En los rubros supermercados y autoservicios, los datos de diciembre 2024 son peores porque marcan una caída de 3,3 % con respecto a los datos de diciembre de 2023, los cuales ya indicaban una caída del consumo de más del 6 %, ocasionado por el Rodrigazo de principios del gobierno.
Con relación a diciembre 2022, la caída en el último mes de 2024 es del 9,6 % y, con relación a diciembre 2021, el retroceso es del 11,4 %. Esto marca, además, que la caída excede al gobierno de Milei y viene de largo (Idem).
Estos datos son consecuencia del hambre salarial y jubilatorio y la pérdidas de empleos en blanco que se llevó puestos los aguinaldos de muchos trabajadores que pasaron a estar precarizados.
Pero, según los datos analizados por la consultora Empiria del exministro Hernán Lacunza, la caída del poder adquisitivo arroja cifras peores, lo que indica que es posible que la caída de las ventas haya sido amortiguada por el gasto de los ahorros, uno de los objetivos que se propuso Caputo al iniciar sus funciones, cuando dijo sin desparpajo que propiciaba que la gente tuviera que sacar los dólares del colchón para poder llegar a fin de mes. La otra explicación posible es el endeudamiento y el uso de la tarjeta de crédito. Según datos del INDEC, éste fue el medio de pago más usado durante el 2024 en los supermercados, lo que indica que los pagos se patean para adelante, acrecentando una burbuja que en algún momento encontrará un límite, no puede crecer sin fin.
Según el informe de Empiria, el poder adquisitivo de las familias del área metropolitana cayó 18 % en 2024, por el impacto de las fuertes subas de servicios.
La consultora midió esa pérdida de poder adquisitivo al descontar del ingreso de las familias lo que se destina al pago de servicios: gas, luz, agua, transporte y expensas. Como los servicios aumentaron más que la inflación, cada vez es mayor la parte de los ingresos de los últimos meses que se destina a cubrir esas facturas y queda menos plata disponible para consumir.
Las familias de ingresos altos vieron afectada su capacidad adquisitiva en solo un 8,9 %, en comparación con los niveles de 2023, mientras que los segmentos de menores ingresos sufrieron un recorte de su poder de compra del 19 %, mucho peor.
Si el INDEC hubiera actualizado su canasta de consumos para medir la inflación en función de considerar esta mayor incidencia de los servicios, la inflación anual hubiera sido casi 20 puntos superior y los ingresos disponibles, descontados los servicios, hubieran mostrado la caída del 21 % contra 2023.
Es por esto que los anuncios optimistas de los liberticidas no condicen con la realidad. En el único lugar donde no cayeron las ventas es en los shoppings, donde compran las familias que se benefician con el carry trade, las desregulaciones de todo tipo y la reducción de impuestos a los bienes personales.
En la medida en que el gobierno siga promoviendo los tarifazos -se vienen nuevos aumentos- y siga pisando paritarias, más porción del salario se destinará a pagar los servicios y menos ingreso quedará destinado al consumo.
En la misma sintonía, la consultora Proyección relevó que la principal preocupación de los argentinos es no llegar a fin de mes y más de un 44 % considera que esa situación va a ser igual de mala o peor en los próximos meses.
Esta situación no se resuelve esperando que más enfriamiento de la economía pise una inflación que de todas formas va a continuar disparada por un gobierno que sigue emitiendo pesos para comprar dólares a los exportadores y luego quemarlos en los mercados paralelos de dólar con la intención de planchar el precio. Se puede decir que Caputo se quedó “sin dólares en el colchón” -de las reservas del Banco Central- antes que los pequeños ahorristas argentinos a los que se propuso fundir desde un principio.
Para derrotar al gobierno hay que luchar por un salario igual a la canasta familiar y romper el techo a las paritarias.
Aldana González
01/03/2025
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