Los devaneos sobre si los productores iban a liquidar o esperarían a una devaluación poselectoral se zanjaron a las 72 horas de haber entrado en vigencia el DNU 682/2025, que estableció la quita de las retenciones. Rápidamente, las cerealeras nucleadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y en el Centro Exportador de Cereales (CEC) liquidaron por 7.000 millones de dólares, llegando al tope puesto por el Gobierno, y los derechos de exportación volvieron a los porcentajes anteriores. En redes sociales el Gobierno comunicó que “a partir de ahora, solo podrán registrarse DJVE bajo el esquema vigente anterior al decreto 682/2025” y estalló la bronca de los productores y de las entidades que los representan. El grueso de los productores no advirtió que la medida transitoria impulsada por Caputo respondía, por un lado, a la necesidad imperiosa del gobierno liberticida de hacerse de dólares ante la corrida cambiaria y, por el otro, a un gran negocio para las exportadoras. Las más beneficiadas fueron Bunge, LDC, Cofco y Cargill.
Pasándolo en limpio, la bronca de las cámaras patronales y los productores se centra en que las exportadoras “liquidaron sin retención los granos que le habían comprado a los productores descontándole las retenciones. O peor, las exportadoras declararon ventas de granos que no tienen y que comprarán más adelante a los productores descontándoles también las retenciones.” (LPO 25/09/2025) El regalo de Caputo a las cerealeras asciende a 1.700 millones de dólares, que levantaron en 72 horas.
Las entidades de las patronales agrarias rápidamente salieron a pronunciarse. Desde FAA señalaron que la medida “pasó lejos de la tranquera”. Por su parte CARBAP, entidad que había mostrado apoyo al gobierno por la medida, manifestó “que no generó ningún beneficio para los productores (verdaderos dueños de los granos) y que terminó siendo un gran negocio para los mismos de siempre: los exportadores”. La seccional de la SRA de Rosario denunció que la movida quedó "en manos de un grupo reducido de grandes exportadores" y que la mayoría de los productores "quedó al margen". "En lugar de ser un 'guiño al campo', la medida generó desequilibrios, exclusión y malestar en quienes sostienen la producción."
El malhumor de los productores agrarios aumentó el jueves por la noche cuando Juan Pazo, titular de ARCA, confirmó que las grandes cerealeras, que presentaron entre el lunes y el miércoles las DJVE, no tienen los granos declarados, es decir vendieron “soja papel” y les sugirió a los productores que sean ellos los que especulen ahora. Sectores de las patronales agrarias pidieron que se aplique la “ley Martínez Raymonda”, que exige a la exportadora demostrar que tiene los granos declarados. También se presentó una denuncia en la Procuraduría de Investigación Administrativa por “‘la connivencia’ entre Milei, Caputo y las cerealeras, mencionando como parte de la maniobra la publicación de una resolución donde se les da vigencia de un año a las DJVE y otra donde se les habilita a incluir embarques que hicieron antes del anuncio de retenciones cero.” (LPO 26/09/25) El conflicto abierto entre las patronales agrarias con las exportadoras y Gobierno está lejos de cerrarse.
En el plano de la campaña electoral de cara a octubre las consecuencias de la estafa de Caputo y las cerealeras comienzan a hacerse presentes. En las últimas horas Espert debió suspender una actividad en la ciudad de Tres Arroyos, a realizarse en la sede de la Sociedad Rural, aduciendo problemas personales. Los verdaderos motivos por los que se frustró la actividad es que los productores agropecuarios de la zona, sumados a trabajadores despedidos de un frigorífico y de una fábrica de herrajes equinos, estaban preparando un escrache para el "narcodiputado". En su fallida actividad de campaña, Espert anticipa su próxima derrota electoral en la provincia de Buenos Aires y de La Libertad Avanza en las provincias del centro, en el núcleo sojero del país, truncando el “salvataje” del Tesoro de los EE. UU. Mientras tanto, Schiaretti y Llaryora velan las armas en silencio y se sentaron a esperar a que "los errores los sigan cometiendo los que gobiernan."
Quita de retenciones y geopolítica
El gobierno liberticida, a partir de las reuniones que mantuvieron con las cámaras que nuclean a las grandes cerealeras antes de que se conozca el DNU, descontaba que el cupo de exportaciones se completaría en cuestión de días. Pero todo indica que el levantamiento de las retenciones 0 se aceleró por expreso pedido del gobierno de los Estado Unidos, a cambio de que el Tesoro le otorgara un salvavidas financiero. Es que la baja de los derechos de exportaciones, como no podía ser de otra manera, tuvo una repercusión en los mercados a nivel mundial y, sobre todo, en la bolsa de Chicago, poniendo de manifiesto el carácter competitivo entre Argentina y EE. UU. que, junto con Brasil, son los principales productores de soja a nivel mundial.
Los primeros en poner el grito en el cielo fueron los “farmers” yanquis, sector que desde el primer día mostraron un apoyo político por el trumpismo, y viene siendo castigado por sucesivas medidas económicas del gobierno republicano, como, por ejemplo, el bloqueo comercial de China a la soja estadounidense, a consecuencia de la guerra comercial a la que Trump le echó leña al fuego ni bien asumió su segunda presidencia. Desde la Asociación de Productores de Soja (ASA, por sus siglas en inglés) vienen reclamando un acuerdo comercial con China, el mayor comprador de soja a nivel mundial, al que los “farmers” no pueden acceder por los aranceles del 20 % que impuso el país oriental a la producción estadounidense y ven países exportadores como Brasil y Argentina en ese mercado. A todo esto, los “farmers” ven cómo el precio de la soja estadounidense cae diariamente.
En este escenario, el rescate anunciado por Bessent a la gestión liberticida enervó a las bases rurales del midwestern norteamericano. En medio de la crisis financiera, el movimiento de pinzas del gobierno liberticida (rescate y retenciones 0) introdujo hacia dentro del gobierno de Trump choques entre sus personeros. El presidente pro tempore del Senado de los Estados Unidos, el senador republicano por el estado de Iowa, Chuck Grassley, se preguntó en sus redes sociales “por qué Estados Unidos tiene que rescatar a la Argentina, mientras esta toma el mayor mercado de nuestros productores de soja”. Por su parte, la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, fue la encargada de comunicarle a Bessent, por whatsap, el malestar entre los productores rurales. Otra de las voces críticas dentro del gabinete trumpista es la del secretario de Estado, Marco Rubio, que propuso tomar distancia del deshilachado gobierno liberticida.
El principal beneficiado por la medida fue China. La secta de los liberales libertarios que detentan el poder y que llevan adelante una cruzada para erradicar el “comunismo” de la faz de la tierra favorecieron, con la baja de retenciones a cero, a la empresa estatal china Cofco, una de las grandes ganadoras. La gigante asiática liquidó la mayor cantidad de harina de soja por un valor de USD 1.200 millones, lo que representan unos 2,5 millones de toneladas.
En medio de la guerra comercial China–EE. UU, Cofco, la mayor compradora de soja del mundo, “ha priorizado sus compras a la Argentina, ahora con un beneficio extraordinario.” (LPO 25/9/25) La gigante asiática adelantó compras de harina de soja, que “representa el 16 % del total de las ventas externas del país y más del 40 % del complejo sojero.” (Ídem) Todo este marasmo se da en medio de las exigencias por parte de Estados Unidos para erradicar toda injerencia china en la Argentina y tener vía libre para llevar adelante su agenda en el país, relacionada con establecer una base militar en el sur, controlar el desarrollo nuclear vernáculo, correr del medio a Huawei (socia de Clarín) del negocio del 5g, la concesión de la hidrovía a empresas yanquis y hacerse de los yacimientos de Vaca Muerta y el litio y, en materia internacional, la alineación con Israel y operar en favor de los intereses norteamericanos en la guerra comercial. La fórmula se podría resumir en "Milei al gobierno, Trump al poder", una precaria alianza atada a la suerte del deshilachado gobierno liberticida, del cual se tomara el mandatario yanqui para imponer condiciones “protectorales” a la Argentina.
Lucas Giannetti
29/09/2025
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