El gobernador de Florida y serio candidato a la presidencia de los Estados Unidos Ron DeSantis ha levantado pasiones y recogido seguidores con su promesa y creciente práctica de terminar con lo que él llama “Adoctrinación WOKE”, palabra que procede de awake, awakening o despertar para luchar contra la desmemoria racial y de género en las escuelas y hasta en la universidades.
Una vez llegados al poder los llamados libertarios se especializan en prohibir. Así se han prohibido una larga lista de libros y se han reescritos clásicos para hacerlos menos “incómodos” para la sensibilidad puritana, fascista, sectaria, ultrarreligiosa, anticientífica, hipócrita y fanática por donde se la mire. De la pornografía de Internet que consumen los niños en las escuelas entre clase y clase ni una voz indignada, ni una ley que prohíba o limite el gran negocio.
El escándalo es que los negros, los pobres o las víctimas del imperialismo puedan contar su historia; la indignación es por cualquier cosa que pueda molestar la sensibilidad de los jóvenes blancos (que ni siquiera son culpables de los crímenes históricos que se intentan ocultar) y, sobre todo, cualquier cosa que pueda herir la sensibilidad de sus padres, que son quienes votan. A esta tradición de 200 años no se llama adoctrinación, sino patriotismo.
Figura 2
Jorge Majfud
1 de marzo de 2023
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