según el sitio Urgente.bo, Joaquin Arancibia, coordinador del MAS en La Paz, dijo que “este 22 de enero no se realizarán marchas por el Día del Estado Plurinacional y no se instalarán pantallas ni en Senkata, ni en la San Francisco para escuchar el mensaje del exmandatario desde Argentina”.
Es que la militarización, a diferencia de las anunciadas milicias del MAS, ha venido actuando de parte de la extrema derecha con los grupos semisfascistas (milicias) como las ya conocidas juventudes de la Resistencia Cochala y de la Unión Cruceñista, cuya extensión con otros nombres hoy es nacional y de conjunto son conocidos como “la resistencia”. Estos grupos operan de manera abierta con la protección y avales de los aparatos represores del Estado. Son legitimados a título de resguardar la seguridad interna frente a las “hordas masistas” para lo que golpean a mujeres de pollera y ejercen violencia contra cualquiera que parezca ser del MAS.
Si bien el MAS venía acentuando sus rasgos autoritarios y reaccionarios, y ya son harto conocidas sus medidas pro empresariales y al beneficio de la agroindustria, el nuevo régimen viene avanzando aceleradamente en imponer con más fuerza un programa abiertamente neoliberal utilizando a escala industrial las mismas herramientas de instrumentalización de la justicia y de persecución política que también fueron parte del gobierno del MAS.
Para este miércoles los grupos de la derecha ya anunciaron que marcharan hacia plaza Murillo en apoyo a Áñez, bajo la excusa de "garantizar que no haya provocaciones”. Por otra parte, Evo Morales desde Argentina realizará un acto político en horas de la tarde y se esperaría su discurso después de las 18:00 horas.
Si bien se espera que haya algunas movilizaciones puntuales, como en Cochabamba, de sectores afines al MAS, no se esperan grandes manifestaciones, tanto por el clima de militarización que hoy vive Bolivia como por las tensiones dentro del partido, donde algunos sectores calificaron como una imposición de Evo Morales la elección del binomio presidencial rumbo a las elecciones de mayo.
La carrera electoral está en marcha. Se pinta una derecha que por el momento va fragmentada pero que sabe que el objetivo común es impedir que el MAS vuelva a controlar el Estado y en la misma sintonía, vemos al MAS también fragmentado pero que sabe que debe primar la “unidad” para evitar que se consume su aislamiento del poder y que continúen persiguiendo a sus ex funcionarios y militantes. Sin embargo, lo cierto es que en este escenario es sobre el pueblo trabajador y los sectores más empobrecidos que cae todo el peso de esta profunda crisis política y social en un país profundamente polarizado y racializado.

Juana Runa
Militante de la LOR-CI y de Pan y Rosas
Miércoles 22 de enero | 12:58

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