Mientras el destino de los Fernández se balancea entre negociaciones financieras apuradas, La Cámpora y su entorno se dicen empeñados en un “Luche y Vuelve”. En 1972, Perón retornó al país apañado por la logia fascista P2 y la camarilla de López Rega para rescatar de una caída anticipada a un gobierno militar hundido en la crisis, el fracaso y el descrédito. Hoy son los banqueros y los fondos de inversión quienes han venido al rescate de un gobierno que camina sobre el precipicio de un estallido hiperinflacionario. La consigna de La Cámpora luce como una manifiesta desubicación política.
Si prospera la operación de salvataje que pilotea Massa, el que “vuelve” es el ministro tigrense, con mucha ‘fatiga’ pero nada de “lucha”. Además del canje, la secretaria de Energía de Massa, Flavia Royón, anduvo por Houston, Texas, donde comprometió las reservas del Banco Central para atender a la remisión de dividendos de las petroleras y la dolarización del precio de los combustibles. Es un espectáculo instructivo ver el afán de Chevron, Exxon, Petronas y Shell por construir un candidato del kirchnerismo, en medio de una campaña del macrismo para provocar “el shock, el colapso o la corrida” que teme Juan Carlos de Pablo. Si, por causa de la inflación sin control, la sequía que se agrava de día en día y las menguantes reservas, el “colapso” ocurre igual, no serán La Cámpora ni CFK los bomberos de un rescate. La quiebra del Silicon Valley Bank, el décimo sexto banco en el ránking de Estados Unidos, también podría aportar su propia mecha a la crisis, dada la repercusión internacional que está teniendo esa bancarrota en otros mercados monetarios.
Nada de lo que Massa y Royon trajinan por el sur de Estados Unidos es desconocido por Cristina Kirchner. Ella y Kicillof tienen un prontuario público establecido de maridaje con esas petroleras. No por ello, sin embargo, las petroleras “luchan” para que “vuelva”. La quieren ver llegar al fin de mandato para pasar el bastón a quienes se comprometan con un gobierno de unidad nacional desde el peronismo como desde el macrismo. Por otro lado, cortejan masivamente a Javier Milei, quien, de acuerdo a La Nación, batió un recórd de asistentes en una reunión con la Cámara de Comercio Americana – conocida como AmCham. El ‘libertario’ les expuso su programa de abolir el peso y dolarizar la economía, y eventualmente transferir la supervisión de Argentina a la Reserva Federal de Estados Unidos. Lograría así su sueño de pibe, que es clausurar el Banco Central de Argentina, creado en 1935. Milei aseguró también que ha conseguido el apoyo de una parte de la burocracia sindical para imponer una “reforma laboral”. La AmCham es una red internacional que rivaliza en capacidad de acción, en los distintos países, con las embajadas norteamericanas; es la verdadera tutora, por ejemplo, del ascenso y consolidación del ucraniano Volodomir Zelensky.
En tanto vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner no tiene el cometido de “volver” al poder; está en el poder. Es quien respalda a Massa. Fue relegada por su ahijado político, Alberto Fernández, alguien carente de representatividad, porque no ofrece una alternativa sustancial; tampoco podría ofrecerla quien aupó a Fernández y a Massa al gobierno. El macrista Federico Pinedo acaba de apoyar el planteo de CFK de volver a re-negociar la deuda con el FMI, porque hasta el FMI sabe que la propuesta de pago vigente (y el pago de toda la deuda pública) es inviable. Además de atrasar, la consigna “Luche y Vuelve” no le otorga a La Cámpora capacidad de negociar la composición de las listas. Cuando haya que llegar a esa instancia, aparecerá con sus exigencias el peronismo de paladar negro de los intendentes, gobernadores y burócratas sindicales. Algunas encuestas arriesgan que el FdT podría ganar un cómodo tercer lugar, atrás de Milei, y perderse en el horizonte por mucho tiempo.
La consigna Luche y Vuelve que impulsó la victoria de Héctor Cámpora y el Frejuli hace cincuenta años, no fue la que se voceó en los levantamientos populares que siguieron al Cordobazo y al Rosariazo de 1969. Fue el slogan de Montoneros, fundamentalmente, que se empeñó en llevar la rebelión popular al objetivo del retorno de Perón. Fue lo que luego se pactó con el gobierno militar presidido por el general Alejandro Lanusse y con la coalición de la Hora del Pueblo, fundamentalmente la UCR.
Hace medio siglo terminó en tragedia, ahora se parece a una farsa.
Política Obrera
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