Declaración de la Agrupación Vilcapaza de Perú.
Reproducimos a continuación el comunicado de los compañeros de la Agrupación Vilcapaza de Perú sobre el balotaje que tendrá lugar el 6 de junio.
Perú ha ingresado a un escenario político extraordinario. La derecha está con los pelos de punta frente al “terror del comunismo”, que, según ésta, representa la candidatura de Pedro Castillo que sigue adelante en la intención de voto. Pero Castillo se ha deslindado del “comunismo”, se declara alguien que defiende las “instituciones”. Estas instituciones de la corrupción, la superexplotación del pueblo y la entrega.
Aun así la derecha continúa con su campaña. Y es que tiene miedo no tanto a Castillo sino a las masas trabajadoras y campesinas que protagonizaron la rebelión del 2020.
La votación a Pedro Castillo es parte de una expresión –deformada- de la rebelión popular de noviembre contra el golpe parlamentario de [Manuel] Merino. Es en verdad, parte del descontento popular contra el “modelo neoliberal” y el régimen político capitalista, que por más que la derecha trate de “tapar el sol con un dedo”, se expresa en el derrumbe del sistema sanitario, económico y social, detonado por la pandemia.
La “izquierda caviar” más “acaviarada” que nunca
Tenemos un contexto de polarización electoral objetiva. No nos referiremos mucho a los planteos reaccionarios, represivos y antiobreros de los Fujimori, porque son harto conocidos. Baste tener en cuenta que poco antes de las elecciones, el bloque de Keiko fue impulsor de una ley que crea “comandos de autodefensa” en las zonas agrarias que pueden recibir “donaciones privadas”… en armas (se trata de la oficialización de grupos paramilitares, financiados por los capitalistas, para enfrentar el creciente descontento de los pueblos, los campesinos y trabajadores agrarios). Teniendo en cuenta su trayectoria, Fujimori, puede darse el lujo de hacer algunos “planteos” ante el establishment para ganar votos del campo popular. Los patrones no se llamarán a engaño sobre su intención de gobierno, los trabajadores tampoco debemos hacerlo.
Pero Castillo… Este ha presentado un programa para acallar los temores -de los monopolios-, comprometiéndose a no cuestionar la base capitalista del Estado peruano.
El acuerdo que Castillo ha firmado con Verónika Mendoza [candidata en primera vuelta por Juntos por el Perú] ha sido el punto de partida de los reclamos para que agüe cualquier planteo que choque contra los intereses de las clases dominantes. Explicita que lejos de un cambio en la base social y económica a favor de los trabajadores, propone un Estado capitalista “fuerte”. El profesor Castillo, habiendo planteado en un primer momento la nacionalización de los monopolios que regentean los recursos naturales, ha ido retrocediendo. Primero dijo que iba a renegociar el pago de mayores cánones. Luego que no piensa estatizar nada, que buscará en todo caso la “nacionalización” incorporando grupos capitalistas nativos del Perú a las gestiones de las patronales imperialistas. ¡Como si la Confiep [cámara patronal] ya no estuviera en estos!
Castillo luego de firmar el acuerdo con Mendoza donde rebajaba aún más su devaluado programa electoral, ahora ha firmado un “acuerdo democrático” con la…propia Keiko. Este acuerdo fue propuesto e impulsado por los sectores más reaccionarios de las iglesias católicas y evangélicas.
Que este acuerdo haya sido firmado por la hija y defensora del ex-dictador pinta de cuerpo entero al mismo. Uno de los puntos más graves es el que plantea “la defensa de la vida”, lo cual tratándose de un acuerdo con la iglesia es la explicitación de la negativa tajante al derecho al aborto. Ese mismo acuerdo da libertad a las fuerzas represivas, que se llevaron la vida de jóvenes durante las protestas de noviembre, cuando afirma que se deberá “respetar la institucionalidad meritocracia y no deliberante de las Fuerzas Armadas y Policiales”.
No aparecen los reclamos obreros más elementales (derogar las “suspensiones perfectas”, reincorporar despedidos, negociación colectiva por rama, aumento de salarios, etc.). Este acuerdo no es otra cosa que una búsqueda de calmar a la burguesía dándoles a entender que sus intereses no serán tocados. Esta ha sido, hasta el momento, una de las candidaturas menos combativas de la historia de la izquierda peruana. Y el correlato de este “aggiornamiento” de Castillo, es la falta de llamado a las masas trabajadoras a imponer sus reclamos a través de la lucha y la movilización.
La burguesía cierra filas con Keiko
Sin embargo, frente a esta tímida propuesta centroizquierdista, la derecha y la mafia fujimorista han respondido histéricos, señalando que el Estado es un mal administrador y que eso se ha demostrado durante la pandemia con la compra de vacunas. Impusieron así que se apruebe que las clínicas privadas también puedan vender/repartir vacunas.
La doble moral de la derecha es fenomenal. Cuando se trata del salvataje estatista a las patronales del Plan Reactiva Perú que las llena de subsidios por más de 100,000 millones de soles sí están de acuerdo con “papá Estado”, pero cuando se trata de que el Estado regule el exorbitante precio de los medicamentos, camas UCI o el oxígeno, dicen no.
No es Castillo-Mendoza y su programa, sino la posibilidad de una victoria de Castillo que desate ilusiones en las masas, que las impulse a repetir en nuevas luchas la rebelión de noviembre, la que ha puesto con los pelos de punta a la derecha logrando la unificación de todo el espectro político “neoliberal” y fascistoide. El neofascista López Aliaga, Hernando De Soto [candidato en primera vuelta de Avanza País] y César Acuña [Alianza para el Progreso], se han sumado activamente (realizando reuniones y acciones políticas a nivel nacional), a la campaña de Keiko denunciando la “amenaza comunista y chavista”.
Organizarnos independientemente para las peleas de la próxima etapa
En este marco, la estrategia de Perú Libre es continuar con los mítines y la “guerra simbólica” de la “revolución chola” y las provincias contra Lima.
Mientras Perú Libre y Castillo concilian, la derecha en la “marcha por la democracia” del sábado 8 de mayo, salió a la ofensiva con Aliaga arengando por “la muerte del comunismo y de Castillo”, con el fin de hacerse de una base de masas.
En este marco polarizado, una derrota de Keiko en las elecciones peruanas sería un fuerte golpe a la derecha continental, sumándose a las tendencias de lucha que se están manifestando en la rebelión popular en Colombia, en la derrota electoral de la derecha chilena, etc.
No obstante, hay que ser conscientes que el triunfo de Castillo y Mendoza tiene límites insalvables.
Convocamos a los trabajadores a valernos del voto a Castillo para derrotar a la derecha, pero llamamos simultáneamente a organizarnos en forma independiente e impulsar a la hora de emitir el voto y en las luchas que se vienen un programa propio por la defensa del derecho de huelga; por la prohibición de suspensiones y despidos y la supresión del régimen de suspensión perfecta; por un salario y jubilación equivalente a la canasta familiar; por la centralización del sistema de salud y la aplicación del presupuesto de educación y salud; por impuestos directos y progresivos al gran capital; por la nacionalización de la minería y de los recursos naturales y una banca única bajo control obrero, de modo de colocar el ahorro nacional al servicio de la satisfacción de las necesidades más perentorias del pueblo peruano; la puesta en pie de un plan de industrialización y reorganización integral del país sobre nuevas bases sociales, cuya conducción política está reservada a los trabajadores; por el no pago de la deuda externa; por el derecho al aborto y plena vigencia de todos los derechos de la mujer y las diversidades; por el juicio y castigo de todos los responsables políticos ý materiales de las fuerzas de seguridad. Este programa apunta en la dirección opuesta del que sostiene Castillo y Perú Libre de convivencia con los explotadores históricos de Perú, responsables del atraso, la opresión y las penurias ancestrales que viene soportando nuestro pueblo.
Retomar el camino de la rebelión popular que derrocó al golpista Merino
Un programa y organización independiente es crucial para enfrentar la nueva fase de la lucha de clases que se agudizará después de la elección (gane quien gane). Bajo estas premisas, crearemos las mejores condiciones para retomar el camino de la rebelión popular que tiró a Merino y de la huelga de los trabajadores agrarios contra la superexplotación. Con los métodos de la independencia política y no de la conciliación de clases, llamamos a organizarnos en todos los lugares de trabajo y estudio para pelear en las calles –gane quien gane- por nuestros reclamos. Y poniendo en pie un partido obrero revolucionario que agrupe a la vanguardia para encarar estas históricas tareas en la lucha por un gobierno de trabajadores.
22/5/21
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