Decreto mediante, el gobierno nacional ha resuelto la “desregularización” del sistema de cobro del llamado salario diferido de los artistas por la utilización y o reproducción de sus obras en el mercado de consumo.
El decreto modifica la ley vigente que centraliza toda la actividad de control, fiscalización y cobro por parte de las asociaciones de artistas como SADAIC, Sagai, AadiCapif, DAC y Argentores sobre los derechos de autor de músicos, actores y bailarines, grabaciones, directores de cine y guionistas.
La modificación de artículos permite la creación de nuevas entidades y la posibilidad de que los artistas negocien con sus patrones, empleadores y o contratistas las tarifas y salarios diferidos de forma personal, sin ninguna entidad de por medio. A esto los liberales llaman libertad de competencia. Federico Sturzenegger, ministro de desregularización del estado, lo anunció vía cuenta X.
La liquidación de agentes de control y centralización hace muy difícil imaginar cómo los artistas cobrarían a los infinitos medios, plataformas, empresas, comercios y eventos privados por el uso de su trabajo creado.
Pero hay más. “Para el público podría implicar que los espectáculos sean más baratos”, afirma el diario La Nación (28 de febrero), ya que, argumenta, la eliminación de SADAIC como ente intermediario ahorraría a los productores un porcentaje que retiene la entidad. Es lo que señaló con énfasis el megaempresario nacional de la industria de la música Grinback en entrevista con Alejandro Bercovich en su programa de radio.
Para Grimback, esto habilitaría una etapa de inversiones y multiplicaría la producción y eventos que terminaría generando más trabajo para los artistas. La asociación de músicos SADAIC, por su parte, ha emitido un comunicado para rechazar la medida y anunció una nueva apelación a la justicia. El año pasado, al principio del mandato del gobierno de la Libertad Avanza, SADAIC apeló, sin éxito, otro decreto en la misma línea que permitió que salones de fiesta y hoteles ya no paguen a los artistas por la utilización de sus creaciones.
La desregularización en estos términos apunta a descentralizar y debilitar los entes existentes, ya que este decreto ni ninguna reforma -necesaria, por cierto, aunque en otra dirección- ha sido producto de una deliberación de los músicos y trabajadores. Pone en una relación absolutamente desigual a los artistas con los empresarios del espectáculo. El decreto viabiliza legalmente la extorsión del empresario para con los artistas. Es un gran beneficio de costos para el empresario a costas de una profundización de la explotación de los artistas y conduce en perspectiva a la elitización de la profesión.
En la entrevista mencionada, Grimback señala que la mutual SADAIC no se verá afectada: “el que quiera seguir en SADAIC, podrá seguir”. Es que SADAIC funciona como una obra social para los asociados. El decreto es sin dudas un fuerte retroceso para la organización de los derechos de los artistas
Los músicos tienen muchísimas críticas al funcionamiento de SADAIC en un campo laboral. profundamente precarizado como es el de los músicos. Las nuevas plataformas de reproducción y difusión que no pagan casi nada a los músicos, han profundizado la crisis.
Pero todos estos problemas no han venido siendo organizadas por la herramienta sindical que es el sindicato de músicos (SAdeM). Éste ha sido vaciado literalmente con la eliminación de su padrón de afiliados por su dirección transformándolo en una cáscara vacía que ha ido debilitando a los músicos.
La oposición a este decreto por parte de los músicos y artistas en general a través de acciones colectivas como han sido las iniciativas del colectivo de artistas a nivel nacional frente a la ley de bases debe ser el puntal para abrir un canal de deliberación, postergado y necesario, sobre la situación de los músicos y poner en pie así, una alternativa a las reformas y decretos del gobierno y empresarios.
Maxi S. Cortés
01/03/2025
No hay comentarios.:
Publicar un comentario